Incremento en consumo de tomates en EUA

 

 

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Cuando volaba a León al Congreso Internacional del Tomate el mes pasado, por afortunada coincidencia me senté junto a un amigo a quien había conocido durante el Congreso del año anterior. Se trataba de un ejecutivo de Desert Glory, que produce tomates cherry en racimo en una extensión de 400 hectáreas de invernaderos en Jalisco. Durante el vuelo platicamos sobre dos temas: básquetbol y tomates. La conversación sobre básquet duró dos largos y dolorosos minutos (“sus” Spurs habían derrotado a “mis” Cavaliers en el campeonato de la NBA), pero las dos horas y media restantes que empleamos conversando sobre tomates se me pasaron “volando.”

Nunca había existido una época más dinámica, interesante o emocionante para la industria del tomate fresco, ni para las casi mil personas de todo México y otros once países que se reunieron con nosotros en León durante los tres días de debate sobre el Rey de las Hortalizas.

El caso de Desert Glory ilustra en muchos aspectos las tendencias actuales de la industria del tomate en Norteamérica — la demanda por los tomates “Nature Sweet” de Desert Glory crece; las ventas se incrementan, y Desert Glory explora maneras para ampliar su oferta, incluyendo la formación de alianzas con otros productores de invernadero.

En 2006, el comercio internacional de tomates entre México, EUA y Canadá alcanzó un valor récord de más de $1,500 millones de dólares. EUA, que actualmente importa un tercio de los tomates frescos que consume, y es el mayor importador de tomates en el mundo, importó un récord de $919 millones de dólares en tomates de México el año pasado, batiendo el récord anterior de $781 millones de dólares establecido en 2005. Canadá, por su parte, importó casi otros $100 millones de dólares en tomates de México.

Los tomates de invernadero constituyen una parte creciente de los tomates importados y consumidos por EUA. En 1998, EUA importó $190 millones de dólares en tomates de invernadero, correspondientes a un cuarto de sus importaciones de tomate. El año pasado, importó $555 millones de dólares en tomates de invernadero, que constituyeron el 45% de sus importaciones de tomates. México, con casi 2,000 hectáreas de producción protegida de tomates (invernaderos y casas-sombra), es responsable de la mayor parte del crecimiento en la oferta.

Como era de suponer, la creciente oferta de tomates de invernadero está presionando los precios a la baja, lo cual podría continuar a medida que se expande dicha producción. Así, es de esperar que sólo los productores de invernadero más eficientes prosperen. Aquellos con condiciones ideales — buena luminosidad, temperaturas diurnas y nocturnas adecuadas, agua de calidad, baja presión de plagas, y proximidad al mercado — llevarán ventaja.

Sólo en los últimos 15 años, el consumo de tomate per capita en EUA ha pasado de siete a nueve kilos anuales. Con las sabrosas, dulces y coloridas variedades que están siendo ahora desarrolladas, el consumo de tomates en Norteamérica debería de continuar creciendo; así como las oportunidades — y los retos — para los productores de tomate