Avances de la tecnología agrícola en Chiapas

Programas de Gobierno

De acuerdo con estadísticas de SAGARPA, la producción nacional de jitomate ha mostrado cambios importantes en los últimos años, con una reducción de la superficie de cultivo en Sinaloa, mientras que Baja California y Michoacán han mostrado un ligero incremento.

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La introducción de las nuevas tecnologías de invernadero está contribuyendo a que otras regiones de México participen activamente en la producción de jitomate. En este año, los gobiernos estatales de Puebla, Chiapas, Quintana Roo, Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí, Nuevo León y Coahuila, han implementado programas para estimular la producción de invernadero, con apoyo denominados “Fondos Concursables de Agricultura Protegida.” Con ello, los agricultores organizados pueden obtener apoyos complementarios para realizar inversiones que les permitan incrementar su producción y rentabilidad. Para darles una idea sobre este tipo de programas, haremos la evaluación de un proyecto que fue seleccionado y aprobado por el gobierno de Chiapas.

 

 

 

Tomate comiteco

En el estado de Chiapas, la zona más importante de producción de jitomate está ubicada en la región fronteriza, en los municipios de Independencia, Comitán y La Trinitaria.

Ahí se cultivan más de 400 hectáreas de jitomates en sistemas protegidos denominados “pabellones,” los cuales pese a la vulnerabilidad de sus estructuras de madera y tela tejida, han logrado un impacto de gran importancia económica, y su producción es reconocida como “tomate comiteco.”

La zona centro, en los municipios de Chiapa de Corzo, Venustiano Carranza, Ocozocoautla y Tuxtla Gutiérrez, representa otra zona de producción importante.

 

Ventajas protegidas

    • Los productores han logrado establecer un mercado constante, gracias a la experiencia obtenida en estas dos regiones, que ha incrementado el interés de los consumidores en este tipo de productos.
    • Se consigue la reducción de riesgos por efectos ambientales, granizadas, invasión de insectos plaga y roedores.
    • Pueden trabajar ciclos en temporadas y circunstancias que el gran volumen de la agricultura de campo abierto no puede. 
    • Puede ofrecerse un ambiente de trabajo saludable, armónico y con remuneraciones por encima del promedio normal en la actividad.
    • Se obtienen contratos de compra. El mercado es un factor de riesgo, que en este caso es mucho menor.

 

Nuevos proyectos

En el municipio de La Trinitaria, se cultiva jitomate desde hace unos 30 años, pero a partir de 1995 algunos productores comenzaron a experimentar con nuevos materiales híbridos bajo distintos sistemas de producción: tomate de piso a campo abierto, bajo invernadero rústico con estructura de madera, y bajo enmallados, y tomate indeterminado bajo invernadero, entre otras.

De tales siembras se han adquirido valiosas experiencias, tanto en el aspecto productivo como en el administrativo, comercial y financiero. Aun así, las experiencias no estaban generando el efecto deseado, por lo que en diciembre de 2005 se integran diversos grupos de trabajo, cuyo objetivo principal es formar en el mediano plazo una empresa rentable y legalmente constituida. Después de un largo proceso de análisis y evaluación con el apoyo de la Fundación Produce, los productores de esta región han logrado validar un tipo de tecnología que se adapta a sus condiciones.

Ésta consiste en la siembra de jitomate indeterminado, con riego y fertilización por goteo, acolchado, y manejo integrado de plagas y enfermedades bajo un sistema de mallas que protege al cultivo de la entrada de plagas. La inversión fija consiste en la construcción de dos naves con estructura tubular y cubierta con mallas antiáfidos, cuyo costo equivale a $126/m2.

Con una hectárea, la inversión aproximada es de $1,260,000 con una expectativa de producción de 6.5 kg/planta, rendimiento de 162 t/ha, precio de venta $6.0/kg en fruta de primera, y $5.0/kg en fruta de segunda. Considerando que se cosechan dos tercios en fruta de primera y un tercio en fruta de segunda, los ingresos por año ascienden $1,819,566.67.

 

Apoyos oficiales

Para que la empresa crezca de manera ordenada, los programas de apoyo establecen un proceso de planeación operativa por ciclo, con objetivos y metas a medio y largo plazo. Las más importantes son definir áreas, puestos y funciones para el funcionamiento de las nuevas empresas. Es decir, se busca obtener un impacto social, ambiental y económico.

Las nuevas empresas podrían obtener una rentabilidad superior a las tasas de interés, por lo que se espera obtener beneficios para los participantes. Adicionalmente, se está proyectando la posibilidad de expansión de inversiones en el sector rural que contribuyan al dinamismo económico de las empresas proveedoras de productos y servicios. En el aspecto social se generaría un efecto positivo, ya que cultivando dos ciclos por año, se crearían 10 empleos permanentes y ocho eventuales (cosechadores y empaque).

En resumen, existen amplias expectativas en producción intensiva que, de llevarse a la práctica de manera formal y responsable, podrán generar amplios beneficios.