Impulso generativo en tomates injertados

Impulso generativo

Patrones comerciales tales como Mulitfort (DRS), Maxifort (DRS), Big Power (RZ), Emperador (RZ), Efialto (EZ) o Eldorado (EZ) son desarrollados por las compañías semilleras con el propósito específico de injertar, y cada uno de ellos posee sus propios puntos fuertes y débiles.

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Las variedades de portainjertos comunes ofrecen niveles diferentes de vigor y resistencia optimizada a enfermedades tales como Pyrenochaeta lycopersici (Raíz corchosa o acorchada), especies comunes de nemátodos, Verticillium sp. y Fusarium oxysporum razas 1, 2 y 3.

Al practicar el injerto en el patrón o portainjertos la variedad adquiere vigor adicional, por lo que el productor debe pensar constantemente en orientar a las plantas en dirección generativa desde el principio. Si las plantas no son orientadas adecuadamente, desarrollan tallos y hojas grandes, pero frutos pequeños; en otras palabras, va a ser difícil impulsar a la planta vegetativa más tarde en la fase de crecimiento.

Elimina la cabeza

Cortar la punta superior o cabeza a una planta injertada permite el desarrollo de dos tallos individuales en un sólo patrón o portainjertos, lo cual debe hacerse de 2 a 3 días después de que las plantas injertadas hayan sido retiradas del túnel de incubación (cámara de curado), trasplantados en bloques de fibra de coco o lana de roca de 10 x 10 cm y aclimatados a su nuevo ambiente.

Deben prepararse los bloques antes del trasplante, empapándolos completamente en una solución nutriente con valor de pH de 5.2 – 5.4 y valor de CE de 2.0 – 2.5 mS. El objetivo es obtener un pH en los bloques entre 5.5 y 6.0. Los bloques de 10 x 10 cm desempeñan una función muy importante en lo que respecta a la orientación y manejo de la planta y también cuando se trasladan las plantas de la zona de propagación a la de producción.

Debido a la potencia y el vigor del portainjerto, es importante retirar la cabeza o el meristemo apical de la variedad, de manera que los dos tallos resultantes formados en los nudos de los cotiledones se desarrollen por igual y equitativamente. Esto dará como resultado dos tallos del mismo tamaño, vigor y velocidad de floración. Así se desarrollará una planta mucho más uniforme y con el mismo desarrollo de brotes que si hubiéramos dejado crecer sólo el tallo principal y permitido el desarrollo de un brote lateral.

Si se permite el desarrollo de un único brote del portainjertos, la dominancia apical del tallo principal prevendría el desarrollo adecuado del brote lateral, así como el mantenimiento de la misma velocidad que el tallo principal. Como resultado, el brote lateral sería más pequeño y tendría al menos una semana y media de retraso en comparación con el tallo principal en lo que se refiere al desarrollo fisiológico y físico.

El momento adecuado de cortar la cabeza de la variedad depende del nivel de luminosidad, y por lo tanto de la época del año, en el invernadero donde las plantas van a desarrollarse. En la temporada de invierno con baja luminosidad (menos de 1,000 J/día), se recomienda cortar la cabeza de la planta a la altura de la segunda hoja. Durante la temporada de verano, cuando los niveles de luminosidad son superiores (más de 2,000 J/día), puede cortarse la cabeza justo por encima de los cotiledones.


Estrategia de temperatura

La estrategia de temperatura aplicada por el propagador tendrá un impacto significativo en el ritmo de desarrollo de la planta, en su equilibrio generativo/vegetativo y en la posición del primer racimo. Tan pronto como la planta emerge de la celda de la charola, se determina la ubicación, tamaño y forma del primer racimo.

Normalmente, si todo ocurre según lo previsto, habrá nueve hojas bajo el racimo. Sin embargo, si la temperatura en el momento de emergencia es demasiado baja mientras que el nivel de luz es adecuado, el primer racimo se formará más abajo en la planta, lo cual ocurre con frecuencia en plantas propagadas en México durante enero y febrero sin luz artificial. Por el contrario, si la temperatura es demasiado alta después de la emergencia, se formarán más hojas bajo el primer racimo.

El objetivo es producir el primer racimo tan bajo como sea posible en la planta, ya que esto propiciará el inicio de producción más temprano. Sin embargo, si se reduce la temperatura en un intento de producir el primer racimo más temprano, el ritmo total de desarrollo también se reduce (p.ej. si las plantas pierden velocidad).

Cuando se utilizan bajas temperaturas para iniciar un cuajado de fruto más temprano, la planta probablemente producirá 4 ó 5 hojas entre el primer y el segundo racimo en vez de las 3 hojas acostumbradas. Temperaturas nocturnas bajas (<15°C) durante la primera semana de desarrollo de la plántula después del trasplante en el bloque, a menudo resultarán en racimos largos y/o bifurcados. Dichos racimos suelen producir frutos pequeños y deformes.

A medida que las jóvenes plantas injertadas se desarrollan en los bloques de fibra de coco o lana de roca de 10 x 10 cm, la CE se debe incrementar por medio de una combinación de manejo de agua e incrementos programados de la CE en la solución nutriente.

Con objeto de controlar el crecimiento de la plántula mientras se promueve su desarrollo fisiológico generativo al mismo tiempo, la CE en el bloque debe elevarse a 4.0 ó 4.5 mS. Si prevalecen niveles de luminosidad bajos, es aceptable e incluso recomendable mantener valores de CE más altos.

Durante el desarrollo temprano de las plantas, hasta que éstas son trasplantadas en el sustrato en el invernadero de producción, el propagador tratará de imponer acciones generativas en las plantas injertadas.

Las plantas presentarán un desarrollo vegetativo fuerte a menos que se impongan acciones generativas temprano en la vida de estas plantas. Durante las primeras etapas de desarrollo es importante que se apliquen las condiciones de cultivo adecuadas, de manera que se desarrollen en una dirección generativa fuerte. Al controlar temperatura, humedad, intensidad de luz (empleando una malla de sombreo), CE del sustrato y contenido de agua, el propagador puede influir y orientar significativamente el crecimiento de las plantas para asegurar la producción temprana de frutos de alta calidad.


Manejo de agua

Sea cual sea la época del año, el objetivo siempre será formar y establecer fortaleza en las plantas jóvenes, de manera que se forme un racimo floral a tiempo. La estrategia de manejo de agua para las nuevas plantas comienza en el momento en que la planta emerge de la celda de propagación, sin importar si la planta va a ser trasplantada o injertada.

Al controlar temperatura, humedad, intensidad de luz, CE del sustrato y contenido de agua, es posible influir y orientar significativamente el crecimiento de las plantas para asegurar la producción temprana de frutos de alta calidad.

El productor quiere proporcionar a las plantas injertadas una influencia generativa durante la propagación. Sin embargo, esto no debe hacerse permitiendo que el bloque de 10 x 10 cm se reseque entre sesiones de riego. Pequeñas sesiones de riego aplicadas con frecuencia y concentradas al mediodía, prevendrán que el bloque se reseque (p.ej. si el contenido de agua se reduce demasiado).

Es mejor aplicar numerosas sesiones de riego de bajo volumen que escasas sesiones de gran volumen. La ventaja agregada de esta técnica es que los bloques de fibra de coco o lana de roca se rehidratarán mas fácilmente si el contenido de agua en los mismos no baja de 35-40%.

El contenido de agua en los bloques debe mantenerse a 75-80% para que se desarrollen las raíces jóvenes sin sufrir ningún tipo de estrés hídrico. A medida que las plantas se desarrollan, particularmente en el caso de plantas injertadas, debe imponerse una diferencia diaria en contenido de agua, de manera que durante el día dicho contenido sea de 75-80% y durante la noche se permita una reducción al 65-70%. Una diferencia de 10-15% en contenido de agua entre el día y la noche proporcionará a las plantas la acción generativa fuerte que éstas necesitan para producir flores fuertes tan temprano como sea posible.

Trasplante al sustrato

Es particularmente importante impedir que las plantas jóvenes injertadas se enraícen en el sustrato demasiado pronto, ya que esto mantendría a las plantas en una condición vegetativa.

El objetivo es permitir que las plantas se enraícen en el sustrato cuando se haya abierto el 25-50% de las flores en el primer racimo, lo cual es indicativo de que la planta es generativa y está lista para producir flores de buena calidad. Si el productor realiza el trasplante demasiado pronto, las plantas injertadas permanecerán en hábito vegetativo fuerte, la floración del primer racimo se retrasará y las flores serán débiles.

Pueden introducirse las plantas en el invernadero de producción. Luego, en el caso de cultivo en bloques de fibra de coco o lana de roca de 10 x 10 cm, las plantas se ubican al lado del agujero de plantación, para tablas de fibra de coco compactadas, o sobre el sustrato en un plato de papel limpio, para bolsas de cultivo abiertas en la parte superior.

Prevenir que las plantas injertadas se enraícen en el sustrato hasta el momento adecuado es una estrategia muy importante a la hora de orientar a las plantas hacia una condición generativa fuerte.

 


El autor es experto en tecnología de invernadero y actualmente labora como consultor privado para productores de hortalizas y otros cultivos. Parte de este artículo fue publicado en el boletín eHortalizas del 23 de octubre 2008 como respuesta a la pregunta de varios lectores. Para más información escriba a [email protected]