Pilares básicos para estructuras protegidas

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Desde el principio de la agricultura, ésta se ha visto afectada por factores externos que no dependen de forma directa del agricultor. La determinación y comprensión de estos factores ha contribuido al desarrollo de sistemas agrícolas alternativos que podrían aminorar la dependencia y hacer más eficientes las labores agrícolas.

Factores externos de la agricultura

Los factores pueden ser clasificados de una forma simple como sigue:

  • Factores climáticos: Estos factores son dependientes de la latitud, longitud, altura y orografía donde se ubique la actividad agrícola. Todo esto provoca el régimen de lluvias, las temperaturas mínimas y máximas, los vientos, la humedad del aire y otros factores que influyen en la actividad fisiológica de la planta.
     
  • Factores bióticos: Los seres vivos influyen de forma positiva y negativa en la planta.
     
  • Factores abióticos: La calidad del suelo, la pendiente del mismo, la cantidad y calidad del agua entre otros también influyen en el desarrollo de las plantas.
     
  • Factores sociales y económicos: Las presiones sobre los precios desde el lado de la demanda, la renta disponible para alimentos de los consumidores, la política fiscal y de subvenciones, los hábitos alimentarios de los consumidores.

La alternativa protegida

La horticultura protegida aparece como una alternativa para suplir en la medida de lo posible, estas dependencias externas, principalmente de los factores climáticos, bióticos y abióticos, y en menor medida de los factores sociales y económicos.

Diferentes hitos han ido ocurriendo en la horticultura que han hecho que la dependencia externa sea disminuida y a veces casi eliminada.

Podemos destacar como principales:

  • Plasticultura. Desarrollo de plásticos cada vez más finos y menos pesados, más duraderos y con mejores condiciones de transmisividad que responden a las necesidades de los agricultores a un precio razonable.
     
  • Semillas. Obtención de variedades más productivas, tolerantes o inmunes a enfermedades y adaptadas a los climas locales.
     
  • Fertirrigación. Dar a la planta el agua y el abono necesario, en el momento oportuno. Con ello, se resuelven los problemas derivados de la baja calidad de algunos suelos (transformándolo o incluso sustituyéndolo por sustratos), el problema de la escasez de agua (maximizando la eficiencia de la misma) y calidad del agua (evitando la salinización de los suelos).
     
  • Control de clima. Intentar mantener dentro del invernadero unas condiciones climáticas lo más parecidas posible a las condiciones óptimas para la planta. Cuando las condiciones climáticas externas son muy extremas, intentar mantener el clima interior cercano al óptimo, sino es posible mantenerlo por debajo de los umbrales de estrés y si se superan estos, intentar que el estrés sea el menor posible durante el menor tiempo. Mediante el control climático, no sólo aumenta la seguridad del agricultor, sino que se incrementa la calidad y la producción, y por ello la rentabilidad de éste. Se puede adelantar la siembra, o hacerla cuando las condiciones externas no lo permiten y con ello la recolección, poniendo a disposición del mercado en momentos en que los precios son más favorables. Ademas, se puede producir en épocas en que antes no se producía y si se hacía era a costa de reducir la producción y la calidad, por ejemplo en pleno verano.
     
  • Control integrado. En los la metodología denominada control últimos años se está llevando a cabo el llamado control o manejo integrado. En agricultura se entiende como manejo integrado de plagas (MIP) o control integrado de plagas, una estrategia que usa una gran variedad de métodos complementarios — físicos, mecánicos, químicos, biológicos, genéticos, legales y culturales — para el control de plagas y enfermedades.

Estos métodos se aplican en tres etapas: prevención, observación y aplicación. Es un método ecológico que aspira a reducir o eliminar el uso de plaguicidas y de minimizar el impacto al medio ambiente. Se habla también de manejo ecológico de plagas (MEP) y de manejo natural de plagas.

Pilares básicos en horticultura protegida

México es un país con una gran diversidad climática, hecho normal en un país de tan gran extensión, y hace que sea viable la horticultura protegida en gran parte del territorio. La agricultura en general, y la horticultura en especial, debe centrar todas sus actuaciones en la planta, para que mediante las mismas, se pueda mejorar el ambiente en el que se desarrolla la misma. De forma sencilla los tres pilares básicos de forma práctica serían:

  • Física: Relaciones físicas entre parámetros climáticos y parámetros usados en el riego y fertirriego (Conductividad Eléctrica, pH, RAS)
     
  • Fisiología: Cómo afectan nuestras actuaciones al crecimiento y desarrollo de las plantas.
     
  • Tecnología: Cómo usar la tecnología para obtener el mejor ambiente para las plantas. En general podemos argumentar que, cuanto más benigno o cercano al óptimo ecofisiológico sea el clima de una región determinada, menos infraestructura deberemos desarrollar para controlar el clima en el interior de un invernadero.

Extracto del articulo “Niveles estructurales en el Control e infraestructura de la horticultura protegida en México,” por Ignacio Rodríguez, Técnico de HortiMaX S.L., Juan Álvaro y Miguel Urrestarazu, Universidad de Almería, España.