Uso racional de insumos

Agricultura limpia y productiva

Hace unos días escuche una historia que no sólo nos debe llamar la atención, sino que nos debe motivar para proteger el medio ambiente y la salud de los trabajadores.

Publicidad

En una pequeña comunidad del estado de México se han descubierto malformaciones genéticas en hijos de los trabajadores que están expuestos a ciertos agroquímicos. No necesariamente por la naturaleza del producto, sino quizás por el uso indebido del mismo, o una combinación de ambos.

Por otra parte, se observa que los consumidores están cada día más orientados hacia el consumo de productos que garanticen su salud e incluso provengan de sistemas de producción orgánica.

 

Protección integral

Es un hecho que los productores de hortalizas deberán esforzarse por establecer métodos de producción más seguros, que integren una serie de estrategias para evitar los problemas generados por el uso indiscriminado de agroquímicos.

Haciendo un repaso de la situación, podemos apuntar que el uso de nuevas técnicas, tales como la producción en invernaderos, bajo mallas, o el eco-velo, están indicadas para reducir el uso de agroquímicos y al mismo tiempo evitar el fenómeno de la resistencia, el daño al medio ambiente, o a los organismos benéficos. Es en suma, lo que podría llamarse una “agricultura limpia.”

Para ello, algunas empresas han desarrollado una serie de mallas que protegen los cultivos de manera específica contra cierto tipo de plagas. Por ejemplo, existe una malla elaborada con microfibras que puede controlar la entrada de insectos tan pequeños como los trips. Una malla fotoselectiva fragmenta el espectro de luz visible únicamente para insectos tales como áfidos, araña roja y psílidos. Otra malla, llamada antivirus, protege el cultivo de manera específica contra mosca blanca, al contar con un tramado de hilos que evita la entrada de esta plaga.

 

Identificación del umbral

Sin embargo, la realidad es más compleja, por lo que debemos utilizar todos los medios posibles para aumentar la producción, haciendo un uso racional de insumos y productos que se encuentran en el mercado.

Para lograrlo, conviene recordar que si el principal problema que estamos atacando son las plagas, debemos en principio aprender a identificarlas de manera correcta y puntual, utilizando las estrategias de monitoreo y captura mediante trampas localizadas alrededor del cultivo.

En este punto, tanto el monitoreo de las plantas, como el conteo de insectos-plaga en las trampas, nos sirven para determinar el umbral económico y el momento justo para aplicar las medida preventivas o correctivas.

Cabe mencionar que, el conocimiento de la anatomía del insecto, así como su ciclo de reproducción y su efecto nocivo en las plantas, serán una herramienta muy útil para determinar la mejor estrategia de control. Por citar un ejemplo, tenemos que la eficiencia del aceite para controlar plagas se basa en la cobertura y obstrucción de las membranas que permiten la respiración del insecto. En otros casos, habrá que observar el ciclo de vida del insecto y su patrón de reproducción para evitar su desarrollo.

Es decir, se trata de las llamadas practicas culturales, que forman parte del control integrado. Estas consisten en el establecimiento de barreras (como las mallas) o bien el uso de feromonas o cultivos trampa que sirven para “distraer” a la plaga hacia un objetivo diferente sin dañar el cultivo.

Como se comentaba líneas arriba, existen materiales que refractan la luz, o simplemente impiden el paso de los insectos. Otros métodos que pueden utilizarse en invernaderos, son el uso de puertas de seguridad (exclusas), en donde se instala un sistema de corrientes de aire que impiden o dificultan el paso de las plagas.

No obstante, es importante mencionar que ninguna estrategia dará resultado (aun en el invernadero), si no se lleva a cabo una revisión de control sanitario de semillas, trasplantes, herramientas, equipos, y de los mismos trabajadores.

Hemos visto en la temporada pasada grandes infestaciones de bacterias y virus que provenían de los trasplantes y que adicionalmente fueron diseminados por trabajadores.

 

Organismos benéficos

La siguiente estrategia será el uso de organismos benéficos que sirven para controlar de manera específica a las plagas. Con tal propósito, vamos a revisar la siguiente tabla, que muestra las plagas de mayor importancia, así como algunos de los organismos benéficos que están disponibles para utilizarlos como método de control biológico.

En la tabla de la página anterior se muestran los grupos de plagas de mayor importancia: áfidos, trips, mosca blanca, gusanos, escarabajos, arañas y psílidos, los cuales causan los mayores daños a los cultivos de hortalizas.

En este caso, hemos optado por enlistar aquellos organismos benéficos que están disponibles de manera comercial, y lógicamente podrá haber algunos que aún no se encuentren en la lista, por lo cual recomendamos contactar directamente a los distribuidores a fin de actualizar la disponibilidad y eficiencia de los organismos naturales que se pueden utilizar para el control biológico.

Con ello, esperamos que el agricultor pueda contribuir para que en el corto plazo la producción de hortalizas no sólo sea una actividad rentable, sino segura para el medio ambiente, los trabajadores en contacto con el cultivo, y finalmente para el consumidor.