Opciones de producción de tomate en México

Tomate del futuro

Hace unos días platicaba con un productor de tomates sobre las perspectivas del cultivo. Me dijo que uno de los mayores problemas no es la producción, sino la comercialización, y que de acuerdo con las tendencias de incremento en la producción de invernaderos resulta obvio que el mercado está saturado.

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Digamos que no sólo se trata de los invernaderos, sino de la tecnología que conllevan, ya que aunque el promedio de producción en invernadero es de 200 toneladas por hectárea, en algunas empresas que adoptan mayores tecnologías los rendimientos por hectárea pueden ser de 1,400 a 1,600 cajas de 6.8 kilos por semana.

Esto quiere decir que, en una semana pueden cosechar 9,520 kg, que en un ciclo de 42 semanas significarían 400 toneladas por hectárea, es decir, el doble del promedio.

Y aún hay empresas que registran hasta 600 toneladas de tomate por hectárea.

 

 

Incremento notable

Para confirmar lo anterior, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) reportaba que en la temporada 2003-2004, se exportaron 76,966 toneladas de tomate de invernadero desde México, con un valor de $100 millones de dólares.

Mientras que para la temporada 2005-2006, el volumen incrementó a 173,855 toneladas, con un valor de $225 millones de dólares.

Es decir, que en sólo dos años se observó un incremento del 125% (62.5% de crecimiento anual).

Sin embargo, aunque las perspectivas de los invernaderos parecen indicar que seguirán sustituyendo a las producciones de campo abierto, en realidad se tienen que buscar alternativas de producción, debido a que la producción intensiva de los invernaderos requiere de economías de escala que no siempre es posible adoptar.

 

Rentabilidad

Desde otro punto de vista, para que un invernadero sea rentable, tiene que ser muy productivo, y para ello se requieren insumos acordes con los niveles de productividad deseada en las áreas en donde se realiza la producción.

Por ejemplo, en Chihuahua o Zacatecas, el consumo de gas para calentar un invernadero es aproximadamente de $7 a $12 dólares por metro cuadrado y por ciclo, con lo que la inversión en gas puede ser, en el mejor de los casos, de $7,000 dólares mensuales, y en casos extremos puede llegar a $12,000 dólares por mes en promedio. Algo similar ocurre en Querétaro y en el estado de México, donde las temperaturas invernales varían entre 5 y -7°C.

En cambio, en otras zonas más templadas, como Michoacán, Jalisco, y Guanajuato, se pueden obtener rendimientos de 400 a 600 toneladas por hectárea, con un consumo de gas de $4 dólares por metro cuadrado, lo cual equivale a una inversión de $4,000 dólares mensuales. Aunque es posible obtener tomates sin calefacción en estas regiones (al igual que en Sinaloa o Veracruz), los rendimientos serían de unas 250 toneladas por hectárea.

 

Tomate orgánico

Por todo lo anterior, el agricultor a quien aludia al principio, me comentaba que las opciones son varias — aumentar la promoción del tomate para elevar su consumo, o bien buscar opciones en las especialidades. En este punto, resalta el interés de los productores por entrar en la producción de tomates orgánicos, y es un hecho que en la próxima temporada se desarrollaran al menos 500 hectáreas de pruebas en Sinaloa, Sonora, Baja California, Veracruz, Puebla, Quintana Roo y Michoacán.

La idea de esta producción orgánica es establecer programas adecuados, y no sólo proyectos de producción “semiorgánica.” Para ello, se están realizando pruebas con investigadores de Canadá e Israel, que cuentan con un paquete de tecnología especializado en la producción de tomates orgánicos.

Las pruebas iniciales se llevarán a cabo en los estados mencionados y serán parte de un programa muy bien definido, en el cual los fertilizantes orgánicos serán la base de este proyecto. Como es del conocimiento de la mayoría de los productores, la disponibilidad y el precio de los fertilizantes orgánicos ha sido una limitante, aunada a la baja productividad de los sistemas orgánicos.

Sin embargo, la nueva tecnología de producción podrá asegurar, por un lado la disponibilidad y abastecimiento de fertilizantes orgánicos, así como una productividad similar a la que se obtiene en los métodos tradicionales. Las perspectivas de este proyecto son muy interesantes y esperamos tener más noticias en los próximos meses.

 

 

 

 

Para más información sobre proyectos de nueva tecnología de producción de tomate en México, puede contactar al Ing. Jorge Oviedo, representante de FERMAN, a su correo electrónico: [email protected]