Marchitez en melón y sandía

 

Melón y sandía son las especies de cucurbitáceas que ocupan los primeros lugares en orden de importancia a nivel mundial, debido al número de hectáreas plantadas anualmente.
 
El problema fitosanitario más fuerte que en la actualidad presenta la sandía es causado por el patógeno del suelo Fusarium oxysporum f. sp. niveum, el cual ocasiona muerte total de las plantas, previo a la cosecha o antes, dependiendo de la severidad de la infección. Cabe indicar que esta especie afecta únicamente a sandía. Para el caso de melón es otra especie de Fusarium la causante de la marchitez.
 
Esta especie de Fusarium, principal patógeno de tipo vascular que ataca a esta cucurbitácea, es causante de la eliminación de plantas en todas las áreas productoras del mundo. En el Noroeste de México se ha presentado en valles agrícolas, donde el hongo se ha establecido debido a la repetición del cultivo y la siembra se dificulta por los niveles de infección que se han formado en el suelo.
 
 

Síntomas de la enfermedad

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Aunque los daños más graves se producen antes de la recolección de los frutos, el hongo puede atacar a plantas de cualquier edad, dependiendo de los niveles de infección del patógeno, el cual penetra directamente a las raíces y se aloja en los haces vasculares, obstruyendo la absorción de agua y nutrientes.
 
Los primeros síntomas de la enfermedad son amarillamiento de las hojas y marchitez durante el día. Posteriormente la planta muere en un lapso de 3 a 4 días. Cuando se inspecciona la raíz, se observa que los haces vasculares presentan coloraciones oscuras características que indican obstrucción de los mismos (Fig. 2 y 3). 
 
Los síntomas finales se caracterizan por marchitez de la planta, que ocurre antes de la cosecha (Fig. 1).
 
 

Signos de la enfermedad

Al inspeccionar las plantas afectadas en laboratorio, y después de aislar estructuras de este hongo, podemos observar micelio, microconidias, macroconidias (Fig. 4) y clamidosporas — estructuras de resistencia, que pueden ser viables hasta por 20 años.
 
Es posible aislar este género en medios de cultivo clásicos como Papa Dextrosa Agar (PDA), o bien utilizando medios específicos para este hongo. Se conocen tres razas de este género, las cuales han sido designadas como 0, 1 y 2, y son diferentes entre sí por el rango de variedades susceptibles a las que atacan. 
 
 

Ciclo de la enfermedad

Considerando que este hongo puede transmitirse por semilla, es muy importante considerar la utilización de semilla obtenida en suelos libres de la enfermedad.
 
La penetración del micelio es directa al tejido radicular y es favorecida por el ataque de nemátodos del genero Meloidogyne spp., principalmente. Otra de las fuentes de contaminación del patógeno es por sustratos contaminados por agua de riego, viento y maquinaria, ocurriendo la diseminación del problema.
 
La invernación del hongo ocurre en suelo, residuos de plantas afectadas, y la más importante en la diseminación de un lugar a otro como es el interior de la semilla. Las temperaturas reportadas más adecuadas para la infección y desarrollo de este Fusarium oscilan entre 20 y 28°C.
 
 

Fusarium en melones

Este género también ha sido reportado en melón, aunque en menor frecuencia que sandía. La especie es particular para el melón es Fusarium oxysporum f.sp. melonis.
 
La presencia de este patógeno puede presentarse desde plántula causando secadera hasta marchitez de plantas adultas. Otros síntomas son amarillamiento de las hojas basales y un achaparramiento de la planta. Posteriormente ocurre una marchitez típica y en la parte interna del cuello, se observa una coloración oscura de los tejidos vasculares, donde el xylema está obstruido y bloquea el paso de nutrientes y agua. Las raíces también presentan pudrición cuando la enfermedad esta avanzada. Los frutos de melón también son infectados y llegan a pudrirse, debido a la entrada de microorganismos secundarios. El ciclo de vida del patógeno es similar al causante de marchitez en sandía.
 
 
Considerando que los patógenos son específicos en cada cultivo, el terreno puede tener rotación considerando estos dos cultivos.   
 

Control de Fusarium en Cucurbitáceas

 
  • Entre las medidas a considerar para evitar daños por este género fungoso destacan las siguientes:
     
  • Rotación amplia de cultivos, ya que el monocultivo tiende a incrementar los niveles de inoculo del hongo
     
  • Uso variedades tolerantes a las diferentes razas del patógeno.
     
  • Uso de semillas libres de la enfermedad.
     
  • Al producir plántulas para transplante, utilizar una proporción de 1:3 de lombricomposta en el sustrato utilizado para plantación (1/3 de lombricomposta + 2/3 del sustrato).
     
  • Uso de plantas injertadas sobre patrones resistentes al patógeno.
     
  • Utilizar en el sistema de riego de plántulas o en campo, una solución del Hongo Trichoderma harzianum y lixiviado de lombricomposta (Esto ayudará al control biológico de la enfermedad).
     
  • La aplicación de fungicidas contra Fusarium oxysporun, no ha sido efectiva.
 
 Fotos disponibles en versión impresa pgs. 10-11.
 
 

 
Dr. Guerrero Ruiz es Profesor-Investigador del Departamento de Agricultura y Ganadería de la Universidad de Sonora, México. Para más información escriba a: [email protected] {Fotos cortesía de Dr. José Cosme Guerrero]