Agua para el desarrollo

Agua para el desarrollo

Hace unos meses llegó a mis manos el libro “Agua para el desarrollo,” cuyo autor, el ingeniero agrónomo Alberto Jiménez Merino – ex-rector de la Universidad Autónoma Chapingo y actual Secretario de Desarrollo Agropecuario del estado de Puebla – analiza con precisión la problemática del agua, así como las posibles alternativas que existen para aumentar la disponibilidad de este valioso recurso.

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La experiencia del autor combina varios elementos, tales como investigación aplicada, docencia, extensión agrícola, administración pública y política social. Pero sobre todo, contiene una larga convivencia con la problemática del agua acunada en las tierras de Tecomatlán, Puebla, donde el autor aprendió a valorar la disponibilidad de jagüeyes, bordos, tinas ciegas, pozos, aljibes, arietes, papalotes, bombas, cubetas, cántaros y lazos, que se utilizaban para extraer y conservar el agua en su pueblo.

 

Integración social

Con el entusiasmo otorgado por las nuevas tecnologías y con un comprometido sentido de integración social, Jiménez Merino no sólo ha logrado formar numerosos estudiantes y profesionales para el desarrollo del campo, sino que ha contribuido en la creación de instituciones tales como el Museo del Agua de Tehuacán, Puebla, y diversas asociaciones (Alternativas y Procesos de Desarrollo Social, A.C., Fundación Mixteca para el Desarrollo, A.C.), así como un centro de tecnología, una escuela de financiamiento cooperativo y el programa “Agua para siempre,” de la Mixteca Poblana.

Como investigador y funcionario, ha participado además en diversos foros internacionales organizados por la Asamblea General del Consejo Mundial del Agua (III Foro Mundial del Agua de Kioto, Japón, y IV Foro Mundial del Agua, celebrado en México, D.F. en 2006). Ha participado además en eventos del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, Suecia; Aquatech en los Países Bajos, así como en los estudios realizados por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), SEMARNAT, SAGARPA, UNAM y la Universidad Autónoma Chapingo.

 

Educación ambiental

Jiménez Merino es un apasionado del tema del agua, y como tal expone que es necesario crear una nueva y verdadera cultura del agua.

Comenta en su libro que la educación ambiental no es una moda:  “Existe una problemática real en la disponibilidad de este recurso y por lo tanto es urgente educar y capacitar a los habitantes de las ciudades, a los industriales y a los agricultores para que no sólo hagan un buen uso del agua, sino para que aprendan a valorarla y conservarla.”

Agrega que lo más crítico es que el deterioro del medio ambiente se origina principalmente por el desconocimiento de las personas, tanto a nivel de educación básica como de grados académicos.

El Autor menciona que López Moreno, investigador de la UNAM, realizó en 2004 una encuesta con 279 estudiantes de Biología de esta universidad, encontrando que aunque el 100% reconocen que el agua es un líquido vital, el 40% considera que la problemática es responsabilidad del Gobierno, y el 20% creen que se ha exagerado el problema y/o que nunca se resolverá. Igualmente el 40% de la muestra reconoce que desperdicia el agua o no da importancia al tema, y sólo el 35% acepta utilizarla de manera adecuada.

 

Alternativas al “problema” del agua

Ante la situación actual que reporta una dramática disminución de la disponibilidad de agua por habitante en México, Jiménez Merino indica que se deben aplicar las siguientes medidas para remediar el problema:
    • Programas educativos en las ciudades y el medio rural.
    • Programas de rehabilitación de pozos y redes hidráulicas.
    • Localización, trazo y construcción de represas, jagüeyes, norias, bordos y pozos.
    • Manejo integral de cuencas y microcuencas.
    • Tratamiento de aguas residuales.
    • Proyectos de confinamiento de basura y rellenos sanitarios.
    • Organización y capacitación a pescadores para la resiembra de ríos, embalses, lagos, presas y lagunas.
    • Captación y aprovechamiento de agua de lluvia.
    • Reforestación, áreas de exclusión y ordenamiento de zonas protegidas contra la erosión.
    • Métodos de limpieza y evaluación de la calidad del agua.

Cada uno de estos renglones merece la atención especial de organizaciones, instituciones académicas, Gobierno y usuarios-beneficiarios del agua, para lo cual es necesario contar también con una legislación adecuada.

El autor hace hincapié en que la legislación requiere de una actualización. Como se recordará, durante el pasado IV Foro Mundial del Agua se especulaba sobre un cambio drástico en las tarifas y las concesiones para uso del agua. Por lo tanto, Jiménez Merino aborda el tema de la última legislación que dio lugar a la nueva Ley de Aguas Nacionales, publicada el 30 de abril de 2004, la cual sustituye al mismo ordenamiento de 1992 y que asimismo proviene de la Ley Federal de Aguas que data de 1972.

Aunque los cambios incluidos en la nueva ley refuerzan la necesidad de una mayor difusión de la problemática y la organización de los usuarios, estos conceptos parecen repetitivos y no aportan suficientes herramientas para garantizar la recarga de las fuentes de suministro de agua.

Por lo anterior, y al margen de los cambios en las políticas del agua, Jiménez Merino reporta una serie de compromisos que deberán ser asumidos por Gobierno, instituciones y beneficiarios del agua.

 

 

 


Para más información consulte a Fundación Mixteca para el Desarrollo, A.C.; Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Estado de Puebla o a [email protected] tel: (222) 235-0007