Reduce pérdidas poscosecha

Reduzca las pérdidas

Las pérdidas poscosecha de frutas y hortalizas causadas por microorganismos a nivel mundial son del orden de 5-25% en países desarrollados y de 20-50% en países en desarrollo.

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La diferencia en la magnitud del daño de ambos escenarios obedece a que en los países desarrollados prevalecen condiciones ambientales de temperatura y humedad menos favorables para la ocurrencia de daños; tienen mayor disponibilidad de recursos tecnológicos y económicos para prevenir las pérdidas poscosecha, y los mercados son más exigentes.

Las enfermedades en poscosecha provocan el deterioro de los productos antes de ser consumidos o procesados. Las frutas y hortalizas frescas son generalmente las más susceptibles al deterioro poscosecha, debido a cambios fisiológicos, daños físico-mecánicos, daño químico, y descomposición por microorganismos, los cuales en sentido estricto son considerados causas patológicas.

 

Patógenos poscosecha

Los patógenos más importantes que causan pérdidas poscosecha de frutas y hortalizas son normalmente las bacterias y los hongos; sin embargo, algunos roedores e insectos pueden contribuir a las pérdidas directamente al causar daño mecánico, indirectamente transmitiendo y creando vías de entrada para los patógenos, y como agentes de riesgo cuarentenario (caso de Moscas de la fruta).

 

Las bacterias son a menudo la causa más importante de deterioro en las hortalizas, siendo Erwinia spp. el más común causante de las “pudriciones suaves”; algunos miembros del género Pseudomonas también causan deterioro en hortalizas.

 

Con mayor frecuencia los hongos son los causantes del deterioro patológico de frutas y productos subterráneos (raíces, tubérculos, cormos, etc.).

Una amplia gama de hongos han sido caracterizados como causantes del deterioro patológico en una variedad de productos, siendo los más comunes algunas especies de Alternaria, Botrytis, Diplodia, Monilinia, Pennicillium, Colletotrichum, Phomopsis, Fusarium, Rhizopus y Mucor. Los microorganismos producen estructuras especializadas que deben ser depositadas sobre el producto para poder penetrar, invadir y eventualmente colonizar masivamente el tejido para causar daño económico.

Estos procesos requieren de condiciones húmedas para que la mayoría de los hongos y bacterias puedan germinar y penetrar el tejido del producto.

Desafortunadamente, esas condiciones con frecuencia existen en los ambientes en los cuales se manipulan los productos.

Los hongos presentes durante el período poscosecha muestran crecimiento óptimo a 20-25 ºC, dependiendo de la especie, aunque algunos de ellos responden a temperaturas ligeramente superiores.

En general, las temperaturas máximas que toleran los hongos para su crecimiento son 32 a 38 ºC, aunque algunas especies pueden crecer aún a mayores temperaturas. Las temperaturas inferiores a 15 ºC suelen inhibir el desarrollo de patógenos, aunque existe un grupo selecto de hongos (como Pennicillium expansum, Botrytis cinerea, Alternaria alternata y Cladosporium herbarum) que pueden crecer y causar deterioro a temperaturas entre –1 y 1 ºC. Obviamente, los productos que son afectados por estos hongos tienen mayor riesgo de deterioro patológico.

 

Reduce pérdidas poscosecha

A continuación presentamos una serie de recomendaciones que le ayudaran a reducir el porcentaje de pérdidas en poscosecha.

 

Buen manejo del cultivo en campo y cosecha. El control de pérdidas poscosecha causadas por hongos y bacterias se inicia en el campo. Cualquier práctica orientada a minimizar el estrés del producto en el campo, contribuye posteriormente a asegurar la durabilidad poscosecha de dicho producto. Esto incluye una adecuada nutrición, suministro adecuado de agua, buen control de plagas y enfermedades (por su efecto en la reducción de fuentes de inóculo), cosecha en el grado de madurez apropiada, buen manejo durante la cosecha y rápida iniciación de la cadena fría.

 

Tratamientos químicos. Después de la cosecha, los frutos y vegetales que lo permitan deberán ser lavados y tratados con químicos desinfectantes. El agua de lavado debe ser cambiada con frecuencia y las soluciones desinfectantes deben ser monitoreadas constantemente para mantener la fuerza germicida deseable. El cloro es el desinfectante de amplio espectro utilizado universalmente y con frecuencia se utilizan fungicidas para prevenir específicamente el daño provocado por hongos.

 

Medidas fitosanitarias. El mantenimiento de buenas condiciones sanitarias en almacenaje es esencial para minimizar la contaminación por microorganismos patógenos y por mohos oportunistas que crecen sobre la superficie de empaques, paredes y cielo raso de cuartos en los cuales prevalecen condiciones de alta humedad relativa.

 

Estos mohos superficiales, aunque no pudren los productos como agentes primarios, pueden tener un efecto indeseable, al producir etileno y otros volátiles que aceleran senescencia e inducen sabores raros al producto; o actuar como patógenos secundarios. Esas mismas áreas con mohos superficiales también pueden favorecer el desarrollo de organismos que sí causan pudriciones.

Para reducir presión de inóculo y probabilidades de infección, se debe implantar buenas prácticas fitosanitarias en áreas donde el producto es almacenado, manipulado o transportado, eliminar residuos de producto que pudieran albergar inóculo. Las herramientas, cajas, edificios, etc., deben ser limpiados o esterilizados antes de su utilización.

 

Empaques protectores. Los empaques para almacenaje y transporte deben proteger el producto de magulladuras de impacto, de compresión y de roces. Sin embargo, la humedad que se condensa usualmente en el interior de los paquetes puede promover el desarrollo de pudriciones y mohos superficiales. Otra opción sería utilizar empaques de atmósfera controlada, siempre que la relación costo-beneficio lo justifique.

 

Manejo de temperatura. Enfriamiento inmediato después de la cosecha y refrigeración del producto, es el método más efectivo para retardar el deterioro de la mayoría de frutas y hortalizas, ya que se retrasa el envejecimiento natural, producción de calor resultante de la respiración, producción de etileno, pérdida de agua y descomposición por invasión de microorganismos.

 

En general, no es posible mejorar la calidad después de la cosecha y su irreversible deterioro comienza inmediatamente. Recuerden que cuanto más cuidadosamente es manejado un producto, más lenta será la tasa de deterioro durante las siguientes operaciones poscosecha.

 

 

 

 

Más información en FHIA, Honduras, [email protected] o www.fhia.org.hn