Desarrolla un sexto sentido en tu producción

Desarrolla un sexto sentido en tu producción

 

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“La mayoría de las personas no saben que es un buen tomate,” menciona Tom Jopson, quién una vez producía granos en Sacramento, California.  Hace casi 20 años, Tom leyó un artículo sobre la producción de hortalizas en invernadero, y mientras más leía, más intrigado se volvía. En 1991 asistió a un seminario sobre hidroponía especializada y sistemas de producción en ambientes controlados, y tomó la decisión de adentrarse en el negocio de tomates en invernadero.

 
 
“El primer año fue un fracaso – todo nos fue mal.”
 

Obtén la información adecuada

Tal vez el peor error fue retener el mismo asesor agrónomo que siempre habían utilizado. El asesor era un experto en cuanto a granos se trataba, pero no tenía experiencia con tomates en invernaderos.
 
 
En la cosecha inicial, los primeros tres racimos desarrollaron un caso severo de pudrición apical, y no fueron comerciables. Después de contactar a varios expertos estadounidenses, la suerte de Jopson cambió con la pericia de Merle Jensen.
 
 
Profesor emérito de la Universidad de Arizona, y colaborador habitual de la revista Productores de Hortalizas, entre otras, Jensen recomendó algunos cambios sutiles en el sistema de fertilización de Jopson.
 
 

Escucha las necesidades de tu planta 

Los cambios pueden ser sutiles cuando se trata de fertilizantes, pero cualquier cambio es crítico en la hidroponía, ya que no existe suelo.  Prácticamente todo lo que la planta necesita es proveído por el productor.
 
 
Como la mayoría de productores principiantes, Jopson compraba fertilizantes premezclados. Lo cual no está mal, siempre y cuando uno entienda las necesidades de la planta. En el caso de Jopson, el sistema estaba dejándole sedimento en el fondo del tanque.
 
 
Jensen proveyó una receta, que entre otras cosas requería grados más altos de fertilizantes, por ende, mejorando la calidad de los tomates de Jopson. Jensen además enseñó a Jonson una lección invaluable – cómo leer las plantas. “Ellas te van a decir qué necesitan y cuándo lo necesitan,” asegura Jopson.
 
 

Desarrolla un sexto sentido en tu invernadero

Desde entonces, los Jopsons han aprendido que el cuidado de sus plantas se extiende a sus sentidos. “Mi hermano y yo podemos caminar por el invernadero y darnos cuenta inmediatamente si hay cenicilla polvorienta – realmente podemos olerla. Ya no podemos oler los tomates, pero sí la cenicilla.”
 
 
Hoy en día los Jopsons producen tomates de alta calidad en invernadero, vendiendo a más de cuatro dólares la libra – por más de nueve meses al año. Descansan durante el mes de julio cuando el mercado está inundado de tomates locales, y retoman su producción en septiembre.
 
 
Tom se niega a revelar cual es su rendimiento, sin embargo, para apaciguar la curiosidad de la pregunta, responde: “Te lo pongo de esta manera — nosotros producimos cuatro veces más lo que un productor a campo abierto obtendría en la misma área.”
 
 
Jopson menciona que el valor de su producto recae en la calidad del mismo. “Producir tomates de alta calidad toma atención al detalle, pero vale la pena,” concluye.
 
 
 
  

 

 

 

David Eddy is editor of Western Fruit Grower, a Meister Media Worldwide publication.