Cambios socio-económicos mundiales y la agricultura

 

Desde antes que iniciara el año 2009 ya se especulaba sobre la agudización económica y financiera que sufrirían los países desarrollados, así como sus repercusiones (negativas) en las economías emergentes y en desarrollo (algo que en el caso de México fue subestimado en sus inicios), debido a los efectos cruzados de la crisis alimentaria del 2007-2008 y el colapso financiero de mediados del 2008.
 
 
Actualmente la mayoría de las economías del mundo han dimensionado las repercusiones de la crisis (alimentaria y financiera), lo cual se percibe en la implementación de diversas políticas en los ámbitos doméstico e internacional. Sin embargo las preguntas más recurrentes son ¿cuánto durará esta situación? y ¿cuáles son las perspectivas a futuro? — en especial para el sector agroalimentario.
 
Al respecto diversos estudios consideran que el constante incremento poblacional y las expectativas de crecimiento económico de las próximas décadas se traducirán en una mayor demanda de bienes y servicios, lo cual plantea grandes retos al sistema de alimentación global.
 
Estudios realizados por el National Intelligence Council consideran que el aumento demográfico, estimado en 1.2 mil millones de personas para el año 2025, ejercerá una mayor demanda de alimentos — la población pasará de los 6.8 mil millones de personas a 8 mil millones — lo cual propiciará una mayor presión en la utilización de recursos naturales y consumo de energía para producir alimentos, por lo que no se descarta que en el mediano y largo plazo los precios de los alimentos se incrementen de nuevo.
 
 

Demanda mundial de alimentos

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El aumento de la población mundial y el crecimiento económico esperado en las próximas décadas significarán una dieta de consumo más rica en carnes y productos lácteos (sobre todo en los países asiáticos) repercutiendo en una mayor demanda de granos; en este tenor de acuerdo con el NIC, el Banco Mundial proyecta un incremento en la demanda global de alimentos para el año 2030 del 50%, siendo un componente importante de este incremento el mayor consumo de carnes.
 
 
Tan solo estos dos factores plantean la existencia de un riesgo real de una nueva crisis alimentaria en el futuro, además el NIC agrega que habrá una mayor demanda de energía (principalmente de origen fósil) una vez que el mundo emerja de la crisis actual, con el agravante de una falta de inversión en nuevos yacimientos para producir petróleo y el declive en la producción global, elementos que empujarán los precios del petróleo de nuevo a la alza.
 
 

Subirán los precios de insumos

El estudio del NIC menciona también que las innovaciones tecnológicas futuras serán vitales, ya que las tecnologías actuales son inadecuadas e insuficientes para sustituir las fuentes de energía y cantidades que se demandan actualmente, estimando que el proceso de cambio a otras tecnologías será lento.
 
El incremento proyectado en los precios del petróleo también afectará los precios de los alimentos de diversas formas; subirán los precios de fertilizantes, los costos de los procesos productivos agrícolas, del transporte de los productos alimenticios e inclusive incentivará de nuevo la producción de biocombustibles, lo cual también repercutirá en mayores precios de los alimentos.
 
La agenda alimentaria y energética son temas de seguridad de acuerdo con los informes del NIC, a los cuales adiciona el Cambio Climático, un tema que hoy día, quizás este desgastado y poco dimensionado por el exceso de discurso versus las acciones concretas para su mitigación.
 
 

Cambios climatológicos

Los efectos de Cambio Climático incidirán de múltiples formas en la oferta de alimentos: mientras el incremento de temperaturas repercutirá en mayores producciones en los polos por la expansión de tierras, en las latitudes más bajas que corresponden a los trópicos y sub-trópicos donde se encuentran la mayoría de los países en desarrollo y la mayor área de superficie, se empezarán a ver inmediatamente los impactos negativos del Cambio Climático; incrementos en la frecuencia y severidad de eventos climáticos extremos y sequías principalmente.
 
El Cambio Climático plantea grandes retos, ya que sus múltiples efectos originarán países ganadores y perdedores aunque el saldo neto para el mundo será negativo; por ejemplo el NIC indica que Rusia y Canadá tienen potencial de ser ganadores ya que sus reservas de gas y petróleo sin explorar, serán más susceptibles de explotarse con el aumento de temperaturas. Además pudiera darse la apertura de nuevas rutas marítimas que les generarían grandes ventajas económicas y comerciales.
 
Adicionalmente se abrirían miles de hectáreas a la agricultura, los ciclos agrícolas se alargarían y las áreas forestales se extenderían en las zonas de tundra.
 
Cabe mencionar que con los deshieles de la tundra existirán riesgos de daños a la infraestructura, por lo que probablemente se necesitarán nuevas tecnologías para explotar la energía fósil, además no toda la tierra será apta para la agricultura y aflorarán otros problemas en la actividad agrícola, como nuevas plagas y enfermedades en la región.
 
Es importante resaltar que además de los impactos negativos a los trópicos y sub-trópicos (con la expansión de desiertos y semidesiertos), que representan una superficie mayor a las áreas beneficiadas (del polo sur y norte), de acuerdo con el NIC el Cambio Climático también puede desatar problemas entre naciones por pugnas relacionadas con el usufructo de ríos y lagos, sobretodo en las regiones de Asia y Medio Oriente.
 
 

Escasez del recurso agua

La escasez de agua será un problema mayor ya que la población se incrementa y el consumo per capita crece; según el NIC 600 millones de personas viven en países con escasez crónica de agua o tierra agrícola limitada, sin embargo esta situación no se debe solamente al Cambio Climático, sino también a una extracción insostenible del agua de ríos, lagos y subsuelo, destacando que la agricultura en los países en desarrollo utiliza el 70% del total de agua consumida, por lo que su uso de manera racional será un elemento muy importante a considerar en el futuro.
 
 
Ante estos escenarios es prioridad el analizar, identificar y priorizar acciones — en los ámbitos nacional e internacional — que permitan asegurar un desarrollo social y económico sostenible de la humanidad.        
 
 
 
  
 
Fuentes: 1) National Intelligence Council. Global Trends 2025: A Transformed World. Washington D.C. U.S.A. November 2008.
2) von Braun Joachim. Food and Financial Crisis. Implications for Agriculture and the Poor. Food Policy Report. International Food Policy Research Institute. Washington D.C. U.S.A. 2008.