Panorama mexicano: revisión de datos de la industria de invernadero en México

Panorama mexicano: revisión de datos de la industria de invernadero en México

El creciente mercado de agricultura protegida en México ha provocado cuantiosas especulaciones en cuanto a la superficie real de producción, nivel de tecnología, cultivos principales, mercados, rango de inversión y otros aspectos. Para aclarar estas cuestiones, presentamos a continuación datos reales avalados por relevantes instituciones en la industria agrícola del país.

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México cuenta con 11,759 ha de agricultura protegida. Según SAGARPA, desde el 2001 esta cifra se ha incrementado en más de 10,000 ha, alcanzando en el 2010 un volumen de producción anual cercano a 3.5 millones de toneladas.

El ritmo de crecimiento de la agricultura protegida en México es de 1,200 ha/año, predominando casas-sombra e invernaderos de baja tecnología.

Cuatro estados concentran la mayor superficie de cultivo en invernadero — Sinaloa (30%), Baja California (16%), Estado de México (12%) y Jalisco (7%). Estas entidades aportan más del 50% de la producción total de cultivos protegidos.

Tomate es el principal cultivo bajo agricultura protegida (70%) en México (roma, bola, cherry), seguido de pimiento (en todos sus colores), pepino (europeo y americano), berenjena y chile picoso.

El 60% de la producción en invernadero se exporta y el 70% de dicho volumen de exportación corresponde a tomate.

Los proyectos de alto valor (5%) están en Jalisco y Sonora. Le siguen invernaderos de mediano costo (25%) en el Bajío, y de bajo costo (70%) ubicados principalmente en los estados de Baja California y Sinaloa.

Se considera invernadero de baja tecnología a aquel con costo promedio de $70 pesos/m2, compuesto de elementos sencillos o que responde a una casa-sombra. Los invernaderos de tecnología media cuestan unos $250 pesos/m2 y son en muchos de casos estructuras semiautomatizadas. Un invernadero de alta tecnología cuesta unos $1,500 pesos/m2 y está totalmente automatizado.

El precio del proyecto ofertado está ligado al nivel de tecnología incorporado en el invernadero. Partiendo de un precio base, el invernadero se irá encareciendo a medida que se incorporen sistemas, tales como calefacción, humidificación, control de clima, etc.

Una estructura casa-sombra produce unas 160 t/ha de tomate; mientras que en un invernadero con tecnología media y mejor sustrato, podrían lograrse 350 t/ha; y en uno de alta tecnología, más de 500 t/ha.

Más del 50% de estructuras comerciales son casas-sombra, según indican los comercializadores de invernadero en México, quienes agregan que de las 6,500 ha de operaciones comerciales, el 48% corresponden a invernaderos de plástico y únicamente el 1% son estructuras de vidrio. Para dichos empresarios, México es un mercado atractivo que se encuentra en proceso de expansión y transición hacia estas nuevas tecnologías, pero además, en sus proyecciones indican que es un mercado que seguirá creciendo hacia el 2015 a un ritmo de 1,500 ha/año.

El 76% de los productores de invernadero no invierte en asesoría técnica, por considerarlo innecesario o porque no confía en los asesores. Por otra parte, México no cuenta con suficiente personal técnico capacitado en la producción en invernaderos, y la mayoría de productores con espacio productivo inferior a 5 ha, no cuenta con recursos suficientes para pagar el salario de un buen técnico.

El índice de abandono es nulo en regiones vinculadas al mercado de exportación. Tal es el caso de Sinaloa, Jalisco, Michoacán o Guanajuato. Además, existen desarrollos locales en la región sur-sureste de México, donde el crecimiento es a menor ritmo pero interesante. Por otra parte, un estudio de AMHPAC muestra que algunas entidades registraron hasta 40% de abandono del total de extensión. Las razones del abandono están en la falta de integración, en que algunos productores se aventuran sin el cumplimiento de ciertas condiciones de inversión, el estar en la escala incorrecta, desequilibrios comerciales y falta de competitividad.

El perfil de los agricultores del centro de México es interesante. En general, dicho perfil está formado por profesionales jóvenes, bien preparados académicamente, con un nivel de estudios de alrededor de 15 años y una gran disposición a innovar.

El costo de instalación se basa directamente en la producción. Por ejemplo, un buen agricultor de Sinaloa produce 75 toneladas de tomate a campo abierto, mientras que un buen agricultor bajo invernadero podría producir 600 toneladas. Esto significa que si lo que queremos es producir, el costo no tiene tanto valor.

Los costos oscilan de 30 a 1,000 pesos/m2, dependiendo del grado de tecnología que tenga el invernadero, o sea, que el costo de producir tiene que ver con la tecnología que se utilice. Los costos más altos en México son los de mano de obra (20-40%) seguidos por los de empaques (12%) y gastos de comercialización (6%).

Se recomienda diversificar la producción de invernadero y otras estructuras protegidas. La mayoría de los productores centra su interés en la producción de tomate, pero existen grandes oportunidades de negocio en la producción de lechuga, pepino, calabacita, berenjena, chile, pimiento, ejotes, melón y frutillas rojas (zarzamoras, cerezas, fresas, frambuesas).

Por ejemplo, Yucatán debería especializarse en la producción de chile habanero, porque ya tienen el cultivo, la experiencia y el valor agregado; lo único que tienen que hacer es producirlo y empaquetarlo para su exportación.

Calidad y eficiencia de producción son claves en la comercialización de productos de invernadero. Se recomienda dar un valor agregado a lo que se produce: limpiar, lavar e incluso procesar el producto. Otros aspectos fundamentales para el posicionamiento de la producción agrícola mexicana son contar con una marca y un empaque, así como buscar la certificación de los productos, lo cual genera mayor confianza y certeza entre los consumidores.

Asociarse en organizaciones productivas es fundamental para los productores mexicanos, ya que el 80% cuenta con sólo una hectárea o menos para producir. La asociación les permitiría unir esfuerzos e invertir en investigación para poder crecer.

Hasta 29,821 ha podrían abarcar los cultivos protegidos en México, según estima la Asociación Mexicana de Constructores de Invernadero (AMCI). Para ello se precisan programas de incentivos que consoliden el uso de los invernaderos entre los productores.

Sinaloa es el estado de mayor crecimiento, con 3,366 ha. Le siguen Jalisco superando 2,000 ha, Guanajuato con cerca de 2,000 ha y Michoacán que suma 1,200 ha de macrotúneles.

 

 

Fuentes: Recopilación del artículo de Dr. Pedro Ponce Cruz (ITESM), basado en información de SAGARPA, AMHPAC, AMCI, Imagen Agropecuaria y FP Sinaloa.