Consejos para el control de enfermedades en tu producción

Métodos de control

Es importante obtener información que te ayude a combatir patógenos que pudieran afectar el rendimiento y calidad en tu producción. A continuación FHIA te ofrece algunas de las clasificaciones más efectivas en métodos de control de plagas y enfermedades.

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Métodos culturales

 Los métodos culturales incluyen todas aquellas prácticas dirigidas a controlar enfermedades por medio de la manipulación de las plantas.
 
 
• Erradicación de plantas hospederas
En la presencia de un patógeno ya establecido en un área geográfica, una medida de prevención constituye la eliminación de todas aquellas especies vegetales sospechosas o confirmadas como hospederas permanentes o alternas del patógeno.

 

 
 
• Rotación de cultivos
Rotaciones de 3-4 años son utilizadas frecuentemente para eliminar del suelo ciertos patógenos, plantando especies vegetales a las cuales los patógenos no atacan. Este método es particularmente exitoso para controlar aquellos organismos con baja habilidad saprofítica.
 

 

 
 
• Medidas fitosanitarias
Incluyen todas aquellas medidas dirigidas a eliminar o reducir la cantidad de inóculo presente en el ambiente y prevenir la dispersión de inóculo de plantas o productos enfermos, a plantas o productos sanos.
 
 
Dentro de esta categoría quedan incluidas las podas para eliminación de partes enfermas que se practican para control de enfermedades de arbustos y árboles, tratamiento desinfectante de suelo para almácigo y vivero, tratamiento desinfectante de herramientas, producción de plántulas mediante cultivo de tejidos, producción de plántulas en casas de malla, etc.
 
 
 
• Mejoramiento de la condición física de las plantas
Se incluyen satisfacer las necesidades nutricionales e hídricas de las plantas. Una planta con buen manejo nutricional y con la adecuada disponibilidad de agua es menos susceptible al ataque de agentes patógenos.
 

 

 
• Mantenimiento de condiciones desfavorables al patógeno
Dentro de las prácticas recomendadas se incluyen poda y uso de distanciamientos apropiados de siembra que permitan una mejor ventilación y penetración de rayos solares, favoreciendo la creación de un microclima (humedad relativa, agua libre, temperatura, etc.) desfavorable al desarrollo de las enfermedades en las plantas.
 
  

Métodos de control genético y biológico

 El control genético de las enfermedades se puede realizar seleccionando variedades,  lones o híbridos agronómicamente aceptables que muestren resistencia al ataque de los patógenos, o incorporando a través de técnicas de mejoramiento genético convencionales o no convencionales) genes que proporcionan la resistencia.
 
 
Por su parte, el control biológico se realiza usando microorganismos que sean antagónicos al patógeno o hiperparásitos del mismo. Otra alternativa es el uso de cultivos trampa, un método utilizado particularmente para el control de nematodos.
 
 
 
 

Métodos físicos

Los métodos físicos de control más comúnmente usados incluyen el uso de la temperatura alta o baja, tal como se detalla a continuación:
 
 
• Esterilización del sustrato
Se efectúa utilizando ya sea vapor o agua caliente, haciéndolo pasar bajo presión a través del volumen del suelo. Más recientemente se ha popularizado el procedimiento de “solarización” en base al calor provocado por la luz solar al incidir sobre el suelo húmedo tapado con una lámina de plástico transparente.
 
 
 
 
• Aplicación de calor a órganos propagativos
Este es un procedimiento de uso común en viveros de ornamentales para matar patógenos de semillas, bulbos, cormos, etc. La efectividad del método se basa en el hecho que estos órganos vegetativos en latencia pueden soportar temperaturas más altas que los patógenos involucrados.
 
 
 
• Control de enfermedades con refrigeración
 Este es probablemente el método más utilizado para controlar las enfermedades de poscosecha de productos agrícolas perecederos (frutas y vegetales frescos). Su efecto se basa en inhibir o retardar el crecimiento y metabolismo general de los agentes patógenos y de esta manera prevenir su evolución e infección de los productos agrícolas, conservando su calidad durante más tiempo.