Convierta mermas agrícolas en ganancias

 

Para muchas personas, la pobreza es un concepto lejano, que tal vez pasa en otro continente, en algún país en desarrollo. Pero según CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), más de 47.2 millones de mexicanos carecen de ingresos suficientes para satisfacer necesidades básicas, presentando carencia en al menos uno de los siguientes indicadores: educación, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación.
Al separar cada indicador, resulta que 21.6% de la población carece de acceso a la alimentación. Es decir, hay un gran número de mexicanos que no ganan lo suficiente como para comer.
La Asociación Mexicana de Banco de Alimentos (AMBA) es una asociación civil dedicada a rescatar el alimento que no puede ser comercializado, para llevarlo, a través de una red de 70 bancos de alimentos, a aquellas personas y familias que requieren una asistencia alimentaria porque están en condiciones de pobreza extrema.
Esther Escárzaga, representante para procuración nacional para AMBA en la región del Bajío, explica el proceso del sistema del rescate de alimentos: “AMBA se encarga de recoger alimentos [p. ej. de instituciones y supermercados] en cualquier parte del país, y distribuirlos entre los bancos, para que ellos a su vez los hagan llegar a las familias.”
Pero hay otra fuente alimentaria de suma importancia: las operaciones agrícolas. Comenta Escárzaga, refiriéndose al caso del campo en México, que “es donde más alimento se desecha. Desperdiciamos aproximadamente 31 mil toneladas de alimento diariamente.”
Al fin de utilizar esos alimentos no comercializables y beneficiar a la vez a los productores mismos, AMBA inició un programa piloto de rescate en campo, llamado Fondo Social de Rescate Alimentario (FOSORA). La idea es que cuando un agricultor no puede vender la cosecha, ya sea porque no tiene precio en el mercado, o porque la calidad no es lo que el mercado le pide, FOSORA es un canal de distribución para sus excedentes de producción y sus mermas.

Merma agrícola, fuente vital

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Para utilizar los alimentos desechados de manera eficaz (para FOSORA y para el productor), debe establecerse una conexión con el productor que quiera participar — saber dónde está, qué producen y en qué épocas del año están en mayor producción, para obtener volúmenes importantes de alimentos y llevarlos hacia los bancos.
La primera fase del programa piloto de FOSORA, llevado a cabo actualmente en Jalisco, Colima y Michoacán, concluye en marzo, cuando pasará a la segunda etapa y podrá ampliarse a otros estados. Escárzaga espera que el programa se haga nacional, agregando que “con este fondo, estamos rescatando el alimento en campo, ya que tenemos recursos para cubrir el costo de mano de obra por la cosecha, y los fletes que hacen falta para distribuir esos alimentos.”
Además, FOSORA es miembro de la CEMEFI. Todos los recibos deducibles de impuestos son puntos a favor para conseguir esa certificación.

La siguiente etapa

Al término de la primera parte del programa piloto que va de noviembre 2009 a marzo 2010, la asociación va a analizar todos los resultados, y en función de los mismos esperan que SAGARPA les dé el visto bueno para continuar el proyecto a nivel nacional.
En adición al rescate alimentario, imparten cursos de capacitación y registran a productores de alimentos: dónde están, en qué épocas del año son sus picos de producción, cuánto están descartando cada uno de los sistemas producto de los tres estados y cuánto podrían rescatar al día o al mes, en cada lugar, explica Escárzaga.
Según la representante de AMBA, FOSORA es el canal de distribución de los excedentes de producción, y de sus productos de segunda y tercera calidad: “Los jitomates por ejemplo, si los dejas en bodega o en el suelo, empiezan a atraer plagas. Eso implica un riesgo sanitario, y un costo para retirarlos y llevarlos,” todo lo cual requiere recursos importantes.
Y ellos pagan por las labores de cosecha y el transporte del producto.

Beneficios para productores

Marisela Díaz Hernan es la administradora de su empresa familiar, Rancho las Chaveñas, cuyo mercado principal es la industria mexicana de la guayaba. Afirma que les produce satisfacción colaborar con AMBA porque no están tirando tanta fruta como antes. Además, dice que la recompensa de la mano de obra de cosecha es buena idea, porque muchas veces “ni siquiera vale la pena cosechar la fruta del árbol, ni siquiera la caída.”
Productos Agropecuarios Cata, productores de toronja orgánica, también colaboran con AMBA. Gaspar Palacios, Director de Producción, afirma que, ya sea por cuestiones de inventario o de mercado saturado, en vez de tirar su producto, se ponen en contacto con ellos para que vengan a rescatarlo. Según Palacios, tienen la satisfacción de que ayudan a familias “de escasos recursos, en zonas donde la gente no tiene ni para comer.” Lo ven como un buen programa que está funcionando, “y en el que todos debemos incursionar más.”
Está claro que al colaborar con AMBA y poder participar en FOSORA, los productores obtienen múltiples beneficios. Pero tal vez el mayor de todos sea mejorar el nivel de vida de sus vecinos.

Para más información sobre FOSORA, escriba a [email protected]