Pepinos sin problemas

Pepinos sin problemas

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Cada año, muchos productores experimentan amargor en los pepinos que han cultivado para el mercado fresco o de proceso. El amargor es debido a la formación de dos cucurbitacinas (compuestos terpenoides) que imparten un sabor amargo a las plántulas, las raíces, los vástagos, las hojas, y los frutos.

 

Genética del amargor

Dos genes están implicados en el control de amargor en pepino — uno dominante que produce frutos extremadamente amargos, y uno recesivo que inhibe la formación de curcurbitacina en follaje y frutos. Una enzima, elaterasa, hidrolizará cucurbitacinas para convertirlas en compuestos no amargos. Sin embargo, se cree que la actividad de la elaterasa es controlada independientemente de los genes que controlan el amargor.

Culpables culturales

El principal amargor no suele acumularse copiosamente en el fruto. Cuando lo hace, se acumula de manera no uniforme entre los frutos y dentro de ellos. Las cucurbitacinas suelen concentrarse en el extremo del vástago, así como dentro y justo debajo de la cáscara del fruto.

 

La cantidad de amargor en pepinos parece variar de año en año y de ubicación a ubicación. Tal fenómeno puede ocurrir debido a que la producción de elaterasa se estimula o reduce bajo ciertas condiciones ambientales. Las temperaturas bajas pueden realzar el amargor, mientras que las prácticas de fertilización, espaciado de plantas y frecuencia de irrigación han mostrado escaso efecto consistente sobre el número de pepinos amargos producidos. Las variedades de pepino varían ampliamente en su tendencia a producir frutos amargos.

El amargor es sólo uno de tantos problemas que pueden presentarse en el cultivo de pepino. En esta tabla, les mostramos 5 de las 18 categorías de síntomas de problemas más frecuentes.