6 recomendaciones para la ubicación de tu invernadero

Invernadero EuroFresh

Seleccionar una ubicación para construir tu invernadero es una elección tan importante como seleccionar materiales de construcción, semillas, nutrientes de plantas, y otros innumerables factores sobre los que tienes que decidir para asegurar el éxito de tu operación.

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Hay muchos aspectos que debes considerar en cuanto a la elección de la ubicación, y para ayudarte a hacer el proceso más eficiente, vamos a presentar 12 factores en total que deberías tomar en cuenta antes de que hagas esta decisión tan importante para el largo plazo. Dividimos las recomendaciones en una serie de dos partes, y aquí les indicamos las primeras seis:

  1. Radiación solar: Debido a que las plantas requieren luz para la fotosíntesis, es crítico determinar la manera en que el sol las va a alcanzar. Una baja cantidad de luz puede reducir la fotosíntesis lo cual provocará lento crecimiento, y aborto de frutas y flores. Eso resulta en bajos rendimientos y bajo retorno de inversion. La ubicación de tu invernadero y la época del año suponen una gran diferencia en la fotosíntesis; las ubicaciones que no reciban radiación solar suficiente en el invierno van a necesitar luz suplementaria.
  2. Agua: Es necesario suministrar cerca de 3.75 litros de agua mezclados con los nutrientes para cada planta además de el agua necesaria para refrigeración por evaporación, lo cual requiere 90,000-140,000 litros por hectárea diarios. Se puede reciclar el agua con nutrientes para optimizar el uso eficiente de agua, pero debes purgar agua del enfriador para reducir la acumulación de sal. Se debe analizar el agua inicialmente para evaluar los niveles de sal y pH. Los niveles de pH deben ser ajustados alrededor de 5.8-6.5 para tomates, y si el agua de manantial es básica o alcalina (pH superior a 7), agrega ácidos tales como nítrico, fosfórico, y sulfúrico. Si el agua de manantial es ácida (pH muy inferior a 7), agrega una base.
  3. Elevación: La elevación afecta a las temperaturas altas en el verano y a las temperaturas bajas en el invierno, y en consecuencia afectará a los costos de enfriamiento y calefacción. Los tomates se desarrollan mejor entre temperaturas de 15 a 30 °C. Si tu operación se ubica en una altitud elevada, te ofrecemos a continuación unas recomendaciones adicionales para controlar la temperatura:
    1. Coloca jarras plásticas con agua alrededor de las plantas cuando haga frío afuera. El agua se va a calentar durante el día, y mantendrá el calor cuando llegue la noche y la temperatura baje.
    2. Coloca una alarma de temperatura dentro del invernadero durante los meses fríos para alertarte cuando haya un descenso térmico. Si es necesario, puedes traer un calentador cerámico para incrementar la temperatura.
    3. Si tienes una estructura rígida, usa una apertura de ventilación automática para controlar la calefacción. Si tienes una estructura no rígida, puedes abrir una portezuela o ventila para permitir la reducción de calor.
    4. Durante el verano, usa un sistema de agua automático, si es posible; uno que incluya un nebulizador. Durante el invierno, desconecta todas las mangueras para evitar la congelación de los tubos, y en su lugar utiliza un método de riego manual.  

 

  1. Microclima: Hay muchos factores diferentes que pueden afectar al ambiente interno de tu invernadero, incluyendo latitud y altitud. Ten en cuenta que al nivel del mar en una ubicación determinada, siempre va a hacer más frío que al nivel de mar en el ecuador, y grandes masas de agua se calientan y se enfrían más rápido que las masas de tierra. Por ejemplo, San Diego, California, que está próximo al Pacífico, tiene una fluctuación de temperatura mucho menor entre el día y la noche que el desierto sonorense, el cual no está cerca de ninguna masa de agua y cuyas temperaturas pueden fluctuar hasta 34°C (de -12°C a 46°C).
    También debes ser consciente de árboles, montañas, y otras obstrucciones cercanas a tu estructura, las cuales pueden proyectar sombra sobre el invernadero, especialmente en las mañanas. Además, las montañas tienen la habilidad de afectar el patrón del viento y las tormentas. Otras consideraciones ambientales son las nubes y la niebla que pueden formarse en ciertas horas del día en áreas específicas reduciendo la luz solar y en consecuencia la fotosíntesis; vientos fuertes, los cuales pueden causar daños estructurales y absorber el calor del invernadero; polvo y arena, que pueden arañar la superficie del invernadero; y por último, la nieve.
  2. Plagas: Se recomienda escoger un sitio que esté lejos de otras áreas agrícolas de producción, o como alternativa, crear una zona de amortiguamiento entre tu operación y otras áreas de producción para prevenir la infestación de plagas.
  3. Tierra base y estable: Es crítico ser consciente de la estabilidad del terreno en el que construyas tu invernadero—este terreno NO debe ser sujeto al movimiento. Dicho terreno también debe ser nivelado con cierta pendiente para el correcto drenaje de agua.

Para conseguir toda esta información sobre la ubicación en que planees de construir tu invernadero, la experta Pat Rorabaugh, de la Universidad de Arizona, sugiere buscar un perfil de tu comunidad, el cual puede incluir información sobre la elevación de tu ubicación, el clima, los servicios y rutas de transporte, y el costo de luz, agua, gas, etc., además de información sobre mano de obra disponible, y más. Típicamente, puedes buscar esta información en tu cámara de comercio local, o en Internet.

Para la segunda parte de esta serie que incluye las seis recomendaciones restantes, consulta aquí.

Alexander es Editora de Contenido de la revista Productores de Hortalizas, Meister Media Worldwide