Revolución agraria

Revolución agraria

 

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A mediados de los años sesenta, se originó un cambio drástico en la industria norteamericana de producción de hortalizas en invernadero, dirigido por subvenciones a universidades agrícolas en tierras americanas.

Los plásticos en agricultura iniciaron una revolución tecnológica con el advenimiento de invernaderos de plástico, coberturas para las camas de cultivo, y riego por goteo.

Las universidades de Cornell y Rutgers, junto con la Universidad de Arizona, realizaron importantes contribuciones, a través de la introducción de cubiertas de invernadero de doble capa de polietileno con cámara de aire para conservar energía, así como el desarrollo de accesorios especiales llamados “polylocks,” para el ensamble o desacople rápido de grandes láminas de polietileno para cubrir la estructura del invernadero.

Los sistemas de cortinas móviles fueron diseñados de manera que pudieran actuar como cobijas o mantas aislantes para reducir las pérdidas de calor durante la noche, o la radiación solar diurna en los invernaderos.

 

Las coberturas de suelo de polietileno se utilizaban para incrementar la reflexión de la luz en los cultivos recién plantados, reducir la incidencia de enfermedades generadas en el suelo en el interior del invernadero, y proporcionar mejor control de la humedad.

Se puso un énfasis considerable en el desarrollo de sistemas de control ambiental de precisión, ya fuera con aire caliente forzado o calentamiento con agua caliente, y el desarrollo de sistemas de enfriamiento evaporativo por medio de ventiladores y muro húmedo durante los cálidos meses de verano.

Se desarrollaron sustratos de cultivo sin suelo, tales como las mezclas de turba y perlita de Cornell, para los trasplantes de hortalizas que sirvieron como ingrediente básico para la producción hidropónica de hortalizas de invernadero.

 

Manteniendo el calor

Hoy en día, las estructuras europeas de vidrio, así como las norteamericanas de polietileno y policarbonato, son muy diferentes de las modestas naves de polietileno y fibra de vidrio que se utilizaron en producción hidropónica de hortalizas entre 1965 y 1990.

Las estructuras son mucho más altas, con el fin de conseguir un ambiente de cultivo más uniforme. Para prevenir rápidas fluctuaciones de temperatura, se destina más volumen espacial en el interior del invernadero. La ventilación/enfriamiento pasivo a través del caballete del tejado se ha mejorado enormemente con el incremento en la altura debido al efecto chimenea por el cual el aire caliente asciende.

Hace 25 años, se hacia hincapié en la investigación del uso de energía solar y la disipación de calor en grandes estructuras industriales. Aunque la energía solar como fuente calorífica del invernadero es posible, no es rentable económicamente, debido a los costos de colección y almacenamiento.

La rentabilidad de utilizar calor residual de plantas generadoras se inclina hacia la incorporación este uso del calor en los planes generales para plantas nuevas, en vez de modificar las instalaciones existentes. Al principio de los ’80 se introdujeron las computadoras permitiendo mayor automatización de los sistemas ambientales y de cultivo.

 

Ambiente bajo control

En la actualidad los invernaderos se comprenden más bien como “Agricultura de Ambiente Controlado” con control de precisión sobre las temperaturas del aire y de las raíces, el riego, la nutrición de las plantas, la humedad, el dióxido de carbono, e incluso la luminosidad.

Aunque existen muchos tipos de sistemas de cultivo, los tres sustratos más populares son perlita, lana de roca y corteza de coco. Los productores del futuro optarán por un menor volumen radicular para reducir los costos del sustrato y maximizar el control sobre la nutrición mineral, aireación de la planta, enfermedades de la raíz y sabor del fruto.

Los cultivos pueden desarrollarse sin protectantes, mediante el uso del control biológico y la genética.

Por poner un ejemplo, la producción de lechuga a campo abierto se está desplazando cada vez más hacia la producción en invernadero, alcanzándose unos rendimientos jamás soñados.

En un futuro cercano, al cultivo de hortalizas y plantas ornamentales en invernadero se agregará una amplia gama de los llamados cultivos farmacéuticos (vacunas comestibles y otras plantas medicinales).