Cultivos en perlita parte 1/2

cultivo en perlitaLos programas de riego para tomates cultivados en perlita pueden ser controlados utilizando el mismo equipo que fue originalmente diseñado para cultivar tomates en lana de roca.

Las secuencias de riego (número y duración) pueden ser controladas mediante un temporizador ajustado para operar el sistema de riego varias veces al día durante un tiempo predeterminado. Siempre y cuando puedan suministrar suficiente agua y suficientes nutrientes a los cultivos, tendrán éxito en la producción.

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Suministro de nutrientes

El problema con el control por medio de un temporizador es que las plantas obtendrán el agua y los nutrientes sin importar si los necesitan o no. Las plantas que crecen en perlita pueden ser regadas mediante un sistema de charola iniciadora similar al que se utiliza para la lana de roca.

La utilización de la charola iniciadora y el sistema de manejo similar al que se utiliza para el cultivo en lana de roca han probado ser exitosos.

Se abren varias ranuras pequeñas (40 ó 50) en el fondo de la bolsa de perlita, antes de acomodarla sobre la charola iniciadora. El propósito del manejo de fertilizante y agua — ya sea con un temporizador o con una charola iniciadora — es aplicar suficiente agua y suficientes nutrientes en el momento en que lo requiera el cultivo.

Usualmente empezamos a principios del ciclo agrícola, aplicando soluciones nutritivas con concentraciones bajas de N (60 a 80 ppm). Los servicios de riego, cortos y frecuentes suministrarán suficientes nutrientes al cultivo. Si se utiliza un temporizador y los servicios de riego son poco frecuentes (una o dos veces por día), puede llegar a requerirse una solución nutritiva más concentrada (100 ppm).

Las plantas de tomate que han alcanzado su máximo crecimiento pueden utilizar 0.9-1.4 litros de agua por día en el invierno (incluyendo el agua para lixiviación) y 1.4-2.4 litros de agua, durante los días cálidos de la primavera.

La clave de la frecuencia de riego es balancear la cantidad necesaria para el cultivo, con el volumen total necesario para el cultivo y la lixiviación.

Balance de sal en el cultivo

Una regla práctica en la producción de tomate, es considerar del 10 al 15% de agua para lixiviar, en cada servicio de riego. En el caso del pepino se puede llegar a requerir el 20% de tasa de lixiviación. La lixiviación se requiere para reducir al mínimo la acumulación de sal en el medio de cultivo, y asegurar que todas las bolsas estén completamente mojadas con cada servicio de riego.

¿Qué hay con respecto al contenido de sal en el medio de cultivo?

Las altas concentraciones de sales en el medio de perlita pueden dañar las raíces de las plantas y trastornar la absorción de agua y nutrientes por medio de las raíces.

Los tomates pueden tolerar un contenido de sal soluble bastante alto en la zona radicular; los pepinos son menos tolerantes. Cuando el agua es absorbida por las plantas, algunas sales quedan como residuo en los medios de cultivo.

Estas sales son en su mayoría carbonatos y sulfatos, por ejemplo, sulfato de calcio, carbonato de calcio (cal) y carbonato de magnesio. Si aplican una solución nutritiva con una conductividad eléctrica (CE) de 1.0 decisiemens/metro, pueden tolerar una CE en el medio de cultivo de 1.5. Si están aplicando una solución de 2.0 CE (plantas completamente maduras), entonces pueden tolerar una CE en el medio de cultivo de 2.5 a 2.8. La clave es observar las tendencias en la CE y empezar a tomar las medidas correctivas en caso de que continúe elevándose.

El aumento en la CE indica la necesidad de aumentar la frecuencia del riego (más agua) al elevar el ajuste de la sonda de la charola iniciadora para aumentar el tiempo de operación del riego.


Artículo extracto del documento HS927 escrito por George J. Hochmuth y Robert C. Hochmuth para una serie publicada por el Departamento de Ciencias Hortícolas del Servicio de Extensión Cooperativa de Florida, del Instituto de Ciencias Agrícolas y de Alimentos, de la Universidad de Florida. George J. Hochmuth es profesor de Fertilidad de Suelos y Nutrición Vegetal del Departamento de Ciencias del Agua y del Suelo, y Robert C. Hochmuth es extensionista en el Centro de Educación e Investigación del Norte de Florida- Valle Suwannee, Universidad de Florida, Instituto de Ciencias Agrícolas y de Alimentos de Gainesville, FL 32611. Para más información visiten http://edis.ifas.ufl.edu.