Medidas de protección poscosecha para las uvas de mesa

Por Dr. Matthew Fidelibus

La pérdida de las uvas de mesa al soltarse de sus pedicelos o tallos leñosos durante el empaque, el embarque, el almacenaje post-cosecha o en los exhibidores del mercado al menudeo se conoce como “desgrane”.

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Por lo general la industria de la uva de mesa trata de reducir al mínimo el desgrane porque daña la apariencia de los racimos de uvas y puede disminuir la calidad del producto.

Al considerar los pasos que se necesitan para reducir al mínimo el desgrane, es importante entender cuáles son los diferentes tipos de desgrane y cuáles los factores que los ocasionan. En general el desgrane se divide en dos grupos: húmedo y seco.

Causas del desgrane húmedo
El desgrane húmedo se produce cuando las bayas son arrancadas de sus pedicelos. El pedicelo de la uva que se desprende de esta manera con frecuencia retiene parte del haz vascular central de la uva, llamado “pincel”, y también retiene parte de la cáscara.

Como resultado de ese manejo, la baya se queda con una herida abierta “húmeda” en el extremo del tallo. Ese tipo de desgrane se debe casi siempre a un manejo brusco y/o a una densidad excesiva en el embalaje.

El uso excesivo de reguladores de crecimiento  (PGRs) para aumentar el tamaño de las uvas, incluyendo el ácido giberélico y forclorfenurón (CPPU) también pueden incrementar la tasa de desgrane húmedo al engrosar el pedicelo y hacerlo menos flexible.

El desgrane húmedo también puede ser ocasionado por organismos que producen descomposición e infectan los tejidos de las bayas adyacentes al punto de unión del pedicelo. Las lesiones ocasionadas por un manejo brusco pueden servir de entrada para los organismos que producen descomposición; al igual que el micro-agrietamiento, el cuál puede ser producido por los reguladores de crecimiento que se utilizan para aumentar el tamaño de las uvas.

Causas del desgrane seco
El manejo brusco o inadecuado de los frutos también puede ocasionar un tipo de desgrane “seco”. Por ejemplo, los tallos que forman la estructura del racimo pueden secarse y volverse frágiles cuando se retrasa el enfriamiento post-cosecha.  Esto puede ocasionar la ruptura del pedicelo, considerada un cierto tipo de desgrane seco porque la baya que se desprende de esta manera retiene un pedacito corto del pedicelo y no presenta lesiones abiertas al final del tallo.

Asimismo, el pedicelo y la baya se pueden separar de manera limpia en la zona de abscisión formada en la unión del pedicelo con la baya. Esta forma de desprendimiento es otro tipo de desgrane seco, ya que las bayas retienen sus tejidos vasculares y con frecuencia tienen una capa de abscisión relativamente bien desarrollada que forma una cicatriz con apariencia de corcho sobre la superficie de la punta del tallo de la baya.

Este tipo de desgrane se produce mediante un proceso fisiológico y el grado de gravedad varía de acuerdo con la estación, la variedad y las prácticas de cultivo utilizadas. La madurez avanzada de las bayas al momento de la cosecha y el enfriamiento inadecuado también pueden producir la abscisión de las bayas después de la cosecha.

Cómo evitar la abscisión de las bayas
A pesar de que la abscisión de las bayas después de la cosecha es indeseable cuando las uvas se comercializan en forma de racimos completos, como casi siempre es el caso, la cicatriz seca en el tallo característica de las bayas que sufrieron de abscisión puede ser considerada una característica deseable para las uvas sin tallo “listas para ser consumidas”. Por tal motivo, mi laboratorio ha estado investigando los tratamientos que pueden producir abscisión en las bayas.

La abscisión de las uvas parece estar regulada de manera natural, al menos en parte, por  las hormonas vegetales que producen etileno, el cual promueve la abscisión, y  auxina, la cual suprime la abscisión.  El trabajo de investigación que estamos realizando en mi laboratorio ha demostrado que la aplicación de jasmonatos, otro tipo de hormonas vegetales, también puede inducir la abscisión de las bayas maduras; aunque parece ser que ese efecto se debe en parte a que estimulan la producción de etileno.

Tal y como se ha demostrado que el etileno estimula la abscisión de las bayas, los antagonistas del etileno parecen inhibirla.  Por ejemplo, algunos científicos en China mostraron recientemente que el tratamiento de las uvas con 1-metilciclopropano (1-MCP), un compuesto que bloquea los receptores de etileno en las plantas, evita que la planta detecte el etileno y puede retrasar, además de reducir de manera drástica el desgrane de las uvas después de la cosecha.

Hasta donde yo sé, no hay reguladores de crecimiento (PGRs) registrados para controlar la abscisión de las bayas. Sin embargo, hay varios laboratorios, incluyendo el mío, en los que se continúa trabajando para entender mejor la abscisión de las bayas y permitir que los productores puedan facilitar el desprendimiento de los frutos, o aumentar la retención de las bayas, según lo deseen.

Este artículo originalmente apareció en GrowingProduce.com, el sitio web de la revista American Fruit Grower, una marca de Meister Media Worldwide. El autor, Dr. Matthew Fidelibus, es extensionista de viticultura para la Universidad de California, Davis, EUA.