Perspectivas de los programas de invernadero de Fondos Concursables

Con la liberación de aranceles a las importaciones de maíz en la puerta, el titular de SAGARPA, Alberto Cárdenas Jiménez, anunció el pasado mes de noviembre que ya se cumplieron las metas de otorgar apoyos de Procampo a los productores nacionales por valor de 16 mil millones de pesos, y junto a ello, también dio a conocer que a partir de diciembre se aplicarán los recursos del programa de Fondos Concursables para la transferencia de tecnología, mediante los cuales SAGARPA, aportará hasta el 70% del costo de la inversión de 90 proyectos que fueron seleccionados a nivel nacional.

Las cifras oficiales ofrecen alguna información que permite deducir que los apoyos para la producción de invernadero podrían alcanzar 400 millones de pesos, distribuidos principalmente en los estados de Durango, Jalisco, México, Morelos, Oaxaca y Zacatecas, de los cuales proviene el 85% de los proyectos aprobados.

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Como en años anteriores, la mayoría de los proyectos seleccionados estarán enfocados en producción de tomate, con el previsible riesgo de que en un futuro cercano podría causar una saturación del mercado de este cultivo.

Es cierto que los proyectos de producción de tomate parecen los más rentables en papel, pero existen otras opciones que no han recibido atención adecuada, ni de SAGARPA, ni de los productores. Por ello, consideramos que debería existir una evaluación más amplia de las opciones que presentan otros cultivos, tales como lechuga, calabacita, ejotes y pepinos, los cuales ocupan pequeños módulos de producción.

 

Morelos

En el caso de Morelos, fueron aprobados 36 invernaderos de 1,250 m2 y 71 invernaderos de 1,800 m2, con una inversión aproximada de 65 millones de pesos. Según declaraciones del Secretario de Desarrollo Agropecuario de la entidad, Jorge Morales Barud, se busca apoyar directamente a los productores que promuevan la capitalización y el desarrollo tecnológico.

La construcción de los invernaderos en Morelos estará condicionada a las empresas proveedoras que cumplan con los requisitos marcados en las convocatorias oficiales, los cuales se refieren prácticamente al tipo de estructura y cubierta, pero dejan a un lado puntos importantes de la nivelación del terreno, cimentación, diseño del drenaje y ventilación del invernadero.

En cambio, se menciona que se pedirá una fianza de garantía para la terminación de la obra y casos imprevistos, aunque en realidad, los requerimientos del Gobierno, se enfocan en la descripción de una tecnología que no resulta la más adecuada, sino aquella que se pueda aplicar de manera inmediata.

Sin embargo, si bien el proceso de selección duró casi todo el año, los productores hubieron de hacer sus propuestas — en conjunto con lo proveedores — antes del 15 de diciembre del 2007, para que los invernaderos estuvieran instalados en febrero.

Dadas las condiciones de una infraestructura limitada, resulta poco probable que los 107 proyectos puedan ser instalados antes de terminar febrero, y lógicamente esto puede generar una incorrecta aplicación de los recursos.

Uno de los puntos más críticos con respecto a la adopción de nuevas tecnologías es, sin duda, la falta de planeación, ya que muchos invernaderos que se han construido en Morelos adolecen de la falta de nivelación del suelo y drenaje, lo cual aunado a las condiciones de temperatura que prevalecen en la región, genera graves problemas de humedad relativa en el interior de los invernaderos.

Otro problema que hemos observado en la región, es que gran parte de los proyectos de invernadero, no cuenta con energía eléctrica para operar sistemas de ventilación en sus instalaciones, lo cual limita su potencial productivo.

 

Durango

En el caso de Durango, el Programa de Fondos Concursables aportará 39 millones de pesos para la construcción de pequeños módulos de invernaderos, los cuales a juzgar por el monto de los apoyos, es muy probable que se enfoquen hacia la producción de tomate en invernaderos de baja tecnología y  macrotúneles para la producción de chiles picosos, cilantro, ejotes y calabacitas.

De acuerdo con las experiencias de algunos productores, las limitaciones más importantes son la falta de sistemas de calefacción en los invernaderos, por lo que se ven obligados a realizar ciclos cortos de cultivo (10-12 racimos de tomate) y buscar otras alternativas, tales como la producción en macrotúneles — que tienen un costo de inversión menor y pueden adaptarse para otros cultivos de alto valor — que han mostrado tener una amplia demanda en los mercados de exportación. Este es el caso de chiles, pepino, calabacitas, fresa, melones y ejotes.

Para los directivos de SAGARPA en la entidad, el potencial de pequeños módulos de invernadero deberá dirigirse hacia una mayor diversificación de cultivos, para no concentrar las inversiones en tomate y generar mayores oportunidades de desarrollo en el campo.

 

Jalisco

Para los representantes de Jalisco, los apoyos (que suman 75 millones de pesos) también buscan la diversificación, junto con el establecimiento de una red de invernaderos de investigación que permitan validar las tecnologías más apropiadas.

Para el 2008, esperan generar varios proyectos con la Universidad de Guadalajara y especialmente con el Centro Universitario del Sur (CUSUR), donde se concentra una de las principales áreas de producción de tomate a nivel nacional. Los especialistas trabajan ya en el desarrollo de los módulos de investigación y validación de tecnologías. El director de la nueva carrera de Agronegocios del CUSUR, está preparando un plan para el desarrollo de los proyectos de invernadero, que buscan promover las nuevas tecnologías para la producción de una mayor diversidad de cultivos.

Las perspectivas para aplicación de recursos de SAGARPA de los Fondos Concursables, muestran que existe una concentración hacia la producción de tomate, junto con alternativas para diversificar la producción y establecer módulos demostrativos, a fin de que las próximas inversiones puedan asegurar la rentabilidad.