Cómo detectar el edema en tus hortalizas

Las hortalizas que son muy susceptibles al edema incluyen el tomate (follaje y fruto), frijoles (follaje y vainas), col, brócoli, coliflor, coles de Bruselas, follaje de la papa y la mayoría de las cucurbitáceas (frutos, follaje y tallo).

Identificación

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El edema (roña corchosa) es una enfermedad común e infecciosa en un gran número de hortalizas.

El edema puede confundirse con infecciones o agalladuras ocasionadas por insectos. El edema es un padecimiento fisiológico que se presenta cuando las plantas absorben agua más rápido de lo que pueden aprovecharla y utilizarla para transpirar.

Las manchas de los edemas rara vez dañan las plantas, sin embargo pueden degradar la apariencia de las hortalizas hasta el punto de generar pérdidas por rechazo del mercado.

Todo el tejido suculento de las hortalizas se vuelve susceptible al edema cuando las condiciones son las adecuadas. El edema es muy frecuente en la col que crece en suelos anegados, así como en los tomates cultivados durante el frío invierno.

Los factores que indican la presencia del edema son variables y dependen de las especies vegetales, las partes afectadas de las plantas y la suavidad del tejido.
Inicialmente, los síntomas aparecen en las hojas suculentas, los tallos, las flores y los frutos de plantas susceptibles, en forma de pequeñas ampollas llenas de agua, verrugas o diminutas agallas individuales.

Los síntomas se presentan comúnmente en el revés de las hojas y en ocasiones se pueden observar en las nervaduras más grandes y en los peciolos. Por lo general, las ampollas sencillas parecidas a barros miden entre 1 y 2 mm de diámetro, pero con frecuencia se fusionan dos o más manchas, formando hileras o afectando un área más grande. Después de que se revientan las ampollas, la superficie expuesta se vuelve de color óxido, café o bronceada, con textura de corcho. Las hojas más afectadas pueden pandearse hacia arriba, o pueden enchinarse hasta amarillear y desprenderse.

Factores que contribuyen a producir el edema

La humedad excesiva del suelo combinada con suelos cálidos, temperaturas del aire frías, clima nublado y mala circulación de aire pueden ocasionar que se acumule la presión del agua en las hojas.

Bajo tales condiciones, las raíces absorben agua a más velocidad que la velocidad a la que pierden agua durante la transpiración.

El edema deja de desarrollarse cuando cambian las condiciones del clima, pero las manchas que permanecen en las hojas ocasionan daños cosméticos.

Métodos de manejo

Los cambios en el clima y en las prácticas de cultivo usualmente ayudan a evitar el edema. Los productores pueden reducir el riesgo del edema al adoptar las siguientes prácticas:

Evitando regar cuando el clima es frío y húmedo. El preferible regar cuando las temperaturas del aire se elevan o cuando hay poca humedad.

Se puede prevenir el edema permitiendo que se sequen los 5 cm superiores del suelo entre cada riego y manteniendo las plantas separadas para tener suficiente circulación de aire.

En invernaderos:

  • Es preciso evitar la humedad del aire por medio de la ventilación
  • Se debe propiciar la circulación de aire
  • Es necesario aumentar la intensidad de luz
  • Mayor distancia entre las plantas

El medio de cultivo de las macetas debe estar bien drenado

Es importante evitar el exceso de fertilización, en especial cuando las plantas estén creciendo lentamente, por ejemplo durante finales del otoño y durante el invierno. Asimismo, es necesario manejar la fertilización conforme a los resultados de los análisis de suelos y evitar los niveles bajos de calcio y potasio.

Selección de variedades: algunos cultivares pueden ser más susceptibles al edema que otros. 


Este artículo fue originalmente publicado en la revista Florida Grower, una marca de Meister Media Worldwide. McAvoy es extensionista en el sistema universitario del Estado de Florida (EUA) y su centro agrícola. La imagen destacada es de Gerald Holmes.