Sistemas biointensivos maximizan espacio, reducen costos y contaminación

Sistemas Biointensivos

Algunos procesos usados en la agricultura convencional han causado, al parecer, una serie de problemas ambientales. La industria agrícola ha estado buscando alternativas que amortigüen este impacto ambiental — sin dejar de satisfacer la demanda de alimentos.

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Por ello, el sistema biointensivo de producción agrícola surge como una alternativa eficaz que busca maximizar espacio, reducir costos y contaminación, ahorrar agua y tener altos rendimientos, aprovechando lo que la naturaleza nos ofrece y regresándole parte de lo que nos da.

 

Conozcamos el método

El método requiere de técnicas específicas, produciendo plántulas en semilleros o almácigos. De esta manera se obtienen plantas sanas que permiten mejor control de condiciones en las primeras etapas del desarrollo vegetal, mientras se ahorra agua y espacio en la huerta.

 

El sistema biointensivo de producción agrícola surge como una alternativa eficaz, que busca maximizar espacio, reducir costos y la contaminación.

El manejo de la huerta comienza realizando la doble excavación del suelo a 50 centímetros de profundidad. La excavación logra aireación, mejoramiento del drenaje y proporciona raíces fuertes y vigorosas que serán más resistentes a plagas y enfermedades — siendo eficiente hasta para cuatro ciclos.
Se recomienda que una vez excavados los 50cm se agregue una capa de estiércol unos 10cm seguida por una capa del suelo extraído, haciendo esto sucesivamente hasta cubrir la excavación hecha.

Se diseña la huerta, de manera que las camas sean manejables y accesibles — ya que el trabajo se realiza a mano, usando herramientas como pala, bieldo, rastrillo, azadón, regaderas entre otros. Este diseño maximiza el espacio lo mejor posible.

 

Control de plagas

El sistema recomienda el uso de bioplaguicidas que ayuden a prevenir plagas y enfermedades, mientras fomenta la polinización y el desarrollo de una población de insectos benéficos.

 

Trasplante

Se hace un trasplante cercano para que las camas queden totalmente cubiertas por plantas cuando alcancen su tamaño máximo. Esta cercanía, propicia un microclima que favorece su desarrollo y reduce la evaporación. Esto es muy importante, ya que las camas biointensivas no llevan surcos, sino que se siembra al tresbolillo para  aprovechar el espacio al máximo.

Se considera que el estiércol más efectivo es el de bovinos de leche y el de borrego. El estiércol aporta un extra de microorganismos benéficos al suelo, que le ayudan a degradar la materia orgánica, agregar y incrementar la absorción de nutrientes en la solución del suelo.

 


Fertilización

Se recomienda el uso de abonos orgánicos, no sólo por el ahorro en costos sino por los beneficios que trae consigo, tanto a la planta como al suelo. El uso de lombricomposta es otra buena opción debido a su manera ecológica de incitar altos rendimientos y calidad lograda en tamaño, sabor, apariencia y color del cultivo. Por otra parte, los abonos orgánicos mejoran la estructura del suelo, neutralizan elementos tóxicos y pH, aportan microorganismos benéficos, sus ácidos húmicos disuelven minerales del suelo haciéndolos disponibles para plantas y microorganismos, y no contaminan. Se ha comprobado que después de usar abonos orgánicos varios años de manera adecuada, es posible mantener un suelo sano y en equilibrio, que rinda cosechas abundantes, sin necesidad de usar insecticidas.

 

 

Nutrición personal

Para huertas de consumo personal, seleccione cultivos para poder producir una dieta completa y nutritiva en la huerta. Para producir muchas calorías en poco espacio, se debe sembrar un 30% del área con cultivos de raíz, altos en calorías, como son el camote y la papa, y 20% se dedica a cultivar hortalizas para obtener las vitaminas y minerales necesarios. Dentro de esta área también se plantan cultivos de alto valor en el mercado para vender, tales  como los ornamentales.

 

 

 

Manejo

Es vital usar la rotación de cultivos para no agotar el suelo, por lo que se hace necesario conocer a fondo los hábitos de alimentación de cultivos.
Para los cultivos de temporada principal, no se deberán sembrar en la misma cama por dos años consecutivos un mismo cultivo o una variedad de la misma familia. Por ejemplo, si sembramos chile y tomate, no se debe sembrar tomate (es más voraz que el chile) hasta dentro de unos dos ciclos, ya que ambos pertenecen a la familia de las solanáceas; es mejor sembrar productos de otra familia que posea un ciclo corto.

En conclusión, si se anima a emprender este sistema de cultivo en su comunidad, seguro que será un agente de cambio.