Consumidores de hortalizas definen la demanda

 

Si pudieran elegir las características específicas del sector de consumidores de sus hortalizas, ¿qué pedirían? Después de todo, ustedes ponen mucho empeño en desarrollar productos de alta calidad. Toda esta inversión en esfuerzo y recursos debería ser valorada y adquirida a un precio que les permita disfrutar de un margen de ganancias.
 
Así que, seguramente les gustaría que los integrantes de su mercado objetivo tuvieran una extraordinaria capacidad para valorar todas las notas de sabor y aroma de sus productos, ¿verdad? Pues, tengan mucho cuidado con lo que piden. Veamos por qué.
 
Todo aquel que produce chiles seguramente sabe que la capsaicina es la sustancia responsable de la pungencia. Este compuesto, insoluble en agua, insípido e inodoro, provoca la sensación de picadura rápida en la parte posterior del paladar y en la garganta, así como la quemadura lenta en la lengua.
 
 
Si usted cultiva chiles picosos o distribuye semillas para estas variedades, le gustaría que su mercado valorase esta cualidad pungente. Del mismo modo, los productores de pimientos preferirían que los consumidores fueran capaces de catar el dulzor específico de sus frutos. Pero ¿cómo se mide el sabor?
 
 
La llamada Prueba Organoléptica desarrollada por Scoville es subjetiva y depende del paladar del catador y su respuesta a compuestos pungentes.
 
Un método más preciso para medir pungencia en chiles es el de cromatografía líquida de alta resolución (CLAR), más costoso que la prueba de Scoville o la del Sabor, pero mucho más preciso. Supongamos pues que la cuestión de la medida del sabor está resuelta ¿Qué me dicen de los efectos secundarios de ciertos sabores?
 
Muchos aseguran que la sensación de quemazón inherente a la presencia de capsaicina crea adición. Al ingerir chiles, la capsaicina irrita las células receptoras del dolor en boca, nariz y garganta. El cerebro responde liberando endorfinas, el analgésico natural del cuerpo humano. Las endorfinas crean un sentimiento temporal de euforia, proporcionando al devorador de chiles un placer adictivo.
 
 
Otras respuestas del cuerpo incluyen, incremento del ritmo cardiaco para acelerar el metabolismo, y creciente salivación y sudor para refrescar el cuerpo. Muchas personas, simplemente se vuelven adictas a estas sensaciones.
 
Lo sorprendente es que quienes sí pueden soportar esta pungencia, no tienen demasiado sentido del gusto; de hecho, son considerados “no catadores.” Estas personas tienen una percepción más baja de los sabores, son varones en mayoría, disfrutan de comidas especiadas y alimentos grasosos y salados, consumen más alcohol y representan el 25% de la población.
 
En el extremo opuesto, los “supercatadores,” experimentan el sabor con más intensidad al tener un número inusualmente elevado de papilas gustativas. Pero por esto mismo, los supercatadores consumen un número muy limitado de alimentos, ya que la mayoría no toleran ningún sabor ligeramente amargo, dulce, salado o picoso. Café, vino, brócoli, y por supuesto chiles picosos, quedan descartados de su dieta. Afortunadamente para ustedes, sólo el 25% de la población pertenece a este grupo.
 
Por último, en el 50% restante entramos todos los demás — los “catadores medios.”
 
En conclusión, al 75% de la población le agradan los chiles dulces o picosos, entre otras hortalizas, al menos en potencia. Paradójicamente, el 25% restante podría describir y valorar todas las notas específicas del sabor de sus productos, pero nunca los compraría.
 
Así que, cuando piensen en un mercado objetivo ideal, anoten en sus plegarias que esté formado por gente con poder adquisitivo, tendencias adictivas y sin demasiado gusto. ¿Les suena familiar?        

Reho es la Editora del Grupo Horticultura de Meister Media Worldwide

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