Exportación de cebollas mexicanas

Posición de calidad

Sin hacer mucho ruido, los productores de Guanajuato, Tamaulipas, Chihuahua, Zacatecas, Morelos y Puebla siguen ocupando las primeras posiciones a nivel mundial en los mercados de exportación de la cebolla; no sólo gracias al volumen, que es importante, sino al precio, que resulta un 20% superior a los precios de importación en el mercado estadounidense.

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De acuerdo con las cifras de los últimos cinco años (2002-2006), las exportaciones de cebolla de México hacia Estados Unidos han obtenido un precio promedio de $810 dólares por tonelada, siendo el precio más alto de $1,071 dólares en el 2005. Como sabemos, el pico de las exportaciones mexicanas se registra en el mes de marzo, con más de 22 mil toneladas, aunque los volúmenes se mantienen arriba de 10 mil toneladas mensuales en el periodo que va de octubre a junio, es decir, durante nueve meses.

 

Cifras puntuales

Para confirmar el éxito de las exportaciones de cebolla, podemos observar los cuadros que nos muestran el valor y el volumen obtenido, así como el porcentaje de los precios de venta en años recientes, en un mercado donde participa Canadá con un volumen cercano a 60 mil toneladas anuales (con el mayor volumen concentrado en septiembre y octubre).

El siguiente competidor en importancia es Perú, con un volumen que superó 55 mil toneladas en noviembre del 2006.

Otro país que está exportando cebollas a Estados Unidos es Chile, que de seis mil toneladas en 2002 ha logrado duplicar sus exportaciones hasta colocar un volumen de 15 mil toneladas en 2005, aunque concentrando el grueso del volumen entre septiembre y enero.

En cambio, las exportaciones mexicanas de cebolla se ubican en más de 160 mil toneladas por año, cuyos meses de mayor concentración se sitúan de marzo a mayo.

 

Posicionamiento

Cabe mencionar que, a pesar de la reducción de las exportaciones de México (comparadas con el récord de 1998) y el incremento de las exportaciones de Perú, las cebollas de México se colocaron en los últimos cinco años, en promedio, un 75% arriba en volumen y sus precios son un 62% mayores.

Sin embargo, comparando las cifras del 2003, las exportaciones de México, Canadá y Perú, se colocaban respectivamente en 63%, 18% y 12%, mientras que en el 2006 el cambio de posicionamiento de los tres países es de 55%, 20% y 18%. Es decir, que México ha perdido un 10% del mercado, con menor acceso, aunque se mantiene la supremacía en el valor unitario obtenido por las exportaciones.

Respecto a las exportaciones de cebolla de México a Japón y los países de la Unión Europea, se estima que el volumen anual supera 50 mil toneladas, que sumadas a las 160 mil toneladas exportadas a EUA, representan cerca del 20% de la producción mexicana – unas 840 mil toneladas.

 

Certificación de calidad

Bajo estas condiciones, resulta curioso que no exista ya una propuesta para identificar y certificar la calidad de la cebolla mexicana, cuyos precios promedio se encuentran entre los más altos a nivel mundial.

Mientras adolecemos de la certificación y promoción de la calidad de la cebolla mexicana, en el tomate o el pimiento de exportación (a pesar de la calidad de los productos de invernadero) existe un diferencial importante contra los precios obtenidos por el tomate de invernadero de Canadá y los Países Bajos, o incluso contra los tomates de campo abierto de Florida.

Es decir, que de acuerdo con esta situación sería más importante concentrase en la calidad y no en el volumen.

 

Valor agregado

En opinión de los especialistas, para identificar los valores relacionados con la producción de cebolla, tenemos obviamente que mirar hacia el tipo de suelo y la climatología, los cuales confieren sabor, pungencia, tamaño y rendimiento.

A ese respecto, los productores de cebolla de México han logrado establecer de manera discreta pero efectiva, las condiciones ideales para obtener un mayor tamaño de los bulbos con rendimientos de más de 60 toneladas por hectárea.

La clave del posicionamiento se puede resumir en dos factores: ordenamiento de las exportaciones (sin saturar el mercado), y aplicaciones de nuevas tecnologías para incrementar calidad y rendimiento; aunque a decir verdad, los valores de la cebolla han ido aumentando gracias a sus propiedades medicinales y a ese exquisito sabor (dulce o picante) que da a los platillos sazonados con las distintas variedades de cebolla de diferentes colores.

Estos factores podrían ser considerados como la base del éxito de los productores, lo cual en realidad parece sencillo, pero no lo es.
Incluso podríamos agregar que, la modestia de este cultivo considerado como un alimento de clases mayormente populares (con capacidad de consumo cuestionablemente moderado), podría ser otra de las piedras angulares en el éxito de las exportaciones, ya que como se menciona al principio, los productores de cebolla son realmente modestos en su comunicación.

Ello me recuerda que, hablando de la cebolla, algunas personas piensan que se trata de un cultivo tan sencillo que la descripción de nuevas variedades o la aplicación de tecnología sólo lleva unos cuantos minutos.

En realidad, las cosas sencillas y simples han demostrado siempre su gran valor. Eso exactamente pasa con la cebolla.

¿Para qué hablar de ella, si los resultados hablan por sí solos…?