Prepara el suelo para la producción de tomate

Por Fernando Ramos Gourcy, Otilio Vázquez Martínez y Alberto García Munguía

Generalmente, la preparación del suelo consiste en llevar a cabo una serie de actividades con el apoyo de la maquinaria agrícola que nos permiten acondicionar la capa cultivable para la siembra o el trasplante.tomates en vid

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Así, el agricultor “prepara su tierra” volteándola con el arado, da uno o dos pasos de rastra, nivela, levanta surcos o lomos, acolcha con plástico y realiza el trasplante. Todas estas labores culturales permiten la incorporación de residuos de cosecha y de malezas, favorece la exposición de enfermedades y plagas del suelo a condiciones adversas, facilita la destrucción y eliminación de terrones, promueve la aireación, crea mejores condiciones para la germinación de la semilla o el establecimiento y desarrollo de la plántula.

Existe en la literatura suficiente información que muestra las ventajas y desventajas de llevar a cabo las labores agronómicas agrupadas dentro del concepto denominado “preparación del suelo.” Sin embargo, el acondicionamiento del suelo en las parcelas de producción, debe considerar también la preparación química del terreno en donde se establecerá el cultivo.

Demandas nutricionales

En la Guía de Manejo Nutricional de Tomate, Tjalling Holwerda (2006), señala que la nutrición balanceada de la planta significa el ofrecimiento de todos los nutrientes esenciales en proporciones bien balanceadas y en las cantidades correctas, siguiendo la curva de crecimiento de la planta para optimizar su potencial. En caso de desequilibrio, ocurrirá una reducción en el comportamiento potencial, con respecto tanto a la deficiencia (desequilibrio por deficiencia) y exceso (desequilibrio por exceso).

El manejo del estado nutricional trae consigo el suministro de nutrientes minerales en proporciones correctas y en momentos oportunos.

Muchos agricultores consideran los análisis de suelo como un insumo básico para el proceso de toma de decisiones referente al manejo de la fertilidad para la nutrición del cultivo.

Sin embargo, en muchos casos, los resultados de los análisis son tomados en cuenta únicamente para evaluar las propiedades físicas y químicas del suelo. Es decir, se mide si el contenido de nutrientes es bajo, medio o alto y, en muchas ocasiones, no se evalúa la relación entre los nutrientes, el porcentaje de saturación de bases y el acondicionamiento del suelo antes del establecimiento del cultivo.

Para comprender la importancia de la “preparación química” del suelo en la producción de tomate en invernadero, se presenta el siguiente “caso de estudio.”

Manejo adecuado

Desde hace dos años, Salvador Cuéllar ha venido produciendo jitomate para la venta al menudeo en tiendas y almacenes en el municipio de Encarnación de Díaz en el estado de Jalisco. Este año, el Sr. Cuéllar ha pedido a los técnicos de la Universidad Autónoma de Aguascalientes que lo asesoren para llevar a cabo todo el proceso de producción de tomate siguiendo un paquete tecnológico a la medida, es decir, ajustado a su capacidad de producción y a la disponibilidad de recursos económicos.

Por encomienda de los técnicos de la Institución, se tomó una muestra compuesta de suelo del invernadero de producción (2,000 m2 de superficie, de baja tecnología, sin calefacción, ventilación cenital y lateral, riego por goteo y con equipo de inyección de fertilizantes).

 

Recomendaciones para el productor

A partir de los resultados del análisis de laboratorio de la muestra de suelo, se hacen las siguientes recomendaciones:

preparar el suelo para el cultivo de tomateIncrementar el contenido de materia orgánica del suelo a través de la aplicación de abonos orgánicos disponibles en la localidad. La aplicación de estiércoles (secos, composteados o procesados como el humus de lombriz), permitirá aumentar la capacidad de retención de humedad de la capa cultivable de suelo, incrementará la actividad microbiológica y mejorará el acomodo de las partículas (estructura).

En la zona se puede conseguir con facilidad y a costos razonables estiércol seco de bovino de leche, el cual contiene en promedio 0.5% de nitrógeno, 0.36% de fósforo (P2O5) y 0.74% de potasio (K2O).

Se recomienda mandar una muestra del abono al laboratorio para conocer el contenido de nutrientes. En caso de que la cantidad de N, P y K coincida con los valores aquí reportados, se recomienda aplicar 1.5 toneladas en los 2,000 m2 de invernadero. Es indispensable incorporar el estiércol al suelo un mes antes del establecimiento del cultivo, de esta forma los nutrientes estarán disponibles desde las primeras etapas de desarrollo de las plantas.

El pH del suelo es ligeramente alcalino. Esta condición obliga al productor a utilizar enmiendas y fertilizantes de reacción ácida.

La Conductividad eléctrica (2.52 dS/m) es aceptable para el cultivo de tomate, sin embargo, hay que tener mucho cuidado con el suplemento de abono orgánico y con la aplicación de fertilizantes químicos para evitar se incremente considerablemente la salinidad.

Porcentaje de saturación de bases. A continuación se presenta un análisis de la situación que guarda la muestra de suelo en relación a las bases intercambiables.

Como puede observarse en el Cuadro 1, hay una desviación en relación al porcentaje ideal de Ca++ en saturación y se observa además un alto contenido de K+. Esta condición influye en la desviación de las relaciones Mg/K, Ca+Mg/K, Ca/K.

En este contexto, y a diferencia de lo que se indica en los resultados del análisis de laboratorio, se recomienda aplicar un mejorador o enmienda como el yeso, el cual puede disminuir ligeramente el valor del pH. El Ca++ que contiene, puede sustituir al K+ y al Na+ en el complejo humus-arcilla.

Esta recomendación se fundamenta en que los cationes se fijan con la misma energía al complejo humus-arcilla; la fuerza de atracción de un catión depende de su radio iónico, de su carga y de su grado de hidratación.

Experimentalmente se ha establecido un orden de energía de retención de mayor a menor, lo que se conoce como serie liotrópica de adsorción [Fassbender, 1984, citado por Salgado García y Núñez Escobar, 2010]:

Ca++ > Mg++ > K+ = NH4+ > Na+

El calcio y el magnesio presentan un claro efecto antagónico frente al potasio que puede dar lugar a situaciones de deficiencia de ambos nutrientes por excesos de K+.

El bloqueo de Ca++ puede causar los síntomas típicos de podredumbre apical en frutos de tomate (blossom end rot – BER). Para calcular la cantidad de yeso a aplicar como mejorador, se obtuvo la información que aparece en el Cuadro 2.

La preparación química de los suelos antes del establecimiento del cultivo de tomate, es una práctica que debe ser considerada por los agricultores. La incorporación de las enmiendas, mejoradores y abonos orgánicos al suelo del invernadero para la producción de tomate, debe fraccionarse en más de un año de aplicación. Es recomendable monitorear al menos cada tres meses la condición química del suelo a través de un análisis de las muestras de suelo enviadas al laboratorio.

Trabajando con la CE

Dado que el valor de la conductividad eléctrica está en el límite máximo permitido para el cultivo de tomate en suelo, es aconsejable solicitar al laboratorio los resultados del análisis del extracto de pasta para medir los meq L-1 de cationes (calcio, magnesio, sodio y potasio) y de aniones (carbonatos, bicarbonatos, cloruros y sulfatos).

Es muy importante neutralizar el pH para evitar deficiencias por fijación de fierro, manganeso, zinc, cobre y boro, en un pH alcalino.

Teniendo toda esta información, es posible proponer un programa de fertilización del suelo para una adecuada nutrición del cultivo. El programa de fertilización debe especificar las dosis de los fertilizantes, el momento de aplicación, el tipo de fertilizantes y la forma de aplicación (Modelo 4R del International Plant Nutrition Institute). [3]


Los autores son Profesores del Depto. de Fitotecnia del Centro de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (México). Para más informacion: [email protected]

[1]Tjalling Holwerda, H. 2006. Guía de manejo nutricional del tomate. SQM/YARA Editores. 84 P.

[2]Fassbender, W. H. 1984. Química de suelos con énfasis en suelos de América Latina. En Salgado García, S. y R. Núñez Escobar. 2010. Manejo de Fertilizantes Químicos y Orgánicos. Colegio de Postgraduados y Mundi Prensa Editores. 145 p.

[3]4R: Right source of nutrient (aplicar la fuente correcta de nutrientes), Right rate (a una dosis adecuada), Right time (en el momento adecuado) y Right place (en el lugar correcto).