Sanidad vegetal bionanfemtotecnológica para la hiperproducción vegetal

Sanidad Vegetal Bionanofemtotecnológica para la hiperproducción vegetal

Dr. Luis Alberto Lightbourn Rojas, PhD.

La reconformación de la sociedad global en diversos temas de seguridad, ha hecho que los protocolos de cruce e ingreso de fronteras sean cada vez más estrictos, y no nos referimos al tráfico de armas, estupefacientes, migraciones o capitales de dudosa procedencia. Específicamente nos enfocamos en el tema de la alimentación humana, ya que finalmente los conceptos de sanidad e inocuidad productiva han alcanzado a todos los productores agrícolas del mundo.

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Los mercados de consumo de alto valor en países del primer mundo, así como los países con economías emergentes, han madurado y avanzado a pasos agigantados. Y es que el consumidor actualmente tiene el poder de decisión y un gran derecho a ejercerlo como nunca antes, por lo que el viejo paradigma del condicionamiento que regía la oferta y la demanda de productos y servicios, como lo conocimos, ha quedado en el pasado.

Estos consumidores, conformados por nuevas generaciones que han cambiado de forma diametral su manera de vivir y de convivir, están marcando pautas muy poderosas como sociedad y población, mismas que los gobiernos de los países y las autoridades encargadas de la sanidad y seguridad alimentaria no pueden ignorar. Es por eso que la garantía que asegure el consumo de alimentos vegetales sanos, de alta calidad es actualmente uno de los grandes temas de la humanidad.

Debido a esto, los gobiernos de la Unión Europa, de Asia y de Estados  Unidos, principales mercados para la producción agrícola mexicana, han estado implantando sistemas de evaluación y detección sanitaria bajo las premisas de Food Defense y Food Security (Defensa Alimentaria y Seguridad Alimentaria), con protocolos basados en modelos científicos de detección nanotecnológica y microbiológica para establecer la trazabilidad sanitaria de los productos alimentarios foráneos que ingresan a través de sus puertos y fronteras, con el objetivo de lograr un tamiz muy fino y asertivo para detectar lotes de vegetales destinados para el consumo humano y animal contaminados con bacterias, toxinas, micotoxinas y metales pesados entre otros elementos nocivos para la salud humana.

Como todos sabemos, anteriormente estos protocolos se llevaban a cabo de manera mecánica, visual y con pruebas básicas; sin embargo hoy se aplican metodologías como la espectrometría de emisión de plasma, protocolos microbiológicos de análisis nanométricos y femtomértricos de tejido vegetal, además de tener un especial cuidado en el análisis de la historia trazable de cada lote de vegetales, desde el tipo de material sembrado o trasplantado, el tipo de agroquímicos y nutrientes aplicados para sanitizar y acondicionar los suelos en presiembra, las aplicaciones edáficas y foliares realizadas en cada etapa fenológica, hasta la última aplicación foliar del protocolo de nutrición, sumando además factores como prácticas agrícolas, el tipo de manejo en el proceso de cosecha, almacenamiento en refrigeración, protocolos de antisenescencia, logística en la transportación terrestre, ferroviaria o marítima, almacenamiento y conservación en las aduanas para su análisis y evaluación sanitaria, almacenamiento y conservación  en los puntos de venta y finalmente el manejo en la exhibición al consumidor final o bien en las certificaciones de sanidad en los protocolos de venta en la industria restaurantera y hotelera.

Durante años he mencionado en la gran cantidad de foros y congresos de nutrición vegetal a los que he sido invitado a participar en todo el mundo, un axioma que hoy más que nunca cobra gran validez: no estorbar y no dañar el trabajo exergético de las plantas, es decir, darles lo que su fisiología y constitución celular requieren para que a nivel celular trabajen adecuadamente los procesos bioquímicos, biofotosintéticos, bioenzimáticos y biohormonales que constituyen, por un lado, el funcionamiento y la fortaleza de sus sistemas naturales inmunológicos mediante las rutas metabólicas AC shikímico y AC mevalónico, y por el otro lado que la energía lumínica convertida mediante el proceso fotosintético en energía de trabajo, actúe de manera adecuada en procesos vegetativos y de desarrollo, en vez de canalizar dicha energía para mantener a la planta en un constante trabajo de recuperación por la afectación diversos tipos de estrés biótico y abiótico, muchas veces ocasionados por prácticas agrícolas inadecuadas y obsoletas que van en contra del interés económico de los productores agrícolas.

No obstante, mediante la aplicación de metodologías basadas en la Bionanofemtotecnología, es decir comprender a niveles nanométricos y fentométricos (en tiempo y en espacios cuánticos), la expresión vital de las células de la planta, así como la acción de sus organelos en estrecha relación con la compatibilidad de las moléculas nutrientes de diseño, específicamente, hace posible alcanzar los niveles de sanidad e inocuidad que demandan éstos mercados de valor.

Al referirme a no dañar, expreso de manera objetiva que la mayoría de agroquímicos, biosidas y otros productos de diseño molecular trabajan de manera correcta para detener la presencia de enfermedades como hongos, virus y diversas plagas que la planta a lo largo del ciclo productivo suele adquirir. El problema es que en el diseño de este tipo de materiales a nivel molecular, se toma exclusivamente en cuenta atacar de manera directa el escenario negativo sin prever el impacto que estas moléculas tendrán en la composición bioquímica y estructural de las células vegetales. Un ejemplo de este concepto de solucionar un problema provocando otro más severo es el siguiente.

Cuando la planta presenta problemas de hongos en la superficie foliar se deprime el proceso fotosintético, el uso de fungicidas permite que sus moléculas actúen debilitando la membrana celular de los hongos para inhibir su replicación y acción nociva. Sin embargo se presenta a la vez una afectación muy seria en las células vegetales, ya que este tipo de moléculas al ingresar a éstas, afectan directamente al Citocromo P450, lo que causa una depresión en toda la estructura vegetal, alterando la epigenia de la planta, provocando una severa contracción en la productividad de forma significativa.

De la misma manera la planta necesita trabajar libremente sin ningún tipo de estorbo o bloqueo. Al hacer uso de nutrientes convencionales a base de vehículos transportadores salinos se crea un ambiente antagónico con la planta, ya que las moléculas que forman estas sales son de naturaleza hidrofílica, por lo que la planta desvía gran parte de su energía limpia y natural para atraer moléculas de agua libres que no han sido secuestradas por las moléculas salinas. Los vehículos de nutrientes salinos aunque finalmente acercan los iones a las células, pero con una escasa compatibilidad estructural celular, ya que aunque exista un débil intercambio de energía catiónica y vibriónica, las moléculas salinas bloquean los canales iónicos en las membranas celulares impidiendo el paso libre de iones activos. Es por esto que los suelos presentan una alta degradación y contaminación, además de poseer una inmensa cantidad de nutrientes bloqueados y estáticos. Debido a esto, los cultivos son sometidos a protocolos correctivos que si bien, logran recuperar en cierta medida el trabajo de la planta, afectan otras áreas de interés en la misma al aplicar caldos extremadamente agresivos y en gran volumen.

Como se podrá observar, estos dos factores, no dañar y no estorbar son fundamentales para lograr la sanidad adecuada de la producción agrícola, que mediante soluciones Bionanofemtotecnológicas hace que estas prácticas evolucionen de lo agrícola a lo agrológico, con soluciones que sean, en términos de sanidad e inocuidad, altamente compatibles no con las plantas, sino con la relación del sistema Suelo-Agua-Planta-Ambiente, para alcanzar una sustentabilidad integral donde el productor agrícola cuente con la garantía de llevar a cabo un manejo compatible con los protocolos sanitarios, para que su hiperproducción traspase sin problema alguno cualquier aduana en los diversos puertos y fronteras de transito comercial.

La pregunta lógica hasta este momento es ¿y en México es posible lograr la sanidad e inocuidad que exigen las normas de seguridad alimentaria internacionales?

La respuesta es si.

Mediante la aplicación de moléculas nutrientes Bionanofemtotecnológicas de diseño en un transporte de naturaleza coloidal, ya que se ha comprobado que este tipo de vehículos coloidales son hasta ahora los más compatibles con la naturaleza vegetal y no sólo eso, con la naturaleza humana y de la vida en general, ya que más del 80% de la materia que compone nuestro planeta es coloide.

Es por eso que los nutrientes de este tipo logran una excelente traslocación al interior de las células, lo que permite a las plantas una inigualable conversión de la energía de trabajo en materia viva expresada en raíces, tallos, hojas, flores y frutos, además de hacer que la energía se concentre principalmente en potenciar los sistemas inmunológicos en las etapas clave de desarrollo vegetal y en la exergésis vegetativa, responsable de coordinar el correcto funcionamiento del ADN Microsomal donde el ADN Cloroplástico en conjunto con el ADN Mitocondrial conjugan una interrelación natural y sin estrés para la adecuada generación de péptidos y polipéptidos para el correcto y constante armado de proteínas, mismas que inciden en otorgar las características organolépticas de calidad en frutos, tallos, flores, hojas y semillas, según sea el interés económico del productor agrológico.

Sin duda la Bionanofemtotecnología contribuirá aún más a romper los viejos paradigmas de la nutrición vegetal y el uso de prácticas agrícolas ineficientes, otorgando la garantía que busca la verdadera hiperproducción mundial de alimentos, es decir vegetales para consumo humano limpios, deliciosos, inocuos y trazables.

El futuro de la alimentación mundial inicia ya, en este momento, en este presente donde hay que tomar decisiones inteligentes y trascendentes, en beneficio de los negocios hiperproductivos y del futuro de la humanidad.

 

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Avatar for Miguel Rabago Miguel Rabago dice:

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Interesante artículo con acertada propuesta de enfoque a atacar el tema de la inocuidad. Me gustó el cambio de agrícola a agrológico. Y en cuanto a dejar todo el tema de inocuidad a la nutrición Bionanofemtotecnológica, es interesante la propuesta; aunque, agregaría que va de la mano de una buena cultura de higiene de las personas que entran en contacto directo o indirecto con el fruto y la planta. También agregar que la higiene personal y de los lugares de trabajo y producción, sí requieren del uso de productos que eliminen patógenos. Por último, ya existen nuevas tecnologías sanitizantes amigables con el personal-planta-suelo-agua-ambiente. Uno de ellos es Bioplan. Gracias por compartir, Dr. Luis. Reciba un saludo.

Avatar for José Antonio Rivas Lomeli José Antonio Rivas Lomeli dice:

Buen tema. Abriendo con punta de cambio. Es una preocupación la inocuidad de los alimentos nacionales. Sabemos que las certificaciones aplican para los mercados extranjeros. Ojala eso ecos dejen conciencia.