Urgente intervención: la Madre Tierra agoniza

En el Día Internacional de la Madre Tierra, urge la concientización sobre el cuidado de los recursos naturales y la puesta en marcha de acciones de desarrollo y producción sustentables que garanticen la resiliencia del planeta que habitamos, que agoniza frente al desarrollo y de la humanidad.

Por: Cristina Bravo

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Con las más diversas formas, ecosistemas, climas, colores, hoy conmemoramos el Día Internacional de la Madre Tierra, un planeta que podría superar los 4,28 millones de años, de acuerdo con algunos investigadores que a través del estudio de las rocas más antiguas conocidas de la Tierra, han resultado en este cálculo.

Durante su, sin duda larga vida, la Tierra no ha dejado de sorprendernos encontrando en los detalles más pequeños un dejo de grandiosidad de la naturaleza. La humanidad ha evolucionado junto con ella y nos hemos valido de su forma dúctil para potencializar nuestro propio desarrollo y sobrevivencia, muchas ocasiones sin la conciencia del futuro al frente. Precisamente para incentivar esa conciencia fue como surgió este día internacional que hace un llamado a cada individuo a ejercer acciones que contribuyan en un mejor cuidado de nuestra Tierra, un recordatorio de que todo es finito.

Desde hace algunas décadas, al menos cinco, comenzaron a generarse iniciativas para difundir y tomar acciones en torno al cuidado del medio ambiente. En 1970, uno de los primeros resultados con alcance legislativo y político en los Estados Unidos fue la creación de la Agencia de Protección Ambiental tras una serie de acciones sociales lideradas por el entonces senador y activista Gaylord Nelson. Después de haber puesto el punto sobre las ies en el tema del cuidado del medio ambiente y de ir trabajando en la concientización de los ciudadanos del mundo, el siguiente paso en la estrategia era sensibilizar a los líderes, fue así como se llevó a cabo en 1972 la primer Cumbre de la Tierra de Estocolmo.

Urgente intervención: la Madre Tierra agoniza

Una problemática que nos atañe a todos

El crecimiento de la población, la contaminación que generan los procesos de producción industrial, el cambio climático, son problemáticas que ponen en riesgo la sobrevivencia de nuestra Tierra y la de la propia humanidad. Por ello es fundamental tomar conciencia y acciones generando un equilibrio entre el desarrollo y la conservación de los recursos naturales, de manera sustentable.

Vivimos en y para una industria que sin duda tiene uno de los retos más importantes, la producción de alimentos, el uso y explotación de la tierra y de recursos tan primordiales como lo es el agua. Por ello uno de los retos más urgentes lo tenemos nosotros con la implementación de prácticas mucho más sustentables que incidan en la preservación de los recursos naturales, la biodiversidad y el medio ambiente.

“La gestión de los recursos hídricos requiere nuevas soluciones para contrarrestar los crecientes desafíos de la seguridad hídrica derivados del aumento de población y el cambio climático”, inicia la reflexión de Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO en el prólogo de presentación del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2018.

Más de dos mil millones de personas a nivel mundial carecen de acceso al agua potable y más del doble no cuentan con acceso a servicios de saneamiento seguro. Se prevé que la demanda de agua aumente en casi un tercio para el año 2050.

Gran parte de estos preocupantes índices se deben al crecimiento de la población mundial, al consumo desmedido del recurso hídrico, la construcción de infraestructura gris (desarrollos inmobiliarios) en suelos verdes y tierras fértiles y a los daños colaterales del cambio climático.

De acuerdo con el informe, nos encontramos en una situación apremiante. La degradación de los ecosistemas es una de las principales causas del aumento de los desafíos en la gestión de los recursos hídricos. Al menos dos terceras partes de la superficie global de tierras boscosas están degradadas, una gran mayoría de los terrenos de cultivo se encuentran en condiciones “justas, malas o muy malas” a nivel mundial y el no tomar acciones frente a esto, el panorama futuro no luce alentador. Graves consecuencias en el ciclo del agua debido a tasas de evaporación más altas, menor capacidad de retención del agua por parte del suelo y aumento de la escorrentía superficial, acompañada de una mayor erosión, nos espera, apostando el crecimiento y desarrollo económico con la explotación de los recursos naturales como moneda de cambio.

Urgente intervención: la Madre Tierra agoniza

Desde el año 1900 se estima que se ha perdido entre el 64 y el 71% de la superficie mundial de humedales naturales debido a la actividad humana.

Desde nuestra trinchera, debemos aplicar lo antes posible medidas y acciones sustentables en pro de esta cooperación urgente con la Madre Tierra; primeramente, con la visión del futuro que estamos construyendo y tomando conciencia de ello, respetando el entorno, ponderando una producción amigable con el ecosistema que garantice la preservación de los recursos naturales y creando las condiciones propicias de un entorno de bienestar social incluido el desarrollo económico.

El informe de las Naciones Unidas que enfocó su estudio al Desarrollo de los Recursos Hídricos concluye que se debe trabajar en la creación de condiciones propicias para acelerar la adopción de soluciones basadas en la naturaleza (SbN)1 a través de del redireccionamiento eficientemente los fondos existentes; crear el entorno jurídico y reglamento propicio; mejorar la colaboración intersectorial e institucional; mejorar la base de conocimientos, etc. Así, estas soluciones significarían una contribución mayúscula en los objetivos de la Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible con impactos directos en la seguridad hídrica, el respaldo a la agricultura sostenible, vidas saludables, construcción de infraestructura resiliente, asentamientos urbanos sostenibles y reducción del riesgo de desastres.

 

Referencias

1.- Las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) están inspiradas y respaldadas por la naturaleza y utilizan o imitan los procesos naturales para contribuir a la gestión mejorada del agua. Una solución basada en la naturaleza puede implicar la conservación o rehabilitación de los ecosistemas naturales y/o la mejora o creación de procesos naturales en ecosistemas modificados o artificiales. Se pueden aplicar a microescala (por ejemplo, un inodoro seco) o a macroescala (por ejemplo, el paisaje). Fuente: Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarollo de los Recursos Hídricos 2018.