Efecto del costo del petróleo en insumos agrícolas

Petróleo y futuro

Inicio esta columna minutos después de que David, un amigo agente de bienes raíces, me informara de que ya no continuará con esa ocupación, sino que se dedicará exclusivamente a la venta de motocicletas — un negocio que inició hace dos meses y cuyas ventas son realmente promisorias.

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El precio del petróleo sigue subiendo, y uno sigue observando cómo se modifican los comportamientos en la sociedad. Los comentarios sobre el precio de los combustibles se han convertido casi en norma dentro de los programas diarios de noticias.

Se escuchan protestas públicas, políticos aprovechando el momento para lanzar ganchos proselitistas, grupos de ciudadanos pobres aceptando aceite gratis a un presidente extranjero de ideología muy diferente a la de su país, y campesinos tradicionalmente dedicados a la producción de coca considerando productos alternativos, que ahora sí parecieran generar ingresos decentes. Hasta los cantantes tienen un tema “caliente” que abordan con una que otra línea en sus inspiraciones.

 

Inevitable efecto dominó

La subida de los precios de los combustibles produce el “efecto dominó” en muchas áreas de la industria de hortalizas y agrícola en general.

 

En el área de poscosecha es muy claro el efecto. En una ciudad como Nueva York, la mitad del costo de lo que pagan los consumidores por frutas y hortalizas se debe al costo del combustible requerido para el transporte después de la cosecha. Además, está el costo de insumos tales como desinfectantes de agua, antitranspirantes, fungicidas poscosecha, etc., que también ha aumentado.

En cuanto a inocuidad, uno esperaría que las auditorías empezaran a costar más a fin de incluir los costos de transporte del inspector. Por cierto, para reducir dinero por concepto de fertilizantes convencionales, más productores inclinarían su interés en generar fertilizantes orgánicos con desechos animales, lo que sin duda implicará mayores controles para asegurar inocuidad de los productos.

La forma en que se comercializan las hortalizas cambiaría, así como el tipo de producción. La mayoría de compradores prefieren proveedores que abastezcan durante todo el año, y para que esto se dé, en algún momento debe ocurrir envío de producto desde larga distancia.

Infraestructuras eficientes

¿Se buscará ser más eficiente modernizando las infraestructuras actuales? Por ejemplo, gobiernos que agilicen la implementación de mejores sistemas ferrocarrileros para el ahorro de energía. La Universidad de California en Davis, EUA, informa que el transporte de productos perecederos en tren, consume cerca de un cuarto de la energía consumida por un camión cisterna refrigerado. Igualmente, las navieras consumen menos aún que los trenes.

Por otro lado, en un futuro más lejano, es posible que empecemos a ver transporte de perecederos en sistemas alimentados por energía solar u otra alternativa más limpia que la que algunos han sugerido.

 Buenas y malas costumbres

En toda esta mezcla de cosas, hasta malos comportamientos empiezan a aflorar (lo cual no es de extrañar; ya que después de todo, el petróleo es causa de guerras).

Me decía un exportador que, hace poco descubrieron a un chófer que modificaba o apagaba el sistema de refrigeración mientras llevaba el producto al puerto de embarque (no sé donde se encontraba el termógrafo) con el motivo de “ordeñar” el combustible del camión refrigerado.

El efecto del costo del petróleo se ve en muchos aspectos, incluyendo el incremento de precios de insumos agrícolas,
y la preparación del terreno.

La crisis de alimentos, agudizada aún más con los precios del crudo, sin duda podría convertirse en una oportunidad para muchos que en algún momento se sintieron desplazados o para aquellos que cuentan con las condiciones a nivel local.

Esto se daría a nivel de producción, así como también a nivel de procesamiento de hortalizas frescas. Algunos están aprovechando un tema como éste desde ahora.

Muchos creerían que la industria de semillas es de las que menos se afectaría, pero parece que la misma tiene una motivación extra. Por ejemplo, se están generando variedades de melón cantaloupe que pueden almacenarse a temperaturas más altas, lo que resulta en un menor consumo de combustible.

Cuestión de adaptación

Si el precio del petróleo sigue subiendo, es probable que la industria en general sea beneficiada, tanto los grandes como los pequeños productores. Sería, probablemente, una cuestión de adaptación.

Si el costo de transporte a larga distancia se torna prohibitivo, quizás los grandes productores tradicionales tengan que ramificarse, de tal forma que posean zonas de producción en diferentes áreas, o bien se asocien con los pequeños productores locales.

En aspectos técnicos poscosecha, probablemente también ocurran algunos cambios. Quizás ya no se hará tanto énfasis en mantener la calidad a un nivel aceptable por un largo período, sino que por ejemplo se haría énfasis en sistemas para conservar frío con el menor gasto de energía posible, en desarrollo de empaque eficientes y que destaquen el poco uso de energía consumido para entregar el producto en el mercado.

Innovación será, como siempre, lo que marque la diferencia.

Fonseca es especialista en hortalizas y tecnología poscosecha, ha laborado para la Universidad de Arizona, EUA y ha sido consultor en tecnología poscosecha en EUA y en diferentes países de Latinoamérica (República Dominicana, Panamá, Costa Rica y México).