Se amplían las opciones para basar el manejo ecológico de plagas

Bajo el marco del Congreso Internacional del Tomate llevado a cabo el pasado julio 2017 en León, GTO, el asesor agrícola estadounidense Steve Bogash informó sobre el nuevo potencial para obtener mejores niveles de control sobre algunas de las plagas más infames que afectan la gama de cultivos hortícolas a través de un programa de productos biológicos y depredadores naturales. Animando al público a que “abran sus mentes” para reimaginar la función de dichos productos en su operación, el investigador-consultor destacó que tales programas biológicos presentan mejor eficacia que los basados en agroquímicos convencionales, en particular para el control de plagas como trips (Frankliniella occidentalis) y los ácaros blancos.

Se amplían las opciones para basar el manejo ecológico de plagasContextualizando la urgencia de que se integre un programa de controles biológicos, Bogash muestra mucho optimismo hacia la incrementada capacidad de estos productos para mitigar los daños de estas plagas tan comunes de una mejor manera que los tratamientos tradicionales que sólo han contribuido a la formación de resistencia y a una decrecida eficacia con cada aspersión. A fin de que puedan ampliar las herramientas disponibles para el control biológicos de estas plagas, Bogash compartió y detalló algunas de sus técnicas favoritas con las que él ha observado un mejor nivel de control, especialmente en invernaderos pasivos y macrotúneles. Como el investigador bien resumió, “hemos dependido tanto en las aplicaciones químicas que nos encontramos en una situación en la cual precisamos una nueva gama de herramientas para seguir funcionando.”

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¿Cómo conseguir un equilibrio entre biológicos y químicos y enfrentarse a una infestación a la misma vez?

Basándose en experiencia propia con las operaciones donde asesora, Bogash relató las problemáticas extendidas que se han encontrado con la proliferación de las poblaciones de trips en esta temporada. Mientras que las poblaciones de plagas tales como los áfidos, ácaros y chupadores fueron suprimidas con más facilidad gracias a algunos depredadores como los crisópidos para los áfidos y Orius spp. para los chupadores, los trips presentan más complicaciones en su control. Para los ciclos de producción donde se dificulta la detención de las poblaciones de trips, Bogash y su equipo han utilizado productos con componentes químicos como lo son los de base en spinosad, pero como en cada plan de control biológico, hay que prestar mucha atención a no arriesgar el programa entero de biocontroles con una sola aplicación química que pueda provocar daños irrevocables a los insectos benéficos. A consecuencia de este riesgo, es imprescindible que toda el personal esté bien entrenado para manejar un exitoso MIP con biológicos.

El umbral es un solo insecto

El éxito se origina en planificación muy detallada y una preparación que tome en cuenta las necesidades de toda la operación con una antelación de varios meses. En el mismo sentido, es necesario ser extremadamente proactivo, recalca Bogash, en el monitoreo de todas las naves de producción para mantener una vigilancia constante de las primeras posibles señales de la presencia de una de estas plagas. La rutina del monitoreo recomendada se centra en una inspección al azar de unas 10 floraciones nuevas en tres partes distintas del invernadero. Al agitar las flores y mirarlas con una lupa, si se nota la presencia de un solo Trips (con razón solo se escucha de este insecto en plural), ya se cruzó el umbral para implementar el programa de control más severo. Para lograr todo esto, es aconsejable asegurar que cada trabajador asignado al monitoreo entienda no sólo cómo identificar cada plaga, sino también cuáles son los síntomas que provocan.

Otro obstáculo que también marca la importancia de una planificación extendida y avanzada es el hecho de que los componentes biológicos suelen tardar mucho más tiempo que sus homólogos químicos para funcionar bien. Como Bogash detalló, tienden a ser más metódicos y por eso no tienen un impacto instantáneo. Aun así, vale la pena integrar los productos a su arsenal ya que no crean resistencia. Él recomienda pedir los sistemas de depredación con dos meses de antelación. Habría que investigar la eficacia de los bioinsecticidas como opción adicional para suplementar los benéficos.

Se amplían las opciones para basar el manejo ecológico de plagasPor otra parte, la utilización del Orius spp. representa una gran utilidad en el control de los chupadores, pero solamente en el cultivo de pimientos. Por desgracia, toda la ventaja de liberar una población de este Antocoridae pierde su relevancia en las operaciones tomateras, ya que a este depredador no le gusta cazar en las plantas de tomate.

Bogash elogia la función de los cultivos-banco que se colocan al lado de los surcos productivos para “almacenar” estos benéficos. Cabe mencionar también que estas plantas banqueras ofrecen la ventaja de permitir al productor la posibilidad de usar un insecticida, ya que no mataría a los benéficos si estos tienen un hospedero viable en los cultivos-banco, los cuales quedarían sin asperjar. Una posible opción de cultivo-banco sería otra variedad de chile (las denominadas ornamentales) porque proporcionan la fuente adecuada del polen necesario para alimento del Orius.

Productos biológicos y su propósito/valor en el MIP

  • Materiales a base de neem: inhiben el crecimiento de los insectos y también impiden que se sigan alimentando. Poseen la ventaja doble de ocasionar la muerte final de la población actual e interrumpir el ciclo reproductivo.
  • Beauveriana bassiana: hongo entomatopatógeno que se usa para el control de los chupadores. Ojo: este producto puede ser un riesgo para abejorros, de manera que se tiene que evaluar el momento oportuno con periodos no activos de las abejas. Tras la inoculación, los insectos plaga en algún momento explotarán.
  • Isaria fumorososea (cepa Apopka 97): aislante que sirve como microinsecticida. Se siguen desarrollando nuevas cepas y compuestos de éste.
  • Metarhizium anisopliae: un producto intrigante con una nueva cepa anticipada.

Aunque no cabe duda que la implementación de los productos y controles biológicos se considera un proceso costoso, Bogash destacó algunas opciones menos costosas que quedan dentro de este rango de tratamientos más suaves.

Los jabones insecticidas ofrecen una alternativa no costosa para matar insectos de cuerpo blando porque disuelven la capa exterior del insecto. No obstante, los jabones no matan huevecillos por lo que no necesariamente interrumpen el ciclo reproductivo de la plaga.

Otra clave en cuanto a la aplicación radica en la aspersión precisa y consistente. La niebla tiene que ser fina y cubrir toda la superficie de las plantas de una manera similar. Según Bogash, lo ideal es realizar una aplicación de estos productos biológicos cada 4-5 días para así interrumpir el ciclo reproductivo. La niebla fina debe tener una concentración de 3.5-4%.

Por lo general, las aplicaciones y tratamientos biológicos constituyen una estrategia multifacética que facilita la protección de cultivos de una manera más sustentable que nunca como una opción disponible para todos los productores. En este sentido, el futuro ya está encima.