Decisiones estratégicas para obtener una producción de alta calidad

Manteniendo el equilibrio

 

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El mantenimiento de un cultivo de tomate bien equilibrado a lo largo de la vida de la planta proporciona una mayor producción de frutos de calidad superior. Doug Marlow, de DHM Horticultural Consulting, explica cómo conseguirlo a través del manejo adecuado de la planta, el agua y el ambiente.

 

Observación y control

Las plantas nos transmiten sus necesidades a través de un proceso organizado de observación del cultivo y registro semanal de datos. En respuesta a los cambios físicos del cultivo (longitud de hoja, diámetro de tallo, distancia del racimo a la cabeza o punta superior de la planta, carga de frutos, etc.) el productor podrá tomar decisiones sobre la estrategia de manejo del cultivo, riego, control climático y dosificación de CO2.

“Hojas y raíces primero, frutos después” es la premisa en el control del equilibrio de la planta. En principio, la planta desarrolla hojas y raíces, estructura de soporte, y finalmente los frutos. Si se permite el desarrollo de demasiadas hojas al inicio, habrá un exceso de asimilados y la planta se volverá vegetativa. Para evitar esta situación, debe manejarse el cultivo hacia el desarrollo generativo.

Esto puede conseguirse mediante la poda de hojas y racimos, establecimiento de temperaturas más altas y manejo de riego de manera que se reduzca la diferencia en contenido de agua del día a la noche en el sustrato.

 

Poda de racimos

En el caso de cultivos sembrados justo después del día más largo, es importante podar el racimo para obtener el número de frutos deseado, una vez que el racimo haya desarrollado frutos del tamaño de un chícharo pequeño. Esto proporcionará a la planta influencia generativa.

Si la siembra ocurrió justo después del día más corto, debe podarse el racimo más precoz, de manera que la planta tenga la oportunidad de formar estructuras de soporte (“fuentes”) antes de permitir que la carga de frutos (“receptores”) se desarrolle demasiado rápido.
Cuanto más alta sea la media de temperaturas en 24 horas, mayor poda de racimos es necesaria debido al aumento en velocidad de floración.

 

Potencia de la planta

Cuando la producción de asimilados (fotosíntesis) se ve restringida por condiciones de baja luminosidad debe reducirse la temperatura en el invernadero.
La segunda fase del desarrollo del fruto es importante para el equilibrado del cultivo. Por ejemplo, si la temperatura ha sido ajustada a los niveles correctos y la velocidad de floración está equilibrada, cuando el tercer racimo se está estableciendo, el primero estará alcanzando la segunda fase y no pasará a la tercera hasta que el quinto esté establecido.

A partir de este punto la planta de tomate estará completamente cargada de frutos, los cuales requerirán asimilados. Ésta es la razón por la cual el cuaje de frutos de buena calidad del cuarto al sexto racimo es siempre la etapa más difícil en el ciclo de producción. Para empeorar las cosas, durante esta etapa de desarrollo, las raíces comienzan a decaer.

Es importante recordar que los asimilados producidos en la fotosíntesis, primero se dirigen a los frutos, después a las hojas, y finalmente a las raíces. Por ello, el desarrollo de las raíces podría estar restringido y percibirse los primeros síntomas de carencia de hierro y magnesio en el cultivo (un valor de pH incorrecto también podría contribuir a estas condiciones).

Una estrategia adecuada de manejo del agua puede contribuir a la formación de las raíces al mantener un sólido enfoque en tiempos de inicio y detención de la sesión de riego, y asegurándose de que el contenido de agua del sustrato es óptimo (70-75%), de manera que las raíces operen eficientemente (obteniendo tanto oxígeno como sea posible) cuando se acerca la temporada de la primera cosecha.

Por otra parte, aquellos productores que cuenten con más reservas remanentes en el cultivo o “potencia,” durante esta fase de baja luminosidad, podrán trabajar con temperaturas más altas en el invernadero y en consecuencia adelantar la cosecha, tomando ventaja de precios de mercado más altos.

 

También es importante durante estos meses considerar cuándo y cómo se va a incrementar la densidad de la zona superior de la planta a medida que la luz disponible comienza a incrementarse. Estas decisiones van a influir en la carga total de frutos y por tanto en la disponibilidad de asimilados.

 

Manejo de calefacción

El manejo del calor depende de los niveles de iluminación. La temperatura promedio en 24 horas se manipula de acuerdo a la luz. Una media de temperatura baja en 24 horas, cuando los niveles de luz son buenos, resulta en una planta vegetativa.

En variedades generativas, una pequeña diferencia en temperatura del día a la noche durante el desarrollo del cuarto racimo a través de la máxima carga de fruto, da como resultado el incremento de asimilados en la parte superior de la planta y en las raíces. Se obtendrá por tanto menor carga de frutos y mayor desarrollo de la planta para el equilibrio adecuado en la temporada más cálida.

Por el contrario, para variedades vegetativas o injertos, es necesaria una gran diferencia entre temperatura diurna y nocturna para proporcionar a la planta una influencia generativa.

 

Deshoje

Deben retirarse las hojas situadas sobre el racimo más joven (conteniendo al menos un fruto del tamaño de un chícharo) en la parte superior de la planta cuando la hoja mide sólo de 5 a 10cm. Esto influye de dos maneras diferentes:

1) Permite mayor cantidad de luz en racimos jóvenes. Así se mantienen más cálidos, se incrementa su velocidad de crecimiento y se induce una acción generativa.
2) Se elimina exceso de energía en el cultivo y la relación hojas/raíces/frutos se equilibra mejor. Pero lo más importante es que se mantiene una longitud de hoja estable.

 

Manejo del agua

El objetivo debe ser la reducción del contenido de agua en el sustrato (siempre que se utilicen sustratos susceptibles de manipulación, tales como lana de roca o fibra de coco) desde saturación a 55-60% en las primeras tres o cuatro semanas después de la siembra. Cuando esto se haya conseguido, debe crearse un diferencial del 8 al 12%, del día a la noche, en contenido de agua para dar al cultivo una sólida orientación generativa, si es que el cultivo se inclina hacia el hábito vegetativo.

 

Distribución de asimilados

El número de frutos por metro cuadrado o por racimo determina qué volumen de producción de asimilados en las hojas va al fruto y a otros órganos. La carga de frutos influye en la distribución de asimilados — cuantos más frutos, mayor será la atracción de asimilados.

Cuando la carga de frutos es baja, los asimilados se dirigen hacia otros órganos y las hojas se vuelven gruesas, largas y curvadas (especialmente si se han introducido altos niveles de CO2). Los niveles de luz y CO2 son los factores con mayor influencia en cuanto a la cantidad de asimilados.

 

Desarrollo de raíces

El ritmo de crecimiento de las raíces decrece (e incluso se detiene) en una planta de tomate con carga de frutos entre el cuarto y sexto racimo. Esto sucede 120-130 días después del trasplante. Las raíces permanecen del mismo tamaño o incluso menguan ligeramente durante otros 40-50 días.
La carencia de asimilados en raíces no está causada por la competencia con flores y frutos, sino, posiblemente, por un factor hormonal, originado en los frutos.

 

Para más información escriban a:[email protected]

El autor es experto en tecnología de invernadero y actualmente labora como consultor privado para productores de hortalizas y otros cultivos. Parte de este artículo fue publicado en el boletín eHortalizas del 23 de octubre 2008 como respuesta a la pregunta de varios lectores. Para más información escriba a [email protected]