Aspectos claves para un invernadero exitoso (parte II)

graph para invernadero

Primera parte del reportaje aquí

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Muchos productores recopilan montones de datos de varios sistemas y de las plantas en el invernadero. Sin embargo, en mi experiencia, sólo los mejores productores convierten estos datos en información sobre la cual tomar decisiones. Los datos no permiten al productor tomar decisiones — sólo la información puede emplearse como base de la toma de decisiones. Los datos de calidad conducen a información de calidad, y a su vez en decisiones de calidad.

Los productores que se centran en los datos solamente, están desperdiciando una valiosa oportunidad. Por el contrario deberían convertir esos datos en gráficos (información) que muestren claramente una tendencia. Usted necesita ver estas tendencias (hacia donde se dirige la planta) para poder tomar decisiones. Es como manejar un auto; uno mira hacia delante para ver la ruta, y no sólo uno o dos metros en frente del auto. Los gráficos le muestran un historial en base al cual puede tomar decisiones.

Recopile datos de las mediciones de la planta cada semana e incluya esos datos en un gráfico. Las plantas le contaran una historia, y si usted presta atención, podrá ver hacia donde se dirigen. A partir de esta información el productor será capaz de tomar decisiones relativas a la estrategia de irrigación, calefacción y clima y realizar los ajustes adecuados para mantener a las plantas en la ruta deseada.

  • Algunos datos importantes a tener en cuenta son EC y pH diarios. Las plantas le mostrarán en qué dirección van — vegetativa o generativa.
  • Mida la luminosidad total (J/cm2) y relacione esta medida con la estrategia de manejo de agua.
  • Mida el drenaje de agua del sustrato. Menos del 25 al 30% de drenaje significa que las raíces de la planta estarán desprovistas de oxígeno.
  • Mida los principales indicadores del crecimiento de la planta: diámetro del tallo, velocidad de floración y distancia del racimo floral a la cabeza de la planta.

Cuando todos los datos anteriores se integren en gráficos, las plantas podrán relatarle su futuro. A partir de la historia que cuentan las plantas, el productor será capaz de comunicarse con ellas a través del sistema de control de clima y de irrigación. De hecho, plantas y productor serán capaces de comunicarse efectivamente y trabajar en equipo para alcanzar una meta común.

Planificación
Toda empresa y productor exitosos desarrollan un plan para el cultivo al inicio de la nueva temporada. El plan está basado en información aprendida del cultivo anterior. Un buen plan nunca es rígido sino que está dotado de cierta flexibilidad que permita realizar cambios en el clima y en el comportamiento de las plantas.

El mejor método de planificación, de una manera muy visual, es utilizar un diagrama de Gantt con actividades y objetivos de producción.

Un buen plan de cultivo incluirá objetivos de producción semanales, realistas y alcanzables (kg/m2) así como estrategias de clima e irrigación diseñadas para orientar el cultivo en la dirección deseada hacia los objetivos de producción. Sin un plan de producción detallado semana a semana, el productor tendría que trabajar constantemente de modo reactivo, en vez de proactivo, con respecto al crecimiento y desarrollo del cultivo.

Un plan se compone de objetivos semanales, metas y objetivos que pueden ser usados como patrón o modelo de la evolución del cultivo. Además, teniendo en cuenta que el productor no trabaja de manera aislada, sino que forma parte integral de un equipo en la empresa, debe crear un modelo de producción semana por semana para sus colegas responsables de ventas y mercadeo.

El plan de trabajos del cultivo debe incluir también objetivos de manejo de cultivo específicos. De nuevo, se trata de establecer un patrón o modelo a seguir. El productor debe saber dónde quiere que esté el cultivo cada semana, de manera que pueda efectuar correcciones para permanecer en la ruta hacia el éxito. Sin un plan detallado de trabajos del cultivo, sería como salir de viaje sin conocer el camino a seguir para llegar a destino. En el lado opuesto, muchos productores conocen el destino — total de kg/m2 al final de la temporada — pero no conocen la ruta que van a tomar para llegar allí.

El plan también debe incluir la mano de obra. Hay que crear un plan que contemple cómo los trabajadores del cultivo van a desempeñar su trabajo y qué van a hacer cada semana. El productor debe saber qué actividades deben completarse cada semana y cuánto tiempo va a tomar el completar cada una de ellas. De nuevo, el productor está creando modelos por los cuales podrá medir el éxito de los trabajadores en el invernadero.

Una ventaja de crear un plan cultivo-mano de obra es que los trabajadores, y en particular los supervisores, sabrán exactamente lo que se espera de ellos y qué debe completarse cada semana para mantenerse en la ruta deseada. Sin un plan sólido de trabajo, el trabajo real en el invernadero se quedará atrás y esto costará a la empresa muchos kilos de producción.

El plan para la mano de obra debe dividirse en dos partes: trabajadores de zona superior (responsables de entutorar y guiar las plantas, eliminar chupones, podar racimos, inclinar y bajar las plantas) y trabajadores de zona inferior (responsables de deshojar, cosechar, explorar en busca de enfermedades y plagas y limpieza general del invernadero).

Conclusiones
En resumen, los productores de invernadero exitosos compran equipos de la mejor calidad, se concentran en los detalles y emplean esos detalles para generar información y tener un plan estructurado que incluya las actividades principales de producción del cultivo a través de la temporada. Siga este ejemplo para triunfar.

El autor es experto en tecnología de invernadero y actualmente labora como consultor privado para productores de hortalizas y otros cultivos. Para más información escriba a [email protected]