¿Cómo manejar al escarabajo rayado del pepino?

El escarabajo rayado del pepino ocasiona grandes pérdidas a los cultivos de cucurbitáceas, incluyendo el melón Cantaloupe, el pepino, la calabaza y la calabaza de Castilla. Debido a que el escarabajo transmite la bacteria Erwinia tracheiphila, que produce la marchitez bacteriana, es preciso utilizar un enfoque multifacético para manejar el daño ocasionado por esta plaga.

De acuerdo con Shelby Fleischer del Departamento de Entomología de la Universidad Estatal de Pensilvania, los escarabajos adultos sobreviven al invierno y se alimentan tanto de las partes subterráneas como de las partes aéreas de las cucurbitáceas, incluyendo tejido vegetal, hojas y raíces. Si ustedes producen cultivos con flores de tamaño grande como la calabaza de Castilla o la calabaza de invierno, deberán tomar en cuenta que los escarabajos se acumularán dentro de las flores.

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Identificación de la plaga

Los escarabajos adultos son de color verde-amarillo, con franjas negras en los dorsos y miden 6 mm.

Los adultos ovipositan cerca de la base de las plantas y cuando los huevecillos eclosionan aparecen gusanos delgados que se alimentan de los vellos absorbentes de la raíz. Fleischer comenta que cuando las poblaciones son lo suficientemente grandes, pueden ocasionar una reducción importante en la absorción del agua.

El proceso de maduración de los huevecillos hasta llegar al estadio adulto dura aproximadamente 50 días, cuando el suelo tiene una temperatura de 21°C, y dura 25 días cuando el promedio de las temperaturas del suelo es de 30°C, durante cuatro a seis semanas, desde el principio hasta el fin del periodo.

Comportamiento del escarabajo y de las plantas

Los escarabajos son atraídos hacia los compuestos volátiles emitidos por el tejido vegetal, así como por el color amarillo de las flores, comenta Fleischer. Asimismo, después de que la planta ha sido infectada y empieza a expresar síntomas de marchitez, se liberan más compuestos volátiles que atraen a la plaga hacia las áreas dañadas del cultivo.

“A medida que se empieza a marchitar la planta, la mezcla de compuestos volátiles que se desprende de la planta cambia, y los escarabajos se sienten atraídos hacia ese tejido en marchitez,” añade Fleisher.

“Sin embargo, para la mañana siguiente esa planta que se está marchitando no tendrá el mismo atractivo que las flores, por lo que los escarabajos se moverán hacia las flores de las plantas saludables. Así es como se disemina la bacteria”.

La bacteria entra a la planta a través de las heridas provocadas por la alimentación y se reproduce dentro del xilema de la planta, obstruyéndolo y migrando hacia las raíces. En las plantas más pequeñas los síntomas pueden aparecer en siete a 10 días, pero también pueden tardar hasta tres semanas, dependiendo del tamaño y la madurez de las plantas.

Los primeros síntomas de marchitez bacteriana se manifiestan como zonas pálidas y marchitas en las hojas que más tarde se diseminan a partir de esas secciones localizadas, hasta provocar el colapso de las enredaderas y finalmente la muerte de las plantas.

Cuándo se debe inspeccionar en campo

Las inspecciones de campo en búsqueda de la plaga deben empezar inmediatamente después de que germinan las semillas, o al momento del trasplante.

“Es necesario que inspeccionen desde un inicio y que estén preparados con medidas de control, ya sea con insecticidas o con cubiertas para las hileras. Si hay compuestos volátiles o moléculas que emanen de los esquejes, las plantas serán muy atractivas para los escarabajos en esa etapa,” explica Fleischer.

Fleischer enfatiza que si empiezan a inspeccionar el campo y ven cuando menos un escarabajo por cada 50 plantas, es seguro suponer que los escarabajos ya están ovopositando.

Asimismo, al principio del proceso de inmigración, los escarabajos tienden a acumularse entre o dentro los campos de cultivo, por lo que al controlar la primera generación de escarabajos se reducirá la presión de las segundas generaciones.

Control por Medio de Prácticas de Cultivo

Una de las primeras opciones de control es la rotación de cultivos, para que la enfermedad no se acumule en las distintas generaciones del mismo cultivo. Fleischer dice que la rotación cada tres años es la ideal.

El uso de cultivos trampa es otra opción de control cultural. Esta práctica consiste en sembrar cultivos que sean atractivos para el escarabajo del pepino alrededor de los campos, evitando que se alimenten de los cultivos que serán comercializados.

“Pueden trasplantar alguna especie parecida a las calabazas de gran tamaño, por ejemplo. Se han evaluado distintas especies, y parece ser que la calabaza ‘Blue Hubbard’ es muy popular. Una o dos semanas después ya pueden sembrar su cultivo en el centro. Si mantienen al escarabajo en la calabaza ‘Blue Hubbard’, podrán proteger el resto de su cultivo,” explica Fleischer.

También menciona el uso de acolchado de color amarillo alrededor del perímetro del campo de cultivo, ya que los escarabajos sienten atracción por ese color. Asimismo, pueden utilizarse tarjetas pegajosas de color amarillo para monitorear la presencia de la plaga.

Opciones de control químico y biológico

Los tratamientos para las semillas con neonicotinoides pueden ser un medio de control químico efectivo, pero Fleischer les pide a los productores que sean cuidadosos y apliquen los productos químicos sólo en las semillas, para que los niveles residuales se mantengan bajos.

“No apliquen productos químicos en la línea de riego, ni en las trincheras del suelo. Sólo utilícenlos como tratamiento para las semillas. Con eso será suficiente para tener un tratamiento efectivo durante varias semanas y mantener a los residuos por debajo de los niveles detectables,” explica. “Esto funciona bien cuando se está realizando la siembra directa. No obstante, no funciona bien cuando se están utilizando trasplantes, porque se pierde la eficacia de los neonicotinoides al realizar el trasplante en el campo”.

Los insecticidas orgánicos incluyendo las espinosinas como SpinTor (Bayer); Entrust (Dow AgroSciences), Blackhawk (Dow Agrosciences) y Radiant (Dow Agrosciences) también han probado ser efectivos.

Fleischer menciona que se está llevando a cabo una investigación para aumentar la ingesta de estas substancias químicas mediante la adición de un compuesto botánico proveniente de la calabaza Búfalo, otra especie de cucurbitácea que induce el exceso de alimentación en los escarabajos del pepino.

Por lo que respecta a los medios de control biológico, se están llevando a cabo muchos trabajos de investigación para evaluar su efectividad sobre las plagas, a pesar de que la investigación ha demostrado que estos productos pueden tener éxito para el control tanto de los huevecillos como de las poblaciones de adultos.

“Hemos aplicado nematodos entomopatógenos en la línea de riego para controlar las larvas”, dice Fleischer. “Sólo pudimos hacerlo una vez y obtuvimos 50% de control. Esta puede ser buena opción para algunos productores, pero no servirá para controlar las poblaciones de adultos”.

Finalmente, se sabe que los artrópodos se alimentan de los huevecillos de escarabajos en el suelo, por lo que los cultivos de cobertura, así como otras prácticas de mejoramiento de suelos pueden propiciar la presencia de estos insectos benéficos.