Importante mantener el nivel más alto posible de seguridad alimentaria

Dicen que los de Canadá son seguros,” me comentaba hoy un anciano caballero cuando ambos inspeccionábamos la selección de tomates frescos en la verdulería del supermercado local. En realidad, parecía que quería convencerse a sí mismo de comprar esos tomates.

Le admiré por al menos haber prestado atención. De hecho, la Administración de Fármacos y Alimentos de EUA (FDA, por sus siglas en inglés) había declarado a Canadá como una de las regiones productoras “que no habían sido asociadas con los brotes” de Salmonela Saintpaul “en ciertos tipos de tomates.”

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Numerosos consumidores han decidido simplemente no comprar tomates frescos de ninguna clase u origen, sin importar su fuente de producción o si ésta pertenece o no a la lista de regiones “no asociadas” con la enfermedad, lentamente emitida por la FDA.

El gerente de frutas y verduras de ese mismo supermercado estimaba un 40% de caída en las ventas de tomates en los dos meses siguientes a la implicación de éstos por la FDA en los brotes. Las cadenas de comida rápida en EUA, incluyendo McDonalds y Burger King, así como miles de restaurantes, dejaron de servir tomates inmediatamente. A finales de junio, la situación no había cambiado.

La FDA ha sido blanco de duras críticas sobre el manejo de este brote de Salmonela, principalmente debido a la impresión que ha creado en la opinión pública y por el devastador impacto que ello ha tenido en la totalidad de la industria del tomate.

De abril a junio, la FDA ha informado sobre un número continuamente creciente de casos de enfermedad por Salmonela, hasta superar los 650 a finales de junio. Ha caracterizado al brote como “en continuidad,” haciendo creer al público que todavía hay tomates peligrosos diseminados por la cadena de distribución.

De hecho, los expertos especulaban que las enfermedades ocurrieron en un periodo de dos semanas en abril. Pero como muchas agencias de salud pública locales y estatales en EUA carecen de los recursos adecuados para reunir información e investigar enfermedades de manera eficiente, los nuevos informes que han acumulado no se refieren a nuevas enfermedades, sino a aquellas que ocurrieron hace meses.

Las criticas también alegan que la lista de lenta generación de estados de EUA y México y otros países que la FDA considera como fuentes de tomates seguras, ha tenido que ver más con esfuerzos de presión de determinados grupos que con métodos científicos.

Los productores y todos aquellos relacionados con la industria de productos agrícolas frescos saben muy bien que es necesario alcanzar el nivel más alto posible de seguridad alimentaria. Sin embargo, eliminar todos los riesgos es imposible.

Es ciertamente malo que la gente se enferme, pero tengamos en cuenta esos 650 casos de enfermedad como una proporción de los miles de millones de raciones de tomates que los consumidores han ingerido en los últimos meses. En realidad, corremos más riesgo al manejar en nuestros autos hacia el supermercado que al comer los tomates que allí compramos.