Protege tus cultivos de las plagas del suelo

En la actualidad los productores tienen herramientas bastante efectivas — que de ser utilizadas adecuadamente — pueden servir para manejar con éxito las plagas de palomillas, pero hay plagas del suelo que presentan mayores dificultades.

El reto de los artrópodos en el suelo
Los artrópodos del suelo pueden ser muy difíciles de controlar. Estas plagas atacan las semillas una vez plantadas, o se alimentan de raíces cuando las plántulas empiezan a desarrollarse.

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La mayoría de las plagas de artrópodos del suelo conocidas y de importancia económica son ciertas especies de moscas y tortuguillas.

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Los adultos de estas plagas se mueven continuamente y sólo los estadíos larvarios ocasionan daño por alimentación. Por ejemplo, una de las plagas devastadoras de las brasicáceas es el Gusano de la col.

Foto cortesía de Shimat Joseph, autor.

Foto cortesía de Shimat Joseph, autor.

Los adultos de los gusanos de la col se alimentan de néctar y polen y ovopositan en la base de la planta. Los gusanos hambrientos que eclosionan de estos huevecillos buscan las raíces e inmediatamente empiezan a ocasionar daño en ellas.

Otras plagas que destruyen las raíces al alimentarse, como los escarabajos del pepino y los gusanos alambre, tienen una biología similar.

No todas las plagas de suelo tienen libertad de movilizarse; hay plagas que pasan toda su vida en el suelo. Estas plagas también se alimentan de las raíces de los cultivos y ocasionan retrasos en el crecimiento, así como muerte vegetal.

Un ejemplo de plaga de artrópodos del suelo de esta naturaleza es el ciempiés de huerto.

Los ciempiés de huerta son pequeñas criaturas parecidas a azotadores que ocasionan daños graves a varios cultivos, incluyendo lechuga, alcachofa, apio y tomate. Foto por Sonia Martínez, Wikicommons.

Foto por Sonia Martínez, Wikicommons.

Los ciempiés de huerto son pequeñas criaturas parecidas a azotadores que ocasionan daños considerables a varios cultivos, incluyendo lechuga, alcachofa, apio y tomate.

Estos ciempiés tienden a reunirse en ciertas áreas del campo, produciendo grupos de plantas dañadas en forma de parches en el cultivo.
Los ataques son impredecibles y las poblaciones varían de campo en campo y de un año al otro. Los ciempiés de huerto han sido detectados hasta 10 pies por debajo de la superficie del suelo.

Se cree que esta plaga utiliza los canales creados por otros invertebrados que habitan en el perfil del suelo. Los ciempiés de huerto son difíciles de manejar ya que se sabe muy poco sobre su biología y hábitos.

Otras plagas a considerar
Otros artrópodos como los colémbolos o ácaros de los bulbos pueden transformarse en plagas importantes bajo condiciones favorables, sobre todo a principios de la primavera o de la estación templada y húmeda.

A diferencia de los ciempiés de huerto, los colémbolos o ácaros de los bulbos no se mueven entre la zona radicular y los perfiles de suelo más profundos.

Estos artrópodos se reproducen en grandes números cuando hay abundancia de alimentos (residuos de cultivos parcialmente descompuestos), así como condiciones de humedad del suelo y temperatura favorables para su desarrollo y supervivencia.

En zonas donde la temperatura del suelo casi siempre es fría durante los meses de invierno y rara vez llega a condiciones de congelamiento, los residuos de cosechas incorporados al suelo a fines del otoño, se descomponen a un ritmo más lento y ofrecen las condiciones óptimas para que estas plagas se multipliquen. Cuando se plantan semillas en esos campos que tienen altos números de poblaciones de plagas, éstas pueden invadir las semillas en germinación, lo cual puede producir mala germinación, menor población de plantas cultivadas y finalmente pérdidas de rendimiento.

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Los productores y los asesores de control de plagas de la costa central de California (Estados Unidos) aseguran que las plagas del suelo están cobrando cada vez más importancia y con frecuencia llegan a niveles graves; sin embargo, difieren de opinión respecto a la razón por la que estos organismos del suelo están convirtiéndose en plagas importantes.

Problemas de control
Algunos opinan que las plagas del suelo se han transformado en un problema importante debido a que la industria perdió acceso a los plaguicidas que se usaban en el pasado. Se cree que las formulaciones químicas del pasado tienen una actividad residual más prolongada que las formulaciones actuales y por ende, ofrecían control perdurable en contra de las plagas del suelo. Dos ejemplos de esos productos son clorpirifos y diazinon, los cuales están regulados ampliamente debido a sus efectos “fuera de objetivo” y la contaminación de cuerpos de agua después de su uso periódico en la agricultura.

Otros piensan que debido a que las formulaciones químicas se utilizaron repetidamente a lo largo de los años, esos materiales han empezado a perder su actividad y están perdiendo la batalla contra las plagas.

Sin importar la causa real, todos estos cambios nos hacen preguntarnos si estamos adentrándonos en un nuevo capítulo en el manejo de plagas.

De manera convencional, las plagas de artrópodos del suelo son manejadas mediante aspersiones al voleo, aplicaciones de productos granulados o por aspersión en bandas.

Estos métodos de aplicación de plaguicidas tal vez hayan servido con las generaciones anteriores de productos de protección de cultivos, ya que  esos materiales se colocaban cerca de las semillas o se movilizaban por el suelo hasta alcanzar el sitio de actividad de las plagas, proporcionando un alto nivel de supresión.

Debido al movimiento único de las plagas del suelo, como son los gusanos de la col y los ciempiés de huerto, se requiere que la naturaleza química de los productos de nueva  generación permita su movimiento en el perfil del suelo y persistencia de largo plazo, para que sean efectivos.

Algunos de los nuevos productos de menor riesgo carecen de tales características, haciendo que el manejo de esas plagas sea difícil, o incluso queden fuera de control. Es momento de reevaluar las estrategias de utilización de plaguicidas para encontrar la adecuada, a fin de que los nuevos productos sean compatibles con la biología de las plagas objetivo.

 

El autor, Shimat Joseph, es asesor en MIP y trabaja en la Universidad de California.