Competitividad, financiamiento y seguros al campo

Expansión del seguro

Alcanzar la competitividad en el sector agropecuario mexicano es un desafío impuesto por la globalización. Historia y experiencia han probado que financiamiento y seguros agropecuarios contra riesgos en producción y precios, son una palanca para el desarrollo del sector. Sin embargo, éstos presentan más desafíos que el crédito a otras actividades económicas.

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Factores de riesgo

Las instituciones financieras y de seguros argumentan altos costos de transacción en el sector agropecuario, debido, entre otros, factores a:
    • Dispersión de los productores.
    • Información imperfecta.
    • Elevados niveles de riesgo en producción y precios de los productos.
    • Deficiencias jurídicas para hacer cumplir los contratos de crédito.
    • Falta de garantías (además de ser especializadas y de difícil comercialización).
    • Estacionalidad de ingresos.
    • Ausencia de mercados complementarios.

En México existen diversas experiencias en financiamiento y seguro agrícola. Se cultivan poco más de 21 millones de hectáreas, de las cuales se estima que las dos terceras partes corresponden a zonas de temporal, y menos de un tercio a explotaciones de carácter comercial.

En cuanto a las unidades de producción, cifras de SAGARPA (López F., 2005) indican que sólo 6% de los productores son tecnificados y competitivos; 18% de “transición,” y 76% de autoconsumo y subsistencia.

Esta situación se evidencia al observar la superficie asegurada y habilitada en México (ver gráfica); de 1991 a 2006, financiamiento y aseguramiento no han logrado superar cinco millones de hectáreas.

En el sector agropecuario, la reducción en los niveles de incertidumbre originada por riesgos climáticos y de mercado, incide considerablemente en la competitividad del sector, por lo que es necesario contar con más y mejores herramientas de administración de riesgos.

 

Seguros de alcance masivo

Existen esquemas innovadores de seguro en varios países, que permiten reducir los costos que conllevan los esquemas tradicionales, tales como verificaciones físicas de cultivos antes de su aseguramiento (ex ante), y evaluaciones técnicas por siniestros (ex post) en la unidad de producción asegurada.

Estos esquemas de seguro de alcance masivo (o paramétricos), se basan en índices climáticos — protegen cultivos y eventos específicos definidos a nivel regional. La valoración del riesgo se realiza regionalmente, y no de forma individualizada, lo que permite fijar primas únicas, sumas aseguradas similares, e indemnizaciones iguales para todos los asegurados. Esto elimina la necesidad de supervisar cada cliente, reduciendo costos y facilitando la transferencia del riesgo al mercado internacional.

 

Superando barreras

Con estos esquemas se pueden asegurar los niveles de precipitación pluvial que requiere un cultivo específico, en una región y período determinado, haciéndose efectivo el seguro a partir de que dicha precipitación sea menor (sequía) o mayor (inundación), de acuerdo al nivel o rango establecido en el contrato de seguro (por lo general, basado en las necesidades del cultivo en sus diferentes etapas fenológicas).

Con este tipo de seguros, la evaluación del siniestro se realiza regionalmente a través de centros meteorológicos automatizados, los cuales se sitúan estratégicamente en las zonas aseguradas. El mismo esquema se puede utilizar para coberturas a partir de temperaturas máximas o mínimas (ondas cálidas o heladas), para un cultivo, región y periodo.

Adicionalmente, con estos modelos disminuyen los problemas relacionados con la selección adversa y la presencia de riesgo moral, ya que operan con estaciones climáticas automatizadas, y el monto de la indemnización no depende del resultado individualizado del proceso productivo, sino de la correlación existente entre el riesgo asegurado y la producción estimada de la zona (haciéndose necesaria una base de datos confiables de registros climáticos y de rendimientos).

 

Reflexiones

Los instrumentos basados en índices climáticos propician un cambio de paradigma en la manera de estructurar contratos de seguro agrícola. En México, a partir del 2003 estos seguros han permitido la expansión del seguro a productores que normalmente no tienen acceso a estos servicios de protección.

Con estas alternativas, es posible ampliar opciones para una mayor cobertura geográfica, productiva y de riesgos. Por otro lado, el mayor nivel de transparencia de los instrumentos basados en índices climáticos fomenta la confianza en el sistema de aseguramiento, tanto de los productores, como de las compañías aseguradoras, sin embargo, es importante que los productores comprendan el concepto, estructura y alcances de estos instrumentos.

En el sector rural mexicano existe un amplio potencial para el desarrollo de seguros en base a índices climáticos, tanto para agricultura comercial como de subsistencia.

 

 

 

 

 

Fuentes: (1) Agricultural insurance in Mesoamerica: an opportunity to deepen rural financial markets. Economic & Sector Study Series. IDB. Arias D. & Covarrubias K. Feb. ‘06; (2) Agroasemex, S.A.: SNAMR 1990-2006. Sin fecha; Estadística Operativa del SNAMR 1990-2006, Nota Metodológica de la Estadística. Sin fecha; agroasemex.gob.mx/snamr/G2 y www.agroasemex.gob.mx; (3) CNA. Compendio estadístico del sector agroalimentario 1994-2004. Dir. de Estudios Económicos. Jun. 2005; (4) Directorate – General Agriculture. Risk Management tools for E.U. Agriculture – w/special focus on insurance. Commision of the European Communities, Brussels. 2001; (5) López Tostado, F.Políticas públicas en materia de desarrollo rural. SAGARPA, Subsecretaría de Agricultura. Octubre 22, 2005; (6) SAGARPA. SIAP. Anuario Agrícola. www.siap.gob.mx