Exceso de nutrientes

Cuando hablamos de la nutrición y la fertirrigación en particular, lo mas común es identificar las necesidades de los cultivos para establecer la demanda de elementos minerales en las diferentes etapas de crecimiento. No obstante, existe también la necesidad de identificar las causas que generan la toxicidad o el desequilibrio nutricional.

Nutrientes y enfermedades

Publicidad

Existen muchos casos en donde las limitaciones o el exceso de nutrientes se relacionan con el desarrollo de enfermedades, tanto en la zona radicular como en las partes aéreas de las plantas. Por ello, en este artículo nos enfocaremos en evaluar las causas de los desequilibrios nutricionales que pueden identificarse en tres formas.
    • Existen bajos niveles de nutrientes en el suelo.
    • Existen niveles adecuados de elementos minerales, pero éstos no están en forma disponible para las plantas.
    • El exceso de nutrientes genera una toxicidad en el cultivo, que limita el desarrollo del mismo.

Bajo nivel de nutrientes

Para identificar la primera causa del desequilibrio, es decir el bajo nivel de nutrientes en el suelo, tenemos que analizar si éste se debe al origen del mismo, o ha sido provocado por un exceso de lixiviación de nutrientes debido a la precolación natural, el riego inadecuado o bien, el cultivo excesivo.

Estos tres factores son causa de la degradación del suelo y los elementos que presentan las mayores deficiencias por lixiviación son nitrógeno, fósforo, molibdeno, boro, zinc y magnesio.

Nutrientes no disponibles

En el segundo factor de desequilibrio, tenemos que algunos nutrientes aunque se encuentran en el suelo, no están disponibles para la planta, debido a una baja solubilidad, o la inhibición por otros elementos minerales que afectan la absorción.

Este efecto se presenta generalmente en el fósforo (P) y el potasio (K), cuyas fórmulas más complejas son bloqueadas por el efecto de la salinidad o alcalinidad del suelo.

El productor necesita identificar los problemas nutricionales, no sólo para mejorar el rendimiento de los cultivos, sino para evitar el desarrollo de enfermedades, así como reducir daños causados por insectos o daños fisiológicos.

Se dice que el pH del suelo afecta la absorción de estos elementos minerales y se vuelve mas especifica en los microelementos. Por ejemplo, en suelos alcalinos las deficiencias más comunes se relacionan con el hierro y el zinc; mientras que en suelos ácidos las deficiencias de presentan en el calcio, magnesio, nitrógeno, fósforo y molibdeno. Otros estudios indican que las deficiencias de boro, hierro, manganeso y zinc se relacionan con el incremento de alcalinidad del suelo.

Exceso de nutrientes y toxicidad

Sin embargo, el factor de la toxicidad es quizás el que afecta mayormente el desarrollo de los cultivos, y sin reconocer las causas del desequilibrio, resulta muy difícil corregir el problema. (Las principales causas de toxicidad por elementos minerales se deben a la acidez o la alcalinidad del suelo).

Bajo condiciones salinas, las toxicidades mas frecuentes se presentan en cloruros, sodio y boro (B); mientras que en los suelos ácidos, las toxicidades más frecuentes están relacionadas con manganeso (Mn) y aluminio (Al). La mayoría de los suelos en zonas áridas o semiáridas presentan elevados contenidos de sales minerales, especialmente sodio, cloruro, y bicarbonatos de calcio o boro. El efecto nocivo de estos elementos se puede concentrar fácilmente en la zona de las raíces, cuando no existe un drenaje adecuado o cuando el agua de riego contiene también elementos salinos.

Por ello, además de drenar el suelo para evitar la concentración de sales minerales, se deberá realizar un análisis periódico del agua de riego, incluso cuando en riego por aspersión, ya que las plantas pueden absorber las sales minerales a través de las hojas y/o las raíces.

Igualmente se deberá cuidar el uso excesivo de nutrientes que aporten salinidad a la solución del suelo, y en lo posible utilizar fertilizantes libres de sodio y cloruros, especialmente cuando se trate de suelos salinos, o el agua aporte un elevado contenido de sales minerales. En este caso, se deberá ajustar la aportación de nutrientes de acuerdo a la calidad del agua. 

Cuando se trate de suelos ácidos, la toxicidad más común se relaciona con nitrógeno, así como manganeso y aluminio. Las causas de acidez del suelo se pueden encontrar en el cultivo intensivo, o bien en exceso de irrigación y aplicación de fertilizantes. Sin duda la aplicación excesiva de nitrógeno en las formas de sulfato de amonio, urea, nitrato de amonio, u otras mezclas que contengan sales de amonio, son generadoras de la acidez del suelo.

Condiciones adversas

Los desequilibrios nutricionales se relacionan con la sensibilidad y/o tolerancia de cultivos a condiciones adversas. Así, habrá cultivos más resistentes o tolerantes que otros a acidez y alcalinidad, pero ante todo, el productor necesita identificar los problemas nutricionales, no sólo para mejorar el rendimiento de los cultivos, sino para evitar el desarrollo de enfermedades, así como reducir los daños causados por insectos o daños fisiológicos.

Las causas del problema

Aunque los síntomas visuales son una gran herramienta para identificar el problema, existe la posibilidad de confundir los efectos de las deficiencias y/o la toxicidad por nutrientes con otros problemas generados por enfermedades, daños fisiológicos o mecánicos, ataques de plagas, o daños por aplicación de plaguicidas. Por tanto, es importante identificar los síntomas para asegurarse de las causas del problema.

En el caso de las hortalizas, los nutrientes se mueven de las raíces hacia las partes aéreas de la planta mediante un sistema vascular. Dicho sistema es el responsable del transporte de agua, nutrientes y enzimas o ácidos. La parte más visible de este sistema vascular son las venas de las hojas, y por ello es necesario observarlas con detenimiento, ya que los síntomas que no se manifiestan en el sistema vascular, generalmente no se relacionan con los desórdenes nutricionales. De tal forma, al observar las venas de las hojas podremos identificar los problemas nutricionales.

Finalmente, se recomienda anotar los cambios en las hojas y observar el desarrollo de síntomas, para asegurarse de que se está identificando el problema de manera correcta, ya que muchas veces se aplica una determinada estrategia de control que da resultado, sin registrar exactamente cuál era el patrón de los síntomas.


Referencias:
• Desordenes nutricionales. R.G Weir y G.C. Cresswell
• NSW Agriculture. Universidad de Melbourne, Australia 2003