Efecto de la solarización para el control de enfermedades del suelo

Foto cortesía de iStockphoto.

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Los problemas asociados a plagas del suelo son mucho más comunes e importantes en zonas tropicales que en zonas templadas, debido a la prevalencia permanente de condiciones ambientales favorables para el crecimiento y multiplicación de dichas plagas.

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Consideraciones económicas y ambientales se convierten en las mayores limitaciones al uso de plaguicidas químicos que han sido y continúan siendo el método más frecuentemente usado para combatir estas plagas.

Entre los plaguicidas químicos utilizados para controlar plagas en el suelo está el bromuro de metilo, que causa un impacto muy negativo en el ambiente, por lo cual su uso es cada vez más restringido en la agricultura.

Sin embargo, existen alternativas no químicas que han probado ser efectivas para el control de patógenos del suelo, entre las cuales se destaca la solarización.

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La solarización es un proceso natural hidrotérmico en el cual el calor solar al pasar a través de plástico transparente incrementa la temperatura del suelo o sustrato húmedo a niveles letales para las plagas (49°C o más).

Esta técnica ha probado ser efectiva en el control de patógenos de los suelos causantes de grandes pérdidas en semilleros artesanales de varios cultivos hortícolas.

Además, algunos estudios demuestran que la solarización está asociada a la reducción de malezas y nematodos, así como a un incremento en los niveles de nutrientes solubles y cambios en la biota del suelo, que favorecen la colonización de microorganismos benéficos.
Esta técnica ha sido conocida desde hace varios años en otros países.

El objetivo del presente estudio fue evaluar el efecto de la solarización sobre la incidencia de enfermedades del suelo en semilleros artesanales, y el consecuente efecto en el desarrollo de plántulas de tomate y cebolla en el Valle de Comayagua (Honduras), donde la mayoría de los productores de hortalizas desconocen su efectividad, sencillez y bajo costo de implementación.

Preparación del suelo
El estudio se desarrolló en el Centro Experimental y  Demostrativo de Horticultura (CEDEH), ubicado en el Valle de Comayagua.

El área utilizada comprendió ocho semilleros de 1.10m x 70m (77 m2) divididas en parcelas de 1.10m x 35m (38.5 m2). Se utilizó un diseño de parcelas independientes con cuatro tratamientos y dos repeticiones por tratamiento.

En dos tratamientos se utilizó plástico transparente (2 milésimas de pulgada de grosor) y una vez instalado las camas, éstas permanecieron cubiertas por ocho semanas.

Previo a la colocación del plástico, el área utilizada fue humedecida a capacidad máxima mediante riego por goteo.

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Para el tratamiento con dos capas de plástico, se ajustó una separación de 0.12 m entre la primera y segunda capa de plástico a lo largo del semillero, utilizando arcos de varilla de hierro de 1⁄4 de pulgada.

El testigo comercial fue un fumigante a base de Dazomet que fue aplicado en la sexta semana en dosis comercial de 50 g/m2 y luego cubierto con plástico negro y dejado por dos semanas más para así destapar todos los tratamientos al final de las ocho semanas.

Se registró la temperatura del suelo a dos profundidades  (10 y 20 cm), a intervalos de dos horas comenzando a las 10:00 a.m. y terminando a las 4:00 p.m., utilizando un termómetro de cristal con un rango de 10 a 260°C.

Al finalizar el período de solarización, se procedió a retirar el plástico y tratando de no perturbar mucho el suelo, se procedió a sembrar dos parcelas de 3.3 m2 (1.10 x 3.0 m) por tratamiento con cebolla cv. Goby y tomate cv. Pick Ripe 747, en líneas con distanciamiento de 20 cm entre sí, y de 0.5 a 1 cm entre plantas de cebolla y tomate, respectivamente.

Siembra de los cultivos
Para medir la densidad de plantas y desarrollo de las mismas se marcaron tres estaciones de 0.6 m2 por cada repetición, en donde se contó el número de plantas presentes y el número de plantas con síntomas de enfermedad a los 15 y 25 días  después de siembra (dds) para tomate y a los 20 y 30 dds  para cebolla.

A los 25 dds, dentro de cada estación se tomaron diez plantas al azar, para medir altura y peso promedio (fresco) de plantas/tratamiento para cada cultivo.

solarizacion

Resultados del estudio
Temperatura del suelo. Durante el período de ejecución del estudio, la temperatura ambiente máxima registrada fue de 36.2°C.

Sin embargo, en el suelo de las parcelas experimentales la  temperatura máxima absoluta fue de 46°C, la cual se obtuvo con el tratamiento con doble capa de plástico a una profundidad de 10 cm a las 4:00 p.m.

La temperatura promedio en el tratamiento con doble capa de plástico fue superior y diferente estadísticamente a la registrada en el tratamiento con una capa de plástico, tanto a profundidad de 10 como de 20 cm.

La mayor diferencia en la temperatura máxima promedio entre ambos tratamientos fue 4.4 °C, observada a las 10:00 a.m.  Los dos tratamientos con cubiertas de plástico determinaron temperaturas significativamente superiores a la temperatura ambiente del Testigo absoluto, en todas las horas y en  ambas profundidades.

Por ejemplo, se observaron diferencias  en temperatura del Testigo absoluto con los tratamientos  de doble capa y capa sencilla de plástico de hasta 9.2 y 8.3°C, respectivamente, a profundidad de 10cm a las 4:00 p.m. Igual tendencia se observó en la temperatura registrada a profundidad de 20 cm.

Desempeño de las plántulas. En los semilleros sometidos a solarización con capa sencilla de plástico se registró la mayor sobrevivencia (92.5%) de plantas de tomate a los 15 dds, seguido por los  tratamientos solarización con doble capa de plástico (83.3%) y el fumigante a base de Dazomet (83.0%).

La menor sobrevivencia (66.5%) de plantas fue registrada en el Testigo absoluto. A los 25 dds se observaron pérdidas en la población de plántulas  en todos los tratamientos, pero en menor grado en los semilleros tratados con el fungicida.

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A 25 dds las plántulas de tomate desarrolladas sobre suelo solarizado con doble capa de plástico median en promedio 1.8 cm más que las desarrolladas en suelo solarizado con una capa de plástico y 5 cm más que las desarrolladas en suelo no tratado.

En el caso de la cebolla, la mayor sobrevivencia de plantas a 20 y a 30 dds fue superior en los semilleros solarizados con plástico doble. En este estudio, las pérdidas, tanto de tomate como de cebolla, fueron causadas por damping-off, según los  síntomas típicos observados en las plántulas muertas.

En ambos casos, la mayor altura de plántulas fue registrada en aquellas desarrolladas en suelo tratado con el fungicida. No se observaron diferencias significativas entre tratamientos  en cuanto a peso de raíz, follaje y peso total.

Fuente: Fundación Hondureña de Investigación Agrícola