Detalles a tomar en cuenta al seleccionar tecnología de invernadero

Tecnologãa rentable

El uso de nuevas tecnologías siempre trae consigo un proceso de aprendizaje que muchas veces no es tomado en cuenta para realizar una nueva inversión, o valorado de acuerdo a las experiencias obtenidas.

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En realidad, son muy pocos los productores que llevan un registro completo de sus actividades para percatarse de las ventajas reales que aportan las nuevas tecnologías.

Lo anterior me vino a la mente cuando visitaba un pequeño invernadero cuyo sistema de tutoreo no era soportado por la estructura del invernadero, sino por un soporte de cables que descansaba sobre un poste enterrado en el suelo. Algo similar al sistema utilizado en los famosos tomates colgados de principios de los ‘90, los cuales revolucionaron los sistemas de producción a campo abierto en Sinaloa.

El productor me explicó que con dicho sistema el costo de construcción de su invernadero se reducía hasta en un 50%, comparado con los invernaderos que soportan el peso del cultivo sobre la misma estructura. Sin embargo, el mismo productor me explicaba que además de las ventajas de utilizar tubos de menor calibre en la estructura, también lo hacía para facilitar el manejo de la planta, ya que a él le parecía más eficiente un tutoreo de menor altura.

Uso eficiente de recursos

Otro ejemplo de las ventajas de las nuevas tecnologías son los sistemas de fertirrigación que permiten un ahorro del agua. En realidad, se produce un empleo más eficiente de este recurso, y en grandes escalas sí permiten contabilizar un ahorro importante. En este caso, un productor tradicional ocupa un promedio de seis mil metros cúbicos de agua para regar un cultivo de tomate en un ciclo de seis meses; mientras que en un invernadero se ocupan 22 mil metros cúbicos para un ciclo de producción de 42 semanas.

La diferencia es que en campo abierto, con una producción de 50 toneladas de tomates por hectárea, la conversión es de 120 litros de agua por kilo de tomate. En cambio, en un invernadero con una producción de 450 t/ha, la conversión aproximada es de 48.8 L/kg. Sin embargo, el productor de invernadero necesita disponer del volumen de agua suficiente para abastecer el cultivo, y al mismo tiempo deberá emplear mayores recursos para filtrar el agua, e incluso enfriarla o calentarla para permitir una adecuada solubilidad de los nutrientes.

 

Materiales de cubierta

Estos detalles básicos deben tomarse en cuenta al momento de seleccionar la tecnología del invernadero, ya que en su momento pueden causar serios problemas de operación. Otra de las disyuntivas, es seleccionar la cubierta y el ancho del invernadero, lo cual está directamente relacionado con los factores de la temperatura, y en última instancia con la calidad del agua.

Generalmente, se acepta que los invernaderos son una herramienta para conservar calor y proteger al cultivo de plagas indeseables.

No obstante, se requiere evaluar el efecto de la temperatura, insolación, velocidad y dirección del viento, para determinar el tamaño ideal del invernadero. Aunque en unidades de 5 ha, con naves de 115 m x 432 m se pueden obtener rendimientos elevados, el costo de mantener la temperatura adecuada puede ser considerable. Incluso en algunas regiones, el costo de enfriar un invernadero puede ser tanto o más alto que el de calentarlo, lo cual trae consigo mayores gastos de operación.

En este tipo de invernaderos, resulta muy importante el tipo de material de cubierta para filtrar la entrada de radiaciones UV y evitar con ello un calor excesivo.

También es importante utilizar materiales de cubierta que permitan una difusión adecuada de la luz y que eviten en lo posible las pérdidas de calor en la noche. Aunque estos materiales representan una mayor inversión inicial, su costo se amortiza con una mayor productividad y una reducción en los costos de operación. Cabe mencionar que estos factores de costo y productividad deberán ser analizados constantemente para elegir los materiales mas adecuados.

 

Otro punto con respecto a las tecnologías para enfriar el invernadero, como son los muros húmedos y los sistemas de nebulización, es que éstos deberán utilizar agua filtrada y consumen una cantidad considerable de energía eléctrica para su operación. Por lo anterior, se recomienda evaluar su factibilidad antes de realizar inversiones que no sean del todo rentables.

 

El tamaño importa

Una solución para rentabilizar el enfriamiento, es utilizar invernaderos cuyos anchos no sean mayores a 50 m y con largos de 150 m, para tener una adecuada ventilación natural y evitar los cambios bruscos de temperatura.

En estos casos, los invernaderos denominados “pasivos,” pueden dar un buen resultado si se combinan con una mayor densidad del cultivo y ciclos cortos de producción. De esta forma, las plantas pueden ofrecer mayor resistencia a los cambios del clima e incluso desarrollar mecanismos de defensa contra bajas temperaturas.

 

En algunos experimentos realizados en este tipo de invernaderos, se ha demostrado que es posible obtener rendimientos elevados con menores costos de producción, aunque definitivamente en pequeñas escalas.

 

Cuidado con el sustrato

Con respecto a los sustratos, existen condicionantes del rendimiento que marcan diferencias importantes. Por varios años, se consideró el tezontle como el sustrato ideal, pero las pérdidas por lixiviación del 45 al 50% del agua y los nutrientes, hicieron que éste se mezclara con la fibra de coco para tener una mayor porcentaje de retención de humedad y evitar pérdidas excesivas.

 

Otro factor que ha impulsado el uso de los sustratos de fibra de coco, ha sido el manejo y la rapidez para realizar el trasplante. Sin embargo, entre los problemas de la fibra de coco está la acumulación de sodio, y al parecer la solución es utilizar fibras lavadas para evitar los excesos de sales.

 

El lavado del sustrato puede resultar contraproducente si no se utiliza agua filtrada, por lo que es importante analizar las bolsas de sustrato antes de realizar el trasplante.

 

Finalmente, el objetivo de este artículo no es sentar precedentes, sino orientar al productor e invitarle a realizar pruebas constantes. Con estos consejos, esperamos que en el futuro, usted pueda realizar una mejor selección de las tecnologías y los insumos que requiere su cultivo.