Mejora la nutrición de tus tomates

Mejora la nutrición de tus tomates

Steven Bogash, un experto en el área de nutrición de tomates, presentó recientemente unas técnicas y estrategias para mejorar la distribución de nutrientes en cultivos de tomate, durante el Congreso de producción y mercadeo de hortalizas en Ohio (EUA). Esperamos que estas prácticas sencillas te ayuden a incrementar la salud, y rendimiento de tus plantas, así como calidad y sabor del fruto.

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El tomate es uno de los cultivos más susceptibles a enfermedades fisiológicas, debido a su piel fina y otros elementos estructurales únicos del fruto. Por eso, tienes que tomar ciertas medidas específicas para asegurar la salud de la planta desde la siembra hasta la cosecha. Algunos problemas y enfermedades del tomate que mencionó Bogash en su presentación fueron: pudrición apical (blossom end rot), amarillamiento de hombros (yellow shoulder), maduración desigual, y la formación de grietas radiales. Según el experto, es posible evitar estos problemas por medio de un control de los siguientes aspectos de producción:

  1. pH: El nivel de pH en el suelo afecta en gran medida a la disponibilidad de nutrientes para la planta. Un pH de 7 se considera neutral, y los tomates crecen mejor entre un pH de 6.2 y 6.5. El pH está medido por una escala logarítmica; esto significa que un pH de 7.2 es mucho mayor que un pH de 6.5, que es casi una diferencia de 10 veces. En resumen: los cambios aparentemente pequeños son grandes en realidad. Para regular el nivel de pH en el suelo, algunos productores están inyectando ácido para resolver rápidamente el problema. Se puede usar ácido sulfúrico para dirigir el pH hacia el número adecuado; los productores orgánicos pueden usar ácido cítrico.
  2. Fertilizantes: Tienes que hacer pruebas frecuentemente para conocer mejor a tu suelo. Más específicamente, Bogash recomienda que se haga una prueba antes de la siembra así como en el inicio de la floración fuerte, y también en las etapas 1 y 2 del fruto verde. Se recomienda analizar los cambios en los nutrientes claves como N, P, K, Ca y Mg para ver como las plantas los utilizan.
  3. Agua: Se debe monitorear el pH, alcalinidad, N, P y K del agua , pero no se debe usar el papel de tornasol para medir estos elementos a causa de su falta de confiabilidad (ha habido reportes de productores que lo usaban, pero si el papel está viejo, no hace bien las pruebas). Bogash también recomienda que se elimine la presencia de hierro en el agua porque estimula el crecimiento de algas en el sistema de riego. El agua de superficie no se debe usar para hacer pruebas; en su lugar, se debe usar agua de pozo, o agua fresca de manantial.
  4. Mantenimiento general de la planta: Se debe hacer pruebas de los niveles de K+, Ca y Mg semanalmente o cada dos semanas, y monitorear el pH del agua de riego cada semana. Si tienes un sistema hidropónico, se recomienda monitorear el agua diariamente o constantemente. También se debe considerar el clima diario, y tomar nota de cosas como la duración del día, luz solar, cielo nublado y la variación de temperaturas entre día y noche.

Obviamente, lo que mencionamos sólo son algunas recomendaciones para mejorar la nutrición de tu cultivo de tomate. Sin embargo, al hacer estos cambios pequeños en combinación con tus prácticas normales, es posible evitar problemas mayores en el campo y mejorar la salud general de tus plantas.

 

Alexander es Editora de Contenido de la revista Productores de Hortalizas, Meister Media Worldwide