Consejos para la producción de plántulas de tomate

CEAC 2010 221Existen varias razones para cultivar plántulas en invernadero antes de trasplantarlas al campo: Una de las más obvias es proteger la semilla, y por tanto tu inversión, al obtener un mayor índice de germinación, así como plantas de calidad superior.

La germinación bajo ambiente controlado alarga la temporada productiva y posibilita la obtención de rendimientos tempranos. Esto te permite el acceso a nuevas ventanas de mercado con la consiguiente oportunidad de ganancia. De esta manera, puedes mitigar los costos asociados a la producción de trasplantes.

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Otro factor importante al considerar la producción de trasplantes es el incremento en la selección de variedades de semillas.

Si te has decidido por esta opción, te mostramos una serie de consejos de producción avalados por el Servicio de Extensión de la Universidad Estatal de Misisipi.

 

¿Invernadero o semillero?

La estructura más apropiada para producción de trasplantes es el invernadero, ubicado en una zona soleada, con buen drenaje y orientado en dirección norte-sur para minimizar los efectos de la sombra de la estructura. Dependiendo de la época del año y la región de cultivo, es posible que necesite calefacción y ventilación. La alternativa más económica es el semillero, el cual también necesitará calefacción.

 

Semillas frescas. Utiliza semillas nuevas o que hayan sido correctamente almacenadas en lugar fresco y seco. Selecciona variedades adecuadas para tu zona de cultivo.

 

Charolas con celdas. Las charolas planas permiten mayor densidad de plantas, pero las de celdas son mejores, ya que evitan la necesidad de trasplantar a medida que las plantas crecen. También puedes utilizar macetas de musgo, más costosas que las charolas, pero con la ventaja de que no se daña la raíz a la hora de plantar en campo.

 

Sustrato limpio. El sustrato debe estar libre de enfermedades, insectos y semilla de malezas. Además debe estar suelto, bien drenado y poseer una textura fina. Como características deseables destacan la capacidad de retención de humedad, buen drenaje y habilidad de retención de nutrientes.

La mayoría de sustratos comerciales contienen musgo de turbera, vermiculita y perlita, además de caliza y un agente humectante. Algunos están provistos de N, P, K y micronutrientes. Es importante mantener el sustrato limpio, esterilizar las herramientas y utilizar charolas nuevas en vez de recicladas.

 

Fertilización cuidadosa. No asumas que el sustrato viene “cargado” con fertilizantes a menos que así lo indique la etiqueta. Debes aplicar fertilizante tan pronto como emerjan las plántulas con una mezcla soluble para invernadero 20-20-20 dos o tres veces por semana. La sobrefertilización en esta etapa puede dañar la plántula o promover la enfermedad de caída de plántulas.

 

Riego a discreción. Es mejor empapar el sustrato antes de sembrar para asegurar una buena distribución de humedad. Posteriormente debe regarse con cuidado para no barrer las semillas. No te olvides de regar las esquinas, sobre todo en los extremos de la bancada.

 

Temperatura bajo control. Regula el termostato a 18-24C en la siembra y reduce la temperatura a 16-18C después de la emergencia. En cuanto al ventilador, la temperatura debe ser 10 grados superior durante el día con respecto a la noche. Sobre todo, no permitas que el invernadero se recaliente. Acciona los ventiladores cuando la temperatura alcance de 24 a 27C, u obtendrás unos trasplantes débiles y largos. El calentamiento radicular mediante mantas calentadoras o tubería de agua caliente circulante es un buen método para estimular una germinación rápida.

Iluminación suficiente. No es necesario iluminar hasta que se produzca la emergencia.

Trasplantes de calidad. Los trasplantes de calidad deben mostrar ciertas características: tamaño mediano, aspecto verde y saludable, estructura leñosa. Es preferible que no hayan florecido, ya que ello tiende a estresar a la planta después del trasplante, ocasionando la pérdida de capullos.

Además, asegúrate de que los trasplantes no tengan insectos o enfermedades. En general, sobreirrigación es el problema más común que ocasiona enfermedades de caída de plántulas. Iluminación deficiente y altas temperaturas también estimulan enfermedades.

 

Aclimatación gradual. Las plantas tiernas necesitan aclimatarse al ambiente exterior. Para ello, dos semanas antes del trasplante en campo, traslada las plántulas al exterior en una zona sombría.

Gradualmente traslada las plantas al sol por unas cuantas horas cada día. No lo intentes si hace mucho viento o si las temperaturas caen por debajo de 7C. Reduce el agua suministrada, pero sin dejar que las plántulas se marchiten.

 

Hora de trasplantar. Las plántulas de tomate están listas para el trasplante de cinco a siete semanas después de la siembra. Una vez aclimatadas, riégalas, ya que las raíces van a tardar bastante en desarrollar la capacidad de aprovisionarse de agua por sí mismas.

Para reducir el daño a las raíces debes extraer las plántulas de sus contenedores cuidadosamente, dejando la mayor cantidad de sustrato posible en las raíces.

Según investigaciones recientes, conviene enterrar los trasplantes de tomate hasta las primeras hojas verdaderas en vez de a la misma profundidad a la que estaban en la celda de la charola. Esto proporciona mayores rendimientos tempranos. Si las plántulas son largas y débiles debes enterrarlas todavía más, ya que el tallo desarrollará raíces adventicias.

Impulso de arranque. Riega cada planta justo después del trasplante en campo utilizando una solución de arranque, consistente en un fertilizante alto en P. El uso de la solución de arranque ayuda a superar el colapso inicial de la plántula y proporciona un impulso en su desarrollo.

Dado que las raíces todavía no están bien desarrolladas, el aporte de un fertilizante soluble al alcance de la raíz promueve la disponibilidad de los nutrientes para la planta.

Artículo recopilado y publicado por el equipo editorial de Productores de Hortalizas, Meister Media Worldwide.