Calefacción por biomasa

 

Nota de los editores: En esta edición inaugural de nuestra sección Naturaleza Humana, presentamos a dos productores que utilizan sistemas de calefacción por biomasa para mantener una temperatura óptima en sus invernaderos respectivos. Esperamos que ustedes nos envíen sus propias experiencias productivas para incluirlas en esta sección.
 
 
En la industria agrícola, los costos de energía pueden ser equivalentes hasta un 25% de los ingresos de una empresa, dependiendo del precio y el tipo de combustible. Según un estudio conducido por la Sociedad Americana de Ingenieros Agrícolas y Biológicos (ASABE, por sus siglas en inglés), se puede obtener un ahorro de hasta 64% de dichos costos al utilizar un sistema de calefacción por biomasa, dependiendo del tipo de combustible.
 
 
Es más, la cantidad de dióxido de carbono (CO2) emitido puede bajar hasta un 90% usando un sistema de biomasa, comparado con los combustibles convencionales. Pero hay que considerar también los costos de instalación y equipos, la disponibilidad de combustibles y la rentabilidad de mantener un sistema biomasa día a día.
 
 

Innovación energética

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Cuando John Bonner, gerente de Eagle Creek Wholesale, vio que los precios de los combustibles convencionales estaban subiendo, decidió adaptar su operación para el sistema de calefacción por biomasa y otros métodos ecológicos, cortando sus gastos de energía al 80% cada año.
John viajó a Alemania con un grupo de productores para educarse sobre las innovaciones tecnológicas en energías alternativas, y acabó adquiriendo los componentes de una empresa estadounidense.
 
Entre fabricantes del equipo, libros y otros recursos educativos, Bonner se informó suficientemente como para instalar y mantener el sistema. “Una vez que se entiende lo del BTU y los costos de recursos, la instalación, mantenimiento y monitoreo no son muy complicados,” afirma, agregando que una vez instalado, pasa tal vez 15 minutos al día inspeccionándolo personalmente, mientras un sistema de vigía lo monitorea 24 horas al día.
 
 

Maquinaria automatizada

Las calderas de biomasa son recicladores gigantes que crean energía a partir de deshechos. En cuanto al combustible, la caldera de Eagle Creek tiene una capacidad de cinco millones BTU (5.3 millones kJ)y admite mantillo, excremento de vaca y caballo, aserrín y astillas de madera. Cuanta más densidad tenga el material, más alto es el nivel de BTU y por tanto, más energía provee. La empresa cuenta con la gran ventaja de producir su propio combustible — en otras secciones de su operación procesan madera, crían ganado y producen cereales.
 
En la cámara de combustión, la temperatura fluctúa normalmente sobre 350 ºC, y un sistema automatizado agrega combustible a la medida que lo necesita. El tanque contiene 225 m3 de agua, manteniéndola a temperatura de 95 ºC y presión de 170 kPa, lista para circular cuando sea necesario.
En el invernadero todo está automatizado – iluminación; humedad; temperatura de aire, suelo y agua; aplicación de fertilizantes y riego, y entrada de combustible. Según Bonner, como los controles están conectados a las fuentes de energía convencionales, en caso de un fallo del sistema de biomasa, se produciría un cambio instantáneo coherente a dichas fuentes.
 
 

Tecnología de vanguardia

Este productor se ubica en una posición ventajosa, ya que las tarifas energéticas varían tanto que una empresa ya no puede depender de ellas como recursos seguros. En contraste, el combustible a base de residuos y subproductos de otras industrias es prácticamente gratis.
 
 
Aunque a Bonner le gusta la idea de cuidar el ambiente y buscar maneras de ser más eficiente, opina que las prioridades para el buen manejo de una empresa deben ser rentabilidad y ganancia neta. “Cuando la ideología [ecológica] y el buen negocio se conectan, todos ganamos,” concluye.        

 

Entrevista a representantes de la empresa disponible en la versión impresa de la revista Productores de Hortalizas, edición de julio 2009, pg. 58.